Programa completo para la vigila de los
“Tres Días de Espera” antes del Domingo de Pentecostés, es decir: para el
jueves, viernes y sábado antes del Domingo de Pentecostés.
Este programa es parte de el:
"Programa
de la Espera General por los Dones
Del
Espíritu Santo"
Libro:
"La
Brisa del Segundo Pentecostés"
Vigila de “Tres Días
de Espera”
Antes del Domingo de
Pentecostés.
Programa completo para la vigila de los
“Tres Días de Espera” antes del Domingo de Pentecostés, es decir: para el
jueves, viernes y sábado antes del Domingo de Pentecostés.
APÉNDICE
JUEVES:
Se comienza con las Oraciones de la Hora de
Getsemaní desde las 11:00 PM hasta las 3:00 AM.
La Hora de Getsemaní deberá realizarse ante
el Santísimo Sacramento
en la iglesia donde los devotos se reunirá
durante los “Tres Días de Espera”. Si esto no fuera posible, en cualquier otra
iglesia o en sus casas. (Las oraciones que deben rezarse durante la Hora de
Getsemaní se especifican en el capítulo llamado “La Hora de Getsemaní” del
libro de oraciones “Devoción a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor
Jesucristo”, en el cual se encuentran todas
las oraciones).
VIERNES:
10 AM: Llegada.
10:00 AM – 10:30 AM: Oraciones de apertura
e Himnos: “Acto de Consagración al Espíritu Santo” y “Oraciones por los Siete
Dones del Espíritu Santo” (ambas en la Novena, seguido por un himno de la
novena).
10:30 AM: Exposición del Santísimo
Sacramento.
10:30 AM – 12 M: Lectura y meditación de la
Introducción, “El Espíritu Santo” y luego, el Capítulo I, “El Espíritu Santo y
los Dones”. Cuando se finalice, se comienza a leer y a meditar el Capitulo 12,
“La Alegría del Reino Glorioso”.
12:00 M - 12:30 PM: Descanso para almorzar.
12:30 PM- 2:00 PM: Rezo del Santo Rosario
(sólo un grupo de misterios), seguido por la Coronilla de la Preciosa Sangre,
sus Letanías y la Consagración a la Sangre Preciosa, que se encuentra en el
libro de oraciones "Devoción a la Preciosísima Sangre de
Nuestro Señor Jesucristo".
2:00 PM- 3:00 PM: Lectura y meditación del
capítulo II, "Intimidad con Dios", empezando con los mensajes de
julio del 1 al 9, 2006 y luego el resto del capítulo II en oración silenciosa.
3:00 PM- 5:00 PM: Oraciones de consuelo y
adoración que se encuentran en el libro de oraciones "Devoción
a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo".
5:00 PM- 5:30 PM: Lectura y meditación del
capítulo III, "Cuando el Paráclito Venga".
5:30 PM- 6:00 PM: Breve resumen e himnos
6:00 PM: El Ángelus seguido de oración
Silenciosa.
6:30 PM- 8:00 PM: Descanso para confesiones
y cena.
8:30 PM- 9:00 PM: Novena al
Espíritu Santo dada por Santa Cecilia. Canten, lean y recen lo que la Santa nos ha
dado para los nueve días de esta novena.
9:30 PM- 11:00 PM: La Santa Misa, seguida de oración
silenciosa.
11:00 PM: Despedida.
SÁBADO:
5:00 AM – 7:00 AM: Levantarse, arreglarse y
oraciones de la mañana.
7:00
AM – 8:00 AM: La Santa Misa de la mañana.
8:00 AM – 8:30 AM: Desayuno.
8:30 AM – 9:00 AM: Santo Rosario.
9:00
AM – 10:00 AM: Lectura
y meditación del capítulo XI, "Los frutos del Espíritu Santo", desde
la sección sobre el amor y la alegría hasta la sección sobre longanimidad.
10:00
AM – 11:00 AM: Continuación de la lectura y meditación del capítulo XII,
"La alegría del Reino Glorioso de Paz"
11:00
AM:– 11:30 AM: Himnos al Espíritu Santo / Adoración.
11:30
AM:– 12:00 M: Almuerzo
SIETE HORAS
ININTERRUMPIDAS DE ADORACIÓN
La Novena y los “Tres Días de Espera”
terminan con las siguientes oraciones previas a la celebración de la Santa Misa
de Vigilia de Pentecostés en la noche del sábado (Se encuentran al final):
Hasta aquí el horario para el programa de
los tres días.
SIETE HORAS ININTERRUMPIDAS DE ADORACION,
MIENTRAS SE LEE Y MEDITA SOBRE LOS “DONES DEL ESPÍRITU SANTO”, TAL COMO SE
DESCRIBE EN LOS SIGUIENTES CAPÍTULOS IV-X. ESTO DEBE HACERSE EL SÁBADO DE LA
VIGILIA DE LOS “TRES DIAS DE ESPERA”, ANTES DE PENTECOSTÉS. VER EN EL APÉNDICE
LA HORA PARA CADA CAPÍTULO.
(Mis propias oraciones de intercesión
finalizan cada capítulo. Ellas son fruto de mi meditación, y siguen el formato
del programa, tal como fue dado por Nuestro Señor: Bernabé Nwoye).
CAPÍTULO IV
EL DON DE TEMOR DE DIOS
(Para ser leído el sábado, a las 12:00 del
día, durante la vigilia de los “Tres Días de Espera, antes del Domingo de
Pentecostés).
INTRODUCCIÓN:
Temor de Dios: El don de Temor de Dios es
ese temor infantil que hace que sintamos más temor de desagradar a Dios, que
sufrir una desgracia, y por consiguiente, nos hace huir del pecado como el
mayor mal. Existen dos clases de temor: el temor de un sirviente, y el temor de
un niño. El temor infantil a Dios, es el más noble y bello de ambos, ya que
urge al alma a evitar el menor pecado, a fin de no desagradar a Dios, el mejor
y más amigable Padre del Cielo. Los Santos estuvieron animados por el amor y el
temor infantil hacia el Padre Celestial, y estaban dispuestos a morir, antes
que quebrantar la santa ley de Dios por el pecado voluntario.
Lectura/Meditación:
Eclesiástico 34, 13-17 y Lucas 12, 4-7.
El Don de Temor de Dios
Meditación de Alexis Riaud – L’Action du
Saint-Esprit dans nos ames
“Cuando se menciona el Don de Temor de
Dios, estaríamos tentados a considerarlo como un don inferior a los otros.
¿Acaso no dice el Apóstol San Juan, que el amor perfecto echa fuera todo
temor?”
“Eso, sin embargo, es un error. El temor
del que habla el amado discípulo, y que el perfecto amor excluye, no tiene nada
que ver con el temor de Dios del que hablamos ahora (S.T.2-2q 19.a9). Veamos
cual es la naturaleza del don, y esto nos hará capaces de entender mejor el
importante papel que este don tiene en nuestra vida espiritual.”
“El don de temor de Dios, como el don de
Piedad, de acuerdo a Santo Tomás, viene del don de la Sabiduría, algo así como
su manifestación externa (S.T. 2-2, q 45.a 1ad 3).”
“Es una disposición sobrenatural del alma,
que nos hace experimentar como instintivamente, y bajo la moción del Espíritu
Santo, un inmenso respeto por la Divina Majestad, y una complacencia ilimitada
en Su bondad, junto con un vivo horror hacia todo aquello que pudiera ofender
en lo más mínimo a un Padre tan bueno, Quien es tan misericordioso y digno de
ser amado”
“Santa Teresa de Ávila nos dice que lo que
es predominante en un alma animada por ese don – y Teresa aprendió esto por
experiencia propia- es el temor de ofender a Dios nuestro Señor, y un ardiente
deseo de cumplir Su Voluntad en todas las cosas; y esta es una gracia por la
que tal alma pide constantemente. Es por esto que tal alma está dispuesta a
sufrir mil veces la muerte, antes que desagradar al Padre Celestial cometiendo
el más pequeño pecado venial deliberadamente, ni aún la más pequeña
imperfección voluntaria.”
“Esto nos muestra claramente, que el temor
filial, el cual es movido por el don de Temor de Dios, no es contrario al
perfecto amor, como en el caso del temor servil. Por el contrario, el Temor que
mencionamos como don, es un efecto del más tierno amor.”
“Es por esto que no debería asombrarnos,
cuando nos enteramos que el Corazón de Jesús estaba lleno de ese Espíritu de
Temor desde los primeros años. Y Nuestro Salvador mismo, en la sinagoga de
Nazaret, aplicó la profecía de Isaías a sí Mismo, después de que leyera estas
palabras: ‘y Él será lleno del Espíritu de Temor del Señor’ (Isaías 11, 3).”
“Fue también bajo la influencia del mismo
Espíritu de Temor filial, que María pronunció su fiat (que se haga) el día de
la Anunciación y Encarnación, y como San José, se sometió enteramente a las
órdenes del Ángel para marchar al exilio, y más tarde regresar a Palestina a
pesar de los peligros que podrían amenazar al Divino Niño.”
“El temor filial del Señor, de acuerdo con
la Sagrada Escritura, lejos de ser meramente el principio, como lo es el temor
de los juicios y castigos divinos, es en realidad su plenitud y corona: “ la
plenitud de la sabiduría es temer a Dios... la corona de la sabiduría es el
Temor de Dios...’ (Eclesiástico 1,12-20). Lejos de ser una fuente de problemas
y ansiedad, el temor filial de Dios, es lo que nos llena de paz.”
“Por lo tanto, debemos darle prioridad,
porque presupone la perfecta caridad, de aquí también todos los otros dones:
‘nada es mejor que el temor del Señor’(Eclesiástico 23, 37). El temor del Señor
es ‘como un paraíso de bendición’. (Eclesiástico 40, 28).”
“Nuestro Divino Salvador, que se hizo
hombre por nosotros, nunca tuvo que temer ofender a Dios. ¿Tampoco los Ángeles
y Santos, que ahora disfrutan la Visión beatífica? Si el don del temor a Dios
se les atribuye a ellos, esto sólo significa que tienen un inmenso respeto por
la Divina Majestad, y un muy ardiente deseo de actuar siempre en conformidad
con los mínimos deseos del Padre.”
“El discípulo amado recuerda muchas
palabras de Nuestro Señor, que expresan esa clase de temor: ‘Yo hago siempre lo
que a El le agrada’. (Juan 8, 29). ‘(Padre) te he glorificado en la tierra,
cumpliendo la obra que me habías encargado’. (Juan 17, 4).”
“Nosotros, a diferencia de Cristo y de los
santos del Cielo, somos aún tentados a pecar y podemos caer en el pecado.
Santiago (3, 2), inspirado por el Espíritu Santo dice: ‘in multis ofendimus
omnes!’ o ‘¡todos nosotros cometemos muchos errores!’ Y aunque hayamos
progresado en el camino de la perfección, permanecemos débiles, y si Dios no
nos sostuviera, podríamos prontamente caer muy abajo”.
“Así, aún si algunos de nosotros
estuviéramos muy avanzados en el camino de la santidad, es necesario perseverar
siempre en un saludable temor de lo que podríamos hacer debido a nuestra
debilidad.”
“Al mismo tiempo, sin embargo, este temor
debe estar acompañado por una profunda confianza filial en Dios, y una fe sin
límites en la fidelidad de Dios para sostenernos. Dios, la fuente de toda
gracia, nos ha llamado para compartir Su
eterna gloria en Cristo Jesús, y Él llevará a cabo y perfeccionará en nosotros
la obra que inició por su bondad misericordiosa, tal como escribe San Pedro (1
Pedro 5, 10) ‘El Dios que es pura bondad los ha llamado para compartir con
Cristo su eterna gloria, y después de que sufran un poco, los hará perfectos,
firmes y fuertes...’ Y descansando únicamente en la Misericordia Divina y no en
nuestros propios poderes, se nos permitirá sentirnos confiados que alcanzaremos
llegar al Cielo.”
“Santa Teresa de Ávila (Castillo Interior,
3ª morada) escribe: ‘A pesar de la santidad de nuestra Orden, no crean estar en
(perfecta) seguridad. No confíen en el hecho que están enclaustradas, de que
viven una vida austera, que están constantemente ocupadas en las cosas de Dios,
ni que se ejercitan en la oración, ni en estar separadas de las cosas de la
tierra, ni en tener horror de dichas cosas. Todo eso es bueno...pero no es suficiente
para hacerlas sentirse perfectamente seguras. Más bien recuerden y repitan a
menudo este versículo: ‘Bendito el hombre que teme al Señor; bendito el que
teme al Señor.”
“Y un poco más adelante, hablando de las
almas que tienen la bendición de la oración continua y el recogimiento
interior, ella recomienda que eviten las ocasiones de ofender a Dios, y he aquí
la razón que da: ‘Porque el demonio está mucho más empeñado en hacer daño a un
alma favorecida, que a un gran número de almas que no tienen esas gracias;
porque las almas privilegiadas pueden hacerle mucho daño (al demonio),
atrayendo otras almas al camino de la perfección…es por esto que tales almas
privilegiadas están enzarzadas en muchas batallas, y si ellas sucumben, algo
que siempre puede ser posible (y es sabido que esto les ha pasado a varias
personas) ellas caerán mucho más bajo que otros en sus malos caminos’”
(Castillo Interior, 4ª Morada).
“La experiencia nos ha comprobado cuán
ciertas son las palabras de la Santa, a quien se ha Iglesia ha proclamado
Doctora de la Iglesia.”
“La función del Don del Temor de Dios, es
precisamente, prevenir al alma respecto al peligro de tales deserciones. Este
don inspira una humilde desconfianza de sí mismo, y siempre nos urge a un más
grande celo por el servicio a Dios, y fidelidad aun en los más pequeños
detalles.”
“Oh Jesús, escribe Santa Teresa de Lisieux,
‘llévame Contigo, antes de permitir que manche mi alma cometiendo
voluntariamente la más pequeña falta.”
“Su amor por Dios era tan grande que no
quería ser intencionalmente infiel por nada en el mundo que le fuera ofrecido.
Ella no necesitaba una orden formal. Un deseo, cualquier señal (de una
superiora) era suficiente. Ella quería llevar a cabo, con prontitud y amor,
todos, aun los más pequeños deseos de su Padre Celestial.”
“¡Bendito el hombre que teme al Señor!
Espíritu Santo, Espíritu Divino de Luz y Amor, yo te consagro mi intelecto, mi
voluntad, mi corazón, todo mi ser, en el tiempo y en la eternidad.”
“Que mi intelecto sea siempre dócil a todas
Tus inspiraciones y a las enseñanzas de la Santa Iglesia Católica, cuyo
infalible Guía eres Tú. Que mi voluntad esté siempre en unísono con la Divina
Voluntad. Que mi corazón esté siempre inflamado por el amor a Dios y a mi
prójimo. Que mi vida entera sea una fiel imitación de la vida y las virtudes de
Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, Quien junto con el Padre y Contigo reciban
por siempre todo honor y toda gloria.”
Oraciones de Intercesión.
Don de Temor de Dios
1. Por los líderes de la Iglesia:
Oremos por el don del Santo Temor de Dios
entre los líderes de la Santa Iglesia: Espíritu Divino, derrama Tu don del
santo temor sobre nuestro Papa, nuestros Obispos y todo el clero. Que ellos
guíen la Iglesia con temblor y amor. Te rogamos, Espíritu Santo.
2. Por los pecadores habituales:
Oremos por el don del Santo Temor de Dios,
para los pecadores habituales que han perdido el sentido del pecado. Oh
Espíritu de Amor, llena sus corazones con el santo temor, para que rechacen
todo mal por Jesús, que murió por sus pecados. Te rogamos, Espíritu Santo.
3. Por los que están viviendo momentos
difíciles:
Toma posesión de los corazones de los
fieles con Tu don del santo temor de Dios, oh Divino Espíritu de Dios. Que
descubran Tu presencia en ellos, y permanezcan fieles a sus llamados, aún en el
tiempo más difícil de sus vidas. Te rogamos, Espíritu Santo.
4. Por los asesinos:
Oh Divino Espíritu de Dios, vence en todos
los corazones el mal que quiere acabar con la vida humana. Que el don del Santo
Temor de Dios, derrita los corazones de piedra de los terroristas y asesinos.
Que ellos reconozcan el valor de la vida. Te rogamos, Espíritu Santo.
5. Por todos los fieles que esperan:
Ven, oh Espíritu de Dios. ¡Ven! Tus hijos
te esperan. Ven con Tu don del Santo Temor de Dios. Toma posesión de todos los
corazones que están esperando aquí. Ilumina los corazones de Tus siervos con el
don del Santo Temor de Dios. Que este don nos guíe en todo tiempo y en todas
las cosas. Te rogamos, Espíritu Santo.
Oración final (por el sacerdote):
Ven, oh bendito Espíritu del Santo temor de
Dios, ilumina los corazones para que rechacen todo mal por Tu amor y por temor
de ofenderte por ese mismo amor. Esto te lo pedimos en el Nombre
de Jesucristo, Nuestro Señor, que vive y
reina Contigo y el Padre, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
CAPÍTULO V
EL DON DE PIEDAD
(Para ser leído el sábado, a la 1:00 p.m., durante la vigilia de los Tres
Días de Espera, antes del Domingo de Pentecostés).
INTRODUCCIÓN:
Por medio del don de Piedad o Santidad, el
Espíritu Santo infunde en nosotros reverencia hacia Dios y las cosas divinas, y
alegría al conversar con Él. La piedad nos inclina a amar a Dios como el mejor
Padre, a amar tiernamente a su muy amado Hijo, y a la Santa Madre de ese Hijo.
La piedad nos mueve a amar, no solamente a los Santos y a los Ángeles, sino
también a nuestro prójimo, como imagen e hijos (actuales o potenciales) de
Dios. Nos hace sentir el dulcísimo placer de conversar con Dios, de escuchar
lecturas espirituales y la Divina Palabra. Nos hace deleitarnos en cumplir la
Voluntad del Padre y nos hace desear con vehemencia todo lo que tienda al honor
y gloria de Dios.
Lectura/Meditación:
Miqueas 6, 6-8 y Juan 15, 5-17
El Don de Piedad
Meditación de Alexis Riaud – L’Action du
Saint –Esprit dans nos ames
“No es de mucho valor el tener conocimiento
(o ciencia) si éste no nos conduce a amar. ¿De qué sirve el ser brillante en
tal conocimiento, si el corazón y la voluntad no están ardiendo con amor
divino?
“Es por esto, que a los cuatro dones del
Espíritu Santo, que son para la iluminación de nuestra mente, se añaden otros
dones, que son: piedad, fortaleza y temor, cuyo propósito es unirnos más
perfectamente a la Voluntad de Dios.”
“Más aún, un alma que es iluminada por los
dones de entendimiento y sabiduría, necesariamente está ardiendo de amor, y
siendo grandemente fortalecida en el servicio a Dios. Santo Tomás nos dice que
los dones de piedad y temor de Dios, vienen del don de sabiduría, y son la
manifestación externa de este último (S.T. 2-2, P. 45, a.1.ad 3).”
“La palabra Piedad, puede traer a la mente
la piedad de una persona que reza mucho y devotamente. A diferencia de los
antiguos romanos, nosotros no pensamos que la piedad (pietas) consiste en ser
devotos de nuestro país.”
“El don de Piedad significa una
sobrenatural disposición del alma, que la inclina, bajo la acción del Espíritu
Divino, a comportarse en su relación con Dios, como el más amoroso niño actúa
con su padre y su madre, que el niño sabe lo aman intensamente.”
“El principal objetivo de la Piedad, por lo
tanto, es Dios mismo, no tanto como el Soberano Señor de todas las cosas, sino
como el Padre infinitamente amoroso, e infinitamente merecedor de nuestro amor.
‘Así como la virtud de Piedad (en el orden familiar humano) tiene como primer
objetivo el Padre, en el orden de la naturaleza, así el don de Piedad, se
refiere a Dios, como el Padre’” (S.T. 1-2,2. 121; 1, ad 1).
“Una persona animada por el Espíritu de
Piedad, ya no puede temer a Dios, de la manera que uno teme a un juez o a un
patrono. Sin duda tal persona continúa teniendo cierto temor filial, que
examinaremos más adelante, pero el temor servil está completamente excluido. En
estos últimos, existe un temor a un patrono severo.”
“La actitud de tal persona piadosa hacia
Dios, es realmente la de un niño hacia sus padres, que él se da cuenta que lo
aman. No hay rastros de temor servil. El amor toma su lugar.”
“El objetivo secundario del Don de Piedad,
es todo lo que tiene relación con Dios. Primero que todo, los Santos y las
cosas sagradas. Una persona bajo la influencia del Don de Piedad, tiene hacia
tales personas y cosas, un gran respeto y profunda veneración. Lo mismo que un
niño, - a menos que esté dañado por malos ejemplos- está naturalmente inclinado
a venerar y a amar todo lo que es amado y reverenciado por sus padres, así
quien está animado por el Espíritu de Piedad, espontáneamente y de manera
filial se apega a todo lo que sabe es querido al Corazón de su Padre
Celestial.”
“Ya en el Antiguo Testamento encontramos
claras pruebas del amor ‘que es más que maternal’ que Dios tiene por Sus hijos
que viven sobre la tierra, y el cual es el cimiento y el motivo de esa Piedad
filial que la persona fiel siente hacia Dios. Leemos lo siguiente en el Salmo
103, 8-14: ‘El Señor es compasivo y misericordioso, es lento para enojarse y
generoso en perdonar... Cuanto dista el oriente del occidente, tan lejos arroja
de nosotros nuestras culpas. Como un padre se compadece de sus hijos, así el
Señor se apiada de los que lo temen. Él sabe de qué barro fuimos hechos, Él
recuerda que somos polvo.”
“En Isaías 66, 12-13, leemos estas palabras
que extasiaron a Santa Teresita del Niño Jesús: ‘Como un hijo a quien consuela
su madre, así yo los consolaré a ustedes; yo los llevaré en brazos y los
acariciaré sobre Mis rodillas’. Y luego está esa maravillosa frase (Isaías 49,
15): ‘¿Puede una mujer olvidarse del niño que cría, o dejar de querer al hijo
de sus entrañas? Pues bien, aunque se encontrara alguna que lo olvidase, ¡Yo
nunca me olvidaría de ti!”
“Pero es sobre todo en la Nueva Ley, en el
Misterio de Cristo (Efesios 3, 4), que se revela el amor excesivo de Dios
(Efesios 1, 4), un amor con el cual Dios ha escogido libremente amarnos, sin
ningún mérito de nuestra parte, porque Él fue el ‘primero en amarnos’ (1 Juan
4, 10). Y Él nos ha amado desde toda la eternidad (Efesios 1, 4), y de una
manera absolutamente gratuita: ‘Este es un
regalo de Dios; no es una recompensa por
nada que hayan hecho’ (Efesios 2, 8-9).”
“San Pablo escribe igualmente: ‘Bendito sea
Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo...Quien en Su amor nos ha predestinado
para ser Sus hijos adoptivos, a través de Jesucristo’ (Efesios 1, 3- 5)
“Ustedes no recibieron un espíritu de esclavos para volver al temor, sino que
recibieron el Espíritu que los hace hijos adoptivos, y que los mueve a
exclamar: ¡Abba, Padre! El mismo Espíritu le asegura a nuestro espíritu que
somos hijos de Dios”. (Romanos 8, 15-16).
“Cuando alguien es iluminado por estas
enseñanzas divinas, y se entrega completamente a la acción del don de Piedad,
entonces ve a Dios solamente como el más amoroso Padre, y sabe que
lo ama infinitamente en Jesucristo.
Habiendo llegado a estar muy íntimamente unido con el Verbo Encarnado – San
Agustín utiliza la osada expresión: ipse sumus nos: nosotros somos Cristo – y
lleno de Su Espíritu Divino, tal persona adopta entonces espontáneamente los
sentimientos de Cristo hacia el Padre, hacia la Santísima Virgen, Su Madre, y
también hacia los Ángeles y todos los miembros de Su Cuerpo Místico.”
“Tal persona sabe que es perfectamente
amado por aquellos que están en el Cielo y en el Purgatorio, y por todas las
personas santas sobre la Tierra. El ama igualmente en Cristo Jesús, a todos los
que son uno con él por gracia y por el Espíritu Santo, o que puedan así llegar
a estar unidos a él.”
“De esta manera, a través del don de
Piedad, una perfecta caridad se desarrolla en su alma, y termina sintiendo la
necesidad de amar y ser amado sin medida. De aquí en adelante, estando seguro
de que su Padre Celestial es no solamente Todopoderoso, sino todo-amoroso hacia
él, nada lo puede perturbar ya. Él sabe que después de todo, todo lo que le
suceda, tendrá lugar para la mayor gloria de Dios, y su propia conveniencia”.
“Es por esto que este corazón rebosa
gratitud. Le gusta repetir: ‘Gracias, Padre amado...Haz con Tu hijo lo que
quieras; lo que Tú haces es lo que amo, y lo que deseo seguir amando...Que se
haga Tu voluntad, y no la mía...con Jesús y en Jesús, a pesar de la repugnancia
de mi débil naturaleza, quiero decir siempre desde el fondo de mi corazón:
amadísimo Padre, que Tu Santa Voluntad se cumpla completamente en Tu hijo, a
cualquier costo!”
“Esta especie de abandono infantil a Dios,
está acompañado por una completa confianza en el futuro. ¿Por qué una persona
así va a tener temores? El sabe cuánto lo ama El Padre, y que si le envía
pruebas, también le enviará la ayuda necesaria para aceptarlas de todo corazón.
Es por esto que nunca está ansioso. Su único interés es amar con todas sus fuerzas
en cada momento presente.”
“Si el demonio intenta debilitar su virtud
de esperanza, sugiriendo que tal vez no está en estado de gracia, y podría
estar entre los condenados el Ultimo Día, él rehúsa considerar esa posibilidad.
En vez de esto, rápidamente levanta su mente y su corazón a su Padre Celestial,
y le dice con la simplicidad de un niño: ‘Bien, querido Padre, yo quiero por lo
menos, amarte con todas mis fuerzas en este mundo, y estoy decidido a amarte
para siempre.”
“El amor de esta persona puede llegar a ser
tan puro y desprendido del mundo, que aun si – lo cual es imposible – fuera
destinado al Infierno, no obstante, renovaría gozoso su deseo de amar a Dios
eternamente y asegurar su recompensa.”
“Esta es la clase de amor que hizo que
Teresa de Lisieux algunas veces expresara ‘mil cosas disparatadas’; por
ejemplo, su buena voluntad de ser arrojada al abismo de horribles tormentos del
Infierno, para desde allí, a través de toda la eternidad, se levantara al menos
un acto de puro amor, atravesando todo un coro de blasfemias.”
“Amando a su Padre Celestial ‘hasta la
locura’ ella amaba todo lo que Él ama; y ya que el Padre ama a todas las almas
con el amor con el que ama a Su Único Hijo, ella amaba a todas las almas con
igual afecto. Por tanto, notamos su delicado comportamiento hacia el prójimo.
Si el prójimo es imperfecto, ella ve en él, un miembro herido de Jesús, y
redobla su atención y solicitud, para que el mal no aumente, sino para que el
miembro doliente pueda ser sanado, si fuera posible.”
“Esto viene a mostrarnos que el don de
Piedad llega a perfeccionar, La Brisa del Segundo Pentecostés en un alma fiel,
la virtud de la Caridad hacia Dios y hacia el prójimo. Y ya que la perfección
de un alma, depende de su grado de caridad, podemos fácilmente comprender la
excelencia de ese precioso fruto de la piedad.”
“Pocas personas han recibido con tanta
abundancia el don de piedad, como Santa Teresa del Niño Jesús. Es por esto que
su ‘caminito’, es apropiadamente llamado el camino de la infancia espiritual.
‘¿Acaso no es Dios nuestro Padre?’, preguntaba ella, ‘¿y no somos nosotros sus
hijitos?’, y sabemos que al final de su vida, le gustaba considerarse como la
‘pequeña bebé’ de (papa) ‘¡Papacito, el buen Dios!”
“Algunas mentes ‘superiores’ llamarán a eso
‘niñerías’, y sin embargo, cuán bien expresa esto nuestra absoluta dependencia
respecto a Dios, aún en el orden natural, y al mismo tiempo, el exorbitante e
inconcebible amor que el infinitamente misericordioso Padre tiene por nosotros,
a los que ha deseado hacer hijos Suyos.”
“Espíritu Santo, Espíritu del Hijo, que
nunca cesaste de animar, durante su peregrinaje por la tierra, los Corazones de
Jesús y Su Bendita Madre, con el más puro amor hacia el Padre, dígnate llenar
también nuestros corazones con el mismo tierno y filial amor.”
“Espíritu Santo por Quien hemos recibido el
derecho de llamar a Dios con el dulce Nombre de Padre, y de ser verdaderamente
Sus hijos, ayúdanos en nuestro intento de llegar a ser menos indignos de tener
un Padre tan bueno y misericordioso. Que nosotros, después de haberlo amado con
todo nuestro corazón en este mundo, a través de Ti, lo glorifiquemos
eternamente en Su Único Hijo.”
Oraciones de Intercesión.
El Don de Piedad
1. Por las almas consagradas:
Oh Divino Espíritu de Piedad, ven y nutre
los corazones de todos los hombres y mujeres religiosos, y de todos los que se
han consagrado a Dios. Renueva en ellos el fervor de la devoción. Que prueben
nuevamente Tu dulzura. Te rogamos, Espíritu Santo.
2. Por los que se enfrentan a la
desesperación:
Vierte el agua de la esperanza en la aridez
de las almas desesperadas, oh Divino Espíritu de Piedad. Muéstrales la
esperanza y el deleite de Tu Presencia en sus vidas. Que obtengan satisfacción
en Tu favor y amor. Posee sus corazones con Tus dones. Te rogamos, Espíritu
Santo.
3. Por los pecadores empedernidos:
Oh Divino Espíritu de Piedad, muestra a los
pecadores empedernidos la amargura en el placer del pecado, abriendo sus
corazones a la dulzura de Tu santidad. Concédeles nuevamente Tu don de Piedad,
y ayúdalos a experimentar Tu bondad. Te rogamos, Espíritu Santo.
4. Por los que están sufriendo los efectos
del escándalo:
Oh Espíritu de Santidad, Tu eres nuestra
luz en la oscuridad. Muestra la luz de la fe a las almas jóvenes que han sido
escandalizadas por la debilidad de sus líderes, y trae a todos los líderes al
camino del arrepentimiento y de la conversión. Sana todas sus heridas con el
nutritivo don de Tu piedad, y renueva su celo. Te rogamos, Espíritu Santo.
5. Por todos los que están esperando aquí:
Ven, Espíritu Santo; no tardes, ven y llena
los corazones de tus fieles que esperamos aquí, con Tu don de piedad. Aumenta
en nosotros el deseo de amar y servir. Llena siempre nuestros corazones con el
dulce perfume de Tu santidad. Te rogamos, Espíritu Santo.
Oración final (por el sacerdote):
Ven, oh Bendito Espíritu de Piedad, ilumina
todos los corazones, para que encuentren deleite y satisfacción en el servicio
de Dios y en la santa obediencia a sus superiores y líderes, cuando quiera que
su obediencia esté de acuerdo a Tu Santa Voluntad. Te lo pedimos en el Nombre
de Jesucristo Nuestro Señor, que vive y reina Contigo y el Padre, un solo Dios,
por los siglos de los siglos. Amén.
CAPITULO VI
EL DON DE FORTALEZA
(Para leer el Sábado a las 2:00 p.m. durante la vigilia de los Tres Días de
Espera, antes del Domingo de Pentecostés)
INTRODUCCIÓN:
Este don del Espíritu Santo, destierra toda
timidez y respeto humano, fortalece las almas para que odien el pecado, para
practicar las virtudes, y preferir el desprecio, pérdidas temporales, y aún la
muerte, antes que negar a Cristo de palabra o de obra. Este don nos llena de
poder para luchar y sobreponernos a los enemigos de nuestra salvación, y
podemos ser capaces, en medio de las tentaciones, dificultades y persecuciones,
de cumplir la Voluntad de Dios. Nos hace estar preparados y valerosos para
emprender el más grande sacrificio por nuestra salvación.
Lectura/ Meditación
Daniel 3, 8-18 y Juan 15, 26-27; 16, 1-4
El Don de Fortaleza
Reflexión de Alexis Riaud – L’Action du
Saint Esprit dans nos ames
“Para ser santo, no es suficiente conocer
las cosas que debemos evitar. Debemos también ‘hacer lo correcto’, debemos
actuar de acuerdo a la verdad y la rectitud: debemos hacer que lo correcto
penetre cada detalle de nuestra vida diaria. Esto es difícil para nosotros,
precisamente a causa de nuestra naturaleza caída. El poeta pagano expresó esto
diciendo: ‘Veo lo que es mejor y lo apruebo, pero hago las cosas que son
peores.”
“San Pablo se hace eco de esta queja cuando
escribe (Romanos 7, 18-26) ‘Ya sé que el bien no reside en mí...tengo el deseo
de hacer lo que está bien, pero me falta el poder para hacerlo, porque no hago
el bien que quiero, sino el mal que no quiero... ¡Desdichado de mí! ¿Quién me
librará de mi condición presente que no es más que muerte?”
“Cuando estamos reducidos a tener solamente
las fuerzas de nuestra naturaleza, la cual fue herida por el pecado original,
somos realmente incapaces de perseverar por largo tiempo en aquello que es bueno.”
“Afortunadamente, Dios en su misericordia
ilimitada, ha tenido compasión hacia nuestra debilidad. Nos ha habilitado para
compartir el divino poder de Jesús Nuestro Salvador. Quien dijo: ‘Recibirán el
poder del Espíritu Santo,’ al hablar a sus discípulos cuando estaba por
dejarlos y regresar al Cielo. ‘Y ustedes serán mis testigos...hasta los
confines de la tierra’(Hechos 1, 8).”
“Esa promesa se cumplió pocos días después,
el día de Pentecostés. Y fue la seguridad de haber recibido esa Fuerza Divina
lo que más tarde hizo que San Pablo gritara victoriosamente: ‘Todo lo puedo en
Aquel que me conforta’. (Filipenses 4, 13).”
“Esa Fuerza Divina se da al alma Cristiana
en el momento de su regeneración espiritual en el Bautismo, por la virtud
infusa de Fortaleza, y también por el don de Fortaleza, cuya virtud depende de
que sea ejercido.”
“El don de Fortaleza en un alma enteramente
entregada al Espíritu Santo, consiste en una disposición sobrenatural de alma,
que la habilita, bajo la acción del Divino Espíritu, a emprender las acciones
más difíciles, y a soportar las más grandes pruebas por amor a Dios, y la
gloria de Su Nombre.”
“Un alma animada por el Espíritu de
Fortaleza, no pone su confianza en su propio esfuerzo. Nadie está más
consciente de su propia extrema debilidad, y falta de poder con respecto a todo
bien sobrenatural.”
“Toda su confianza está en Dios, y esa
confianza es ilimitada. Ella sabe que ‘Dios ha elegido lo que el mundo tiene
por necio, con el fin de avergonzar a los sabios...así nadie ya se podrá alabar
a sí mismo delante de Dios (1Corintios 1, 27-29); y que El pide de Sus hijos
solamente buena voluntad para cumplir en, y a través de ellos, maravillas de
gracia y misericordia.”
“Es por esto, que ninguna consideración
puramente humana detiene a esta persona cuando está involucrada la gloria de
Dios. Y se siente segura que Dios está complacido a este respecto. Nada parece
imposible, porque lo espera todo de Dios, no pone su confianza en los medios
puramente humanos a lo que estará obligado a recurrir. A aquellos que le
hablaron a Juana de Arco sobre la temeridad de lo que iba a emprender, ella
replicó: ‘Los hombres batallarán, y Dios dará la victoria.”
“Ella no puso su confianza en sus talentos
militares, o en el valor de sus soldados, sino únicamente en Dios que puede,
por un acto de Su Voluntad, vencer todas las fuerzas militares, y conceder a
aquellos que lo aman, un brillante éxito.”
“Igual que la virtud de Fortaleza, el don
de Fortaleza o Fuerza, implica prontitud en tomar una decisión, generosidad en
el esfuerzo, y perseverancia a pesar de las dificultades.”
“En el ejercicio ordinario de la virtud de
Fortaleza, todo esto es el resultado de un claro y bien definido proceso de
razonamiento. Nuestras acciones se llevan a cabo por razones clara y definidas,
fruto de lo que nosotros, con la ayuda de la gracia de Dios, descubrimos en
nuestra meditación, como cuando nos damos cuenta de la necesidad de echar fuera
nuestros vanos temores, porque los bienes eternos son superiores a todos los
bienes de este mundo.”
“Por el contrario, bajo la acción del don
de Fortaleza, la persona emprende grandes cosas por la gloria de Dios, de una
manera totalmente espontánea y natural. Se encuentra a sí misma inspirada a
aceptar el sufrimiento más doloroso por amor a Él, y ya no siente la necesidad
de defenderse del temor de cansancio y críticas, o contra el temor a los
hombres; porque la única cosa a la que teme ahora, es desagradar a su Padre
Celestial, o no procurar Su gloria al alcance de su habilidad.”
“Su confianza en ese Padre tan
misericordioso es tan grande, que ya no piensa, como hacía antes, qué le
sucederá. Está satisfecho recibiendo momento a momento, con todo el amor de su
corazón, pequeñas o grandes cruces que el buen Padre quiera enviarle. La
pequeña Teresa constantemente repetía: ‘Eso es lo que Él me hace amar.”
“¡Cuán grande era la paz que llenaba su
corazón! No es que no sintiera el sufrimiento tan vívidamente como antes; a
menudo era lo contrario. ‘Yo aumentaré tu sensibilidad para que sufras más’, le
dijo Nuestro Señor a Santa Margarita María. Tal persona siente que se aumenta y
agudiza su sensibilidad, a medida que avanza: pero si el sufrimiento permanece
y aún aumenta, el amor lo transforma y hace que la persona no solo lo acepte
voluntariamente, sino que lo abrace con todo el amor del cual es capaz.”
“Esto es así, porque el don de Fortaleza
presupone en el alma el completo desarrollo de las virtudes teologales de fe,
esperanza y caridad, lo mismo que la acción de los dones de Entendimiento,
Sabiduría, y Piedad filial.”
“Si el alma sin vacilación lleva a cabo tan
grandes cosas con amor y algunas veces – aún con una sonrisa – soporta los más
grandes sufrimientos, físicos y morales, es porque tiene una viva y firme fe en
el infinito amor del Padre Celestial hacia ella. El alma tiene una confianza
sin límites en Su bondad como Padre, y porque lo ama tanto, le gustaría hacer y
sufrir infinitamente más para la gloria de Su Nombre.”
“Es porque estaban animados por ese
Espíritu de Fortaleza, que los Apóstoles, el día después de Pentecostés,
emprendieron, a pesar de los pobres medios humanos de que disponían, la
conquista del mundo y la revolución espiritual de las naciones.”
“El mismo Espíritu Santo los hizo valientes
ante las amenazas del Sanedrín y replicar sin temor a sus jueces, quienes les
habían ordenado no seguir predicando: ‘No podemos dejar de hablar de lo que
hemos visto y oído.’ (Hechos 4, 20). Fue Él, quien finalmente hizo que se
regocijaran de haber sido considerados dignos de sufrir por causa del Nombre de
Jesús.”
“Fue también el Espíritu de Fortaleza quien
produjo los mártires, tales como Esteban, Lorenzo, Cecilia e Inés, y quien ha
inspirado y sostenido a los fundadores y reformadores de las órdenes religiosas
y congregaciones en sus tareas, las cuales generalmente eran muy difíciles.”
“Fue el mismo Espíritu de Fortaleza, quien
hizo que Liberman rehusara regresar al mundo cuando la epilepsia llegó a ser un
obstáculo para ser ordenado sacerdote; quien cuando fue virtualmente abandonado
por todos, lo habilitó para continuar esperando en Roma la aprobación de su
Congregación del Inmaculado Corazón de María, y Quien un tiempo después, lo
fortaleció para llegar a ser la cabeza de la Congregación del Espíritu Santo, y
para revivir el espíritu misionero en la Iglesia, durante los tiempos difíciles
que siguieron a la Revolución Francesa.”
“Al final del mismo siglo, fue el mismo
Espíritu de Fortaleza quien hizo que una pequeña Carmelita fuera fiel en las
más pequeñas cosas y no resistiera nunca ni los más pequeños impulsos de la
gracia. Él le enseñó a encarar el sufrimiento con una sonrisa, y aunque vivió
una corta vida en el claustro, llegó a ser la patrona de las misiones.
Aludiendo a la gracia que recibió en la Navidad de 1885, ella escribió: ‘Él me
hizo fuerte y valerosa, y desde entonces, marché de victoria en victoria,
empezando algo así como una gigantesca carrera.”
“Mientras ese don no ha llegado a estar
activo en el alma, la persona permanece imperfectamente sujeta a toda clase de
temores inútiles. Eso significa que el don de Fortaleza, que confiere a la
Virtud su perfección final, es necesario para la perfecta santidad.”
“Teresa decía que es particularmente
necesario a las ‘pequeñas almas’ que están profundamente convencidas de su
incapacidad, (soportar) hacer algo bueno ellas mismas. Si otros, que son por
naturaleza fuertes y generosos, pueden contar de alguna manera con sus propios
poderes que han recibido de Dios, esto no es así para las ‘pequeñas almas’, que
son conscientes de su extrema debilidad. Siendo incapaces de encontrar en
ellas, la energía que necesitan, solo tienen un medio de alcanzar la perfección
a pesar de todo, esto es, recurrir al Espíritu Santo. Siendo incapaces de subir
los peldaños de la escalera de la perfección por su esfuerzo personal, deben,
por necesidad, confiar en los Brazos de Jesús: ellos deben recurrir al Elevador
Divino, que es precisamente el Espíritu Santo”.
“Es por esto que es de la mayor
importancia, que cada alma se prepare a sí misma tan bien como sea posible,
para la acción del Espíritu de Fortaleza.”
“La primera condición para ese propósito es
saber como reconocer humildemente su impotencia y aún a alegrarse a la vista de
su miseria, después del ejemplo de Santa Teresita de Jesús, que nos asegura que
‘mientras más débiles e infelices somos, más apropiados somos para la obra de
ese poder consumidor y transformante en nosotros’. Pero ella también nos
previene que para obtener ese favor debemos consentir en: ‘permanecer en
nuestra pobreza e impotencia; pero hay pocas personas que se someten a eso.’”
“A esa humilde aceptación de su miseria, el
alma hará lo mejor en añadir una ilimitada confianza en Dios en este respecto,
y una esperanza ciega en Su misericordia, no sea que esa confianza parezca
temeridad. Como aquellos de quienes la niña Teresita hablaba, estas almas
tratarán de beneficiarse de todas las circunstancias para practicar
generosamente las virtudes de Fortaleza y Paciencia, y así aprender a vencerse
a sí mismas (experimentar la victoria de Dios) en las cosas pequeñas.”
“Finalmente, el alma no debe olvidar
recurrir, tanto como las circunstancias lo permitan, al Pan de los fuertes, la
Sagrada Eucaristía – la fuente viva de la cual los mártires sacaban la fuerza
para profesar su fe en Cristo, aun a costa de derramar hasta la última gota de
su sangre.”
“Espíritu Santo, Divina Luz y Fortaleza,
que operas constantemente en nuestras almas, y sin el cual somos incapaces de
pensar sobrenaturalmente, por Tu ayuda, los Apóstoles y los Mártires pelearon y
se sacrificaron por amor a Cristo, y para la mayor gloria del Padre.”
“Dígnate completar en nosotros toda la obra
de santificación. Que lleguemos a ser verdaderos testigos de Cristo en este
mundo, y entonces, en Él y a través de Ti, glorifiquemos al Padre para siempre
en la vida bendita del Cielo.”
Oraciones de Intercesión.
El Don de Fortaleza
1. Por los misioneros:
Fortalece las rodillas de los misioneros en
tierras paganas. Fortifica sus corazones con el don de Fortaleza, oh Divino
Espíritu de Dios. Querido Espíritu de Amor, sostiene a los misioneros en su
santo testimonio de amor. Sé la fuerza de los mártires. Te rogamos, Espíritu
Santo.
2. Por los que están sufriendo injustamente
en prisión y en el mundo:
Sé la fuerza de aquellos que están
sufriendo injustamente en nuestras prisiones y nuestras casas. Consuélalos, oh
Divino Espíritu de Dios, con el don de la fuerza. Que este santo don aumente el
amor en sus corazones y les dé fuerza para perdonar. Te rogamos, Espíritu
Santo.
3. Por los que están muriendo por la
pérdida de sus seres queridos, o por su riqueza:
Fortalece los débiles y temblorosos
corazones de Tu pueblo, oh Divino Espíritu de Fuerza. Visítalos con Tu santo
don de Fortaleza. Permite que su mente y esperanza se renueven en Tí. Te
rogamos, Espíritu Santo.
4. Por los amigos inconstantes del Amor:
Oh Divino Espíritu de Dios, Tú eres la
fuerza de nuestra voluntad. Inflama todos los corazones que anhelan amar, pero
no saben cómo amar, los inconstantes amigos de Dios, con el poder de Tu don de
Fortaleza. Permite que todos los corazones ardan en Tu llama de amor siempre.
Te rogamos, Espíritu Santo.
5. Por todos los que estamos esperando
aquí:
Ven y fortifica tu Templo, oh Divino
Espíritu de Fuerza. Tus hijos están esperando por Ti. Tu templo está preparado
para Ti. La puerta está abierta para Ti. Ven con Tu don de fuerza y somete toda
timidez y respeto humano en nosotros, y fortalécenos para estar siempre listos
para Cristo. Te rogamos, Espíritu Santo.
Oración final (por el sacerdote):
Ven, oh Bendito Espíritu de Fortaleza,
ilumina todos los corazones ahora y en todo tiempo de dificultad y adversidad,
para que se esfuercen por lograr la perfección en todas las cosas y en todo
tiempo. Esto te lo pedimos en el Nombre de
Jesucristo Nuestro Señor, que vive y reina Contigo y el Padre, Único Dios,
ahora y por siempre. Amén.
CAPÍTULO VII
EL DON DE CONOCIMIENTO
(Para leer el Sábado a las 3:00 p.m. durante la vigilia de los Tres Días de
Espera, antes del Domingo de Pentecostés).
INTRODUCCIÓN:
Por el don de Conocimiento, el Espíritu
Santo nos ilumina con una luz interior, para que nos conozcamos, y discernamos
las artimañas del amor propio, de nuestras pasiones, del demonio y del mundo, y
podamos escoger los medios más aptos para vencerlos. Por medio de este don, el
Espíritu Santo nos ilumina más y más, al dejar que Su Luz Divina penetre en
nuestros corazones y nos ilumine acerca de las verdades reveladas y los deberes
que debemos cumplir. La verdad conocida la podemos ver con más claridad de la
que podría ser percibida por nuestra inteligencia. Este es el conocimiento de
los Santos, que sobrepasa todo el conocimiento del mundo, “bajando del Padre de
la Luz” (Santiago 1, 17). Cada naturaleza creada se hace un libro abierto donde
leemos a Dios y a Sus perfecciones.
Lectura / Meditación:
Romanos 8, 12-17 y Juan 16, 5-15
El Don de Conocimiento
Meditación de Alexis Riaud – L’Action du
Saint-Esprit dans nos ames
“Es conveniente poseer el don de
conocimiento, en primer lugar, para responder al llamado a la perfección.
Porque, mientras una persona tenga una apreciación mundana de la vida presente,
es incapaz de vivir a plenitud la vida de Cristo. ¿Acaso no dice San Pablo que
‘la sabiduría de la carne es enemiga de Dios?”
“Es por eso que el primer deber de un alma
en su búsqueda de la perfección, es despojarse de la mentalidad del mundo,
dejar de juzgar las cosas desde un punto de vista meramente humano, y aprender
a ver las cosas como las ve el mismo Dios.”
“Este es precisamente el papel del don de
Conocimiento cuando ha alcanzado su pleno desarrollo. Por ese don, también
llamado ‘ciencia’, el cristiano, algo así como instintivamente, juzga todas las
cosas a la luz de la fe, las juzga como lo hace Dios, por tanto también como
Nuestro Señor, la Santísima Virgen y los Santos las juzgan. Es por esto que las
personas que están totalmente entregadas al Espíritu Santo, aunque nunca se
hayan visto ni hablado el uno con el otro, concuerdan perfectamente en su
evaluación de los eventos mundiales, en contraste con los científicos y
teólogos, que tienen tan divergentes opiniones respecto a los mismos eventos.”
“!Bendita es por cierto el alma que ya no
mantiene su propia manera de ver las cosas y sus propios juicios acerca de
ellas, sino que en todas las circunstancias, las juzga de acuerdo al Divino
Espíritu! Tal alma puede estar segura que no está equivocada.”
“Mis pensamientos no son vuestros
pensamientos, y vuestros caminos no son Mis caminos”, dice el Señor. ‘Así como
el cielo está muy alto por encima de la tierra, así también Mis caminos se
elevan por encima de vuestros caminos’ (Isaías 55, 8-9).”
“La persona mundana ve en las personas y
cosas que llenan el universo, solamente los medios para satisfacer su
insaciable sed de riquezas, de placer y de vanagloria. Ignora el amor genuino
el cual se olvida de sí mismo y busca el bienestar de la persona amada.”
“Dios es amor. Él ve en los seres humanos
que son obra de Su Omnipotencia y de Su amor misericordioso, tantos reflejos (e
imágenes más o menos imperfectas que sin embargo lo reflejan) de Sus
perfecciones infinitas. Y los ama a todos con ese amor infinito y verdadero con
el cual Él ama a Su Hijo, y se ama a Sí Mismo. Santo Tomás de Aquino nos dice:
‘No es sólo a Su Hijo a quien el Padre ama a través del Espíritu Santo, sino
también a Sí Mismo y a todos nosotros’. Antes de que el Hijo se encarnara, el
autor del Libro de la Sabiduría había dirigido estas palabras a Dios: ‘Tú amas
todo lo que existe, y no aborreces nada de lo que has hecho; de lo contrario
¿cómo lo habrías creado?’ (Sabiduría 11, 24)”.
“Los pensamientos de Dios son pensamientos
de paz y de amor, y de infinita bondad. Un alma que está llena del Espíritu
Santo, y animada por el don de Conocimiento, no tiene otra manera de
mirar las cosas de este mundo sino de la
manera de Dios mismo. Tal alma ve en cada creatura un reflejo de las
perfecciones Divinas, y una invitación a alabar continuamente al Autor de todo
lo que es bueno. Hace suyo con alegría, el cántico inmortal de los tres jóvenes
en el horno ardiente: ‘Obras todas del Señor, bendíganlo, alábenlo, ensálcenlo
eternamente’. (Daniel 3, 57).”
“Fue porque San Francisco de Asís estaba
lleno de ese Espíritu de Conocimiento que experimentaba una veneración tan
grande y tierno amor a las obras de Dios. Joergensen, su biógrafo, nos dice:
‘Las creaturas le hacían capaz de entender al Creador. Cuando él sentía la
firme solidez de las piedras, inmediatamente sentía y reconocía, al mismo
tiempo, que Dios es fuerza, y cuan poderosa de su ayuda a nosotros.”
“La vista de una flor en la frescura de la
mañana, o los pequeños picos abiertos con confianza innata en un nido de
pájaros, le revelaban la pureza e inafectada belleza de Dios, así como la
infinita ternura del Divino Corazón que era el origen de todo eso.”
“Ese sentimiento llenaba a Francisco con
una especie de gozo continuo a la vista de la obra, y por tanto del pensamiento
de Dios, y al mismo tiempo, con el deseo de darle gracias constantemente.”
“Él deseaba que todas las creaturas se
unieran a él en esa acción de gracias, y le parecía que de hecho, ellas se
sumaban gozosas a esa acción de gracias.”
“Más cerca de nosotros en el tiempo, está
Santa Teresita del Niño Jesús, quien dignamente emulaba al Poverrello de Asís.
En ella tenemos un ejemplo sobresaliente de un alma completamente entregada al
Espíritu de Conocimiento. Todo en la naturaleza le hablaba de Dios; todo le
recordaba la morada eterna.”
“Santa Teresita nos dice: ‘Recuerdo cómo,
cuando era una niña pequeña, miré a las estrellas con admiración
indescriptible’. Mirando con deleite al grupo de estrellas en la constelación
de Orión, ella vió la letra T, y un día le dijo a su padre: ‘Mira, papá, mi
nombre está escrito en el Cielo’. Después de eso, ella nos dice: ‘Quería estar
mirando constantemente al cielo estrellado.’ Pero al mismo tiempo, una
tormenta, truenos, relámpagos, no le daban el menor temor. Ella estaba
fascinada por tales señales creadas: ‘Me parecía que el buen Dios estaba (en
ese momento) muy cerca de mí.”
“Ella amaba la nieve, las flores, las
margaritas; se encantaba mirando el lejano horizonte, el espacio, los grandes
árboles: ‘En resumen, todo en la naturaleza me fascina y lleva al Cielo mi
alma.”
“Durante su viaje a la ‘Ciudad Eterna’,
admiraba las majestuosas montañas de Suiza, sus cascadas, sus valles poblados
de helechos gigantescos y brezos rosados: ‘Cuánto bien hicieron a mi alma esas
bellezas de la naturaleza, extendidas por doquier’, escribió después, ‘ ¡Cómo
elevaron mi alma hacia Él, que ha deseado esparcir tales obras maestras, sobre
una tierra de exilio que no durará más de un día!’”.
“Fue también en el árbol de la naturaleza
que Teresita encontró la solución del difícil problema de la predestinación:
‘He llegado a entender que todas las flores son bellas. El esplendor de la
rosa, y
la blancura del lirio, no le quitan el
perfume a la pequeña violeta, ni eliminan la encantadora sencillez de la
pequeña margarita. Me he dado cuenta de que si todas las flores pequeñas
desearan ser rosas, la naturaleza perdería su primaveral adorno: los campos ya
no estarían salpicados de margaritas.’ Y llega a esta conclusión: ‘lo mismo
tiene lugar en el mundo de las almas, en el jardín del Señor...cuanto más
sientan las flores, la felicidad de hacer la voluntad de Dios, más perfectas
son.”
“El don de Conocimiento también nos
capacita para engrandecer el valor apropiado de los eventos en nuestro mundo, y
particularmente aquellos que son ocasión de sufrimiento y dolor para nosotros.”
“Visto por Dios, todo lo que sucede
contribuye al cumplimiento de su designio eterno. Él dirige a todos los seres
humanos a su debido fin, y al fin general y propósito del universo, lo cual es
la gloria de Su Santo Nombre, a través de la santificación de las almas
predestinadas.”
“Es por eso que un alma que está totalmente
entregada a la acción del Espíritu de Conocimiento hace todo lo que puede para
no ceder a sentimientos de desolación y desesperación. Tal alma sabe
que no estará desconcertada para siempre, y
que es ventajoso ser tratada así. Se abandona a sí misma sin reservas a las
Manos de su Padre Celestial.”
“¿Acaso no es necesario que la vid mística
sea podada a fin de producir fruto abundante? ¿Acaso no es necesario que una
‘piedra’ que debe adornar el Templo Celestial, sea pulida? Tal alma, por lo
tanto, repite, durante las pruebas y la humillación, lo que dijo el Salmista:
‘Fue bueno para mí que me afligieras (humillaras)’ (Salmo 119, 71, o en la
Biblia Douay Rheims: Salmo 118:71).”
“La gente mundana, que es indiferente con
respecto a lo que ofende a Dios, tiembla solamente cuando se trata de perder la
estima de los hombres; por el contrario, el que está lleno del Espíritu de
Conocimiento tiene sólo una preocupación: evitar cometer la más pequeña ofensa
a Dios. Tal persona se regocija cuando sufre humillaciones, porque sabe que
este es el camino más corto y seguro para obtener el perfecto desapego y el
perfecto amor.”
“Santa Teresa de Ávila, refiriéndose a las
muchas denuncias hechas contra ella por personas malvadas, le dijo a su
director: ‘Cada vez que escucho que alguien ha hablado de mí desfavorablemente,
empiezo a rezar a Dios por esa persona, y le pido a Nuestro Señor que la
preserve de cometer cualquier ofensa a Dios con su corazón, lengua o manos. Y
ya no considero a esa persona como alguien que desea hacerme daño, sino como un
siervo de Dios Nuestro Señor, que ha sido escogido por el Espíritu Santo para
ser una especie de intermediario, con el propósito de procurar mi bien, y
ayudarme a que esto resulte en mi salvación. Créame, la mejor y más fuerte
lanza para conquistar el Cielo, es la paciencia en las pruebas. Es la paciencia
la que hace a un hombre realmente ser dueño de su alma, tal como Nuestro Señor
dijo a Sus Apóstoles’”.
“Y cuando alguien le recordaba una
particularmente ignominiosa acusación llevada a Roma contra ella, entre muchas
otras, replicaba con una sonrisa: ‘Yo hubiera hecho cosas mil veces peores, si
el Señor no hubiera tomado mi mano. Lo que es de temer en esto y es muy
doloroso, es el daño sufrido por un alma que hace tales cosas. En cuanto al que
es falsamente acusado, no sufre más mal que el haberle dado la ocasión de ganar
méritos.’”
“Todos los Santos han estimado igualmente
el sufrimiento, y más particularmente, la humillación. Santa Teresa de Lisieux
decía: ‘Te doy gracias, mi Dios, por todas las gracias que me has concedido, en
particular por haberme hecho pasar a través del crisol del sufrimiento.’ Y
recordando los tres años durante los cuales sufrió grandemente por la
enfermedad de su padre, proclamó: ‘ No los cambiaría por los más sublimes
éxtasis, y mi corazón, en la presencia de ese tesoro que no tiene precio, llora
de gratitud: ‘¡Bendito seas mi Dios, por esos años de gracia, durante los
cuales hemos sido afligidos con tantos males! Bien amada madre (estaba ahora
hablando a su hermana que había llegado a ser la Priora), cuán preciosa y dulce
fue nuestra amarga cruz; de nuestros corazones han saltado solamente suspiros
de amor y gratitud! Ya no caminábamos, sino corríamos: estábamos volando en los
senderos de la perfección.’”
“Allí vemos las maravillas que se logran a
través del don de conocimiento en las almas que son fieles. Hace que todo en la
naturaleza se convierta en una ocasión de alabar a Dios y de darle gracias
continuamente.”
“Por el contrario, para un alma que es
esclava del pecado, todo se convierte en ocasión de tentaciones y caídas. Cuan
cierto estaba San Pablo cuando escribió (Tito 1, 15): ‘Todo es limpio para los
limpios. En cambio para los incrédulos y manchados, nada es limpio.’”
“Así, el alma que aspira a dejarse guiar en
todo por el Espíritu de Conocimiento, debe, sobre todo, aplicarse en lograr una
perfecta pureza de alma y gran ternura de conciencia. Debe evitar la menor
falta deliberada como si fuera una plaga – aún en materia de poca importancia. Por
el contrario, debe tratar de ser perfectamente fiel aún en los más pequeños
detalles, y evitar toda disputa. Es por esa fidelidad en las cosas pequeñas,
que la ‘pequeña flor’ alcanzó en muy corto tiempo, tal grado de sabiduría y tan
perfecta santidad.”
“Porque las más pequeñas infidelidades, si
son habituales y cometidas con pleno consentimiento, inevitablemente conducen a
un endurecimiento del corazón, y oscurecen el entendimiento. Como consecuencia,
igualmente vicia los juicios, mientras constituye un obstáculo a la acción del
Espíritu Santo en nuestras almas. Por lo tanto, San Pablo nos dice: ‘No
entristezcan al Espíritu Santo, que Dios puso en ustedes como a su sello’
(Efesios 4, 30).”
“No es suficiente guardar nuestras almas
para evitar cometer penosos pecados. Debemos también tener mucho cuidado en no
poner obstáculos en el camino de Su acción, aplicándonos en evitar toda
imperfección voluntaria. Solamente a ese precio, Él actuará plenamente en
nosotros, de acuerdo a Su ardiente deseo, que es también el deseo más querido
de Jesús y de Su Padre”.
“Espíritu Santo, concédenos que podamos
juzgar todas las cosas terrenas, no de acuerdo a las normas mundanas de los
hombres, sino como Dios mismo las juzga en Su perfecta y Eterna Luz.
Concédenos, por lo tanto, esa Divina Sabiduría que es disparate a los ojos de
los hombres, y que despreciemos la sabiduría del mundo, que es locura a los
ojos de Dios. No permitas que nuestros corazones se apeguen indebidamente a
cualquier cosa pasajera, bien sean riquezas terrenas, placeres mundanos, o
nuestra propia voluntad. Ayúdanos, para que estando solamente deseosos de
complacer a Nuestro Padre Celestial, actuemos en todas las circunstancias de
acuerdo al ejemplo de Jesús y María, siempre de acuerdo con Tus Divinas inspiraciones,
y para Su mayor gloria!”
Oraciones de Intercesión.
El Don de Conocimiento
1. Por aquellos que son víctimas de la
filosofía mundana:
Aclara la nube de dudas en las mentes y los
corazones de los herejes, oh Divino Espíritu de Dios. Permite que Tu don de
Conocimiento ilumine sus corazones para ver la verdad revelada y creer en ella.
Te rogamos, Espíritu Santo.
2. Por la comunidad cristiana:
Sana la ceguera de nuestras mentes, oh
Divino Espíritu de Dios. Concede a los fieles el don de Conocimiento, de ese
infinito Conocimiento Tuyo. Que los fieles crezcan en el conocimiento de Dios,
y aprendan a escoger las cosas valiosas, para el bien de sus almas. Te rogamos,
Espíritu Santo.
3. Por los paganos y los que son víctimas
de una falsa fe:
Permite que Tu luz de Conocimiento brille
sobre los paganos, y aquellos que son víctimas de una falsa fe. Ilumina sus
mentes con el conocimiento de la Verdad revelada de Jesucristo. Que todas las
comunidades cristianas reciban el don de Conocimiento, y sean guiadas hacia la
unidad del rebaño. Te rogamos, Espíritu Santo.
4. Por aquellos que no creen en la
existencia de Dios
¡Eterno Espíritu de Dios! Revela Tu
existencia a aquellos que no creen en la existencia de Dios. Abre sus mentes
par que sientan Tu Presencia y experimenten Tu amor. A través de Tu Divino don
de Conocimiento, vence su incredulidad. Te rogamos, Espíritu Santo.
5. Por todos los que esperamos aquí:
Ven y desciende sobre Tu pueblo que espera
por Ti. Ven con Tu don de Conocimiento, oh Divino Espíritu. Renueva nuestras
mentes para que veamos las cosas a la luz de la eternidad; veamos el Cielo en
todo; y disfrutemos del amor de Dios en todo. Te rogamos, Espíritu Santo.
Oración final (por el sacerdote):
Ven, oh Bendito Espíritu de Conocimiento,
ilumina todos los corazones para que vean y escojan la Voluntad del Padre por
sobre todas las otras voluntades, y también busque y valoren el Reino de los
Cielos más que la vanidad y la nada de las cosas terrenas. Esto te lo pedimos
en el Nombre de Jesucristo, Nuestro Señor, que vive y reina Contigo y el Padre,
ahora y por siempre. Amén.
CAPÍTULO VIII
EL DON DE ENTENDIMIENTO
(Para leer el Sábados a las 4:00p.m. durante la vigilia de los Tres Días de
Espera antes del Domingo de Pentecostés)
INTRODUCCIÓN:
Entendimiento es ese don del Espíritu Santo
que nos capacita para comprender los misterios y doctrinas de nuestra santa
religión. Si Dios proyecta conducir a un alma a la santidad, Él le da una luz
interior y un profundo discernimiento de los Divinos misterios, por lo que está
animada a servirle más perfectamente. La luz es el don de Entendimiento, a
través del cual, personas sencillas a menudo tienen un profundo conocimiento de
grandes misterios, por ejemplo, de la Santísima Trinidad, y la Encarnación –
sobrepasando el entendimiento natural de hombres muy estudiosos, pero menos
devotos.
Lectura / Meditación:
Colosenses 2, 6-10 y Juan 14, 21-26
El Don de Entendimiento
Meditación de Alexis Riaud – L’Action du
Sain-Esprit dans nos ames
“Por el don de Conocimiento y de Consejo,
el alma entregada a la acción del Espíritu Santo, juzga todas las cosas creadas
como el mismo Jesús, el Hombre-Dios las juzga, es decir a la manera de Dios.”
“Allí tenemos el completo desarrollo del
Espíritu de fe acerca de las cosas de este mundo. Esto presupone la muerte en
el alma de todas las pasiones desordenadas, de cada afecto que no esta de
acuerdo con aquellos del Corazón de Jesús.”
“Cuando un alma está en esa condición, en
la cual una tendencia a oscurecer la vista del alma ha desaparecido, y el alma
está dispuesta a dejarse guiar de la manera más perfecta por el Divino
Espíritu, es entonces que el noble don entra en acción: Entendimiento y
Sabiduría.”
“Debemos evitar tomar el don de
Entendimiento, que puede moldear la inteligencia, como la facultad espiritual
de conocimiento, que distingue al hombre de la bestia.”
“Una persona puede poseer una inteligencia
superior aunque no posea el don de Entendimiento para aumentar su inteligencia,
o puede no permitir que ese don de Entendimiento actúe en ella.”
“Por el contrario, con frecuencia conocemos
personas cuya inteligencia es muy corriente y poco desarrollada, pero que está
maravillosamente animada por el don de entendimiento.”
“¿Qué queremos significar por el don de
Entendimiento? Es una disposición sobrenatural de la mente, que nos habilita
para tomar y penetrar profundamente, como por intuición, dentro de los
misterios de nuestra Fe, o simplemente para captar el profundo significado de
algunas Palabras pronunciadas por el Salvador, o palabras vertidas por
cualquiera inspirado por el Espíritu Santo.”
“Hemos conocido por largo tiempo tales
misterios. Hemos escuchado frecuentemente tales palabras – tal vez hemos
meditado a menudo sobre ellas. Pero ahora golpean nuestra mente de una manera
tan nueva, que nos parece que nunca las habíamos realmente entendido hasta este
despertamiento.”
“Por ejemplo, bajo la influencia del don de
Entendimiento, una persona ve tan claramente que Dios es Amor, y es nada más
que Amor, que de ahí en adelante, nada sería capaz de hacer que esa
persona tenga ninguna duda sobre ese
infinito e inmutable Amor. Es como si tuviera una evidencia inmediata de ello.
Está llena de una luz vívida y deleitosa, y esa luz está acompañada por una
felicidad, de cuya existencia el mundo es incapaz de sospechar”
“Santa Teresa de Ávila escribe
(Autobiografía, Cap.27): ‘Dios pone en lo más íntimo del alma lo que Él quiere
hacer conocer...se asemeja al caso de una persona que se encuentra poseyendo
una ciencia aunque nunca hubiera aprendido a leer, nunca hubiera recibido
ninguna instrucción, nunca hubiera estudiado nada, y es incapaz de decir de
donde vino esa ciencia o conocimiento, porque nunca se molestó en aprender el
alfabeto. El alma, enseguida, en un momento, ha llegado a ser erudita. El
misterio de la Santísima Trinidad, y otras sublimes doctrinas se han vuelto
claras para
esa persona, y está preparada para discutir
sobre tales materias con cualquier teólogo y defender la verdad de esas
sublimes realidades. La persona misma está perfectamente atónita por lo que ha
llegado a conocer.”
“Ha sido claramente bajo la influencia de
ese don, que Santa Teresita de Jesús escribió en su autobiografía esta
profesión de fe en el amor de Dios por ella: ‘!Mi Jesús! Me parece que es
imposible que Tú puedas llenar otra alma con más amor del que has vertido en mi
alma.’ Y agrega más adelante: ‘Soy incapaz de concebir una inmensidad de amor
más grande que la que te ha complacido concederme, sin ningún mérito de mi
parte.”
“Asombrándose personalmente por la osadía
manifestada en esas líneas que como que brotaron de su pluma, ella sintió que
era necesario disculparse por lo que había dicho: ‘Madre mía, estoy
perfectamente atónita por lo que acabo de escribir. No lo hice
intencionadamente.’ Pero ella evitó cuidadosamente quitar nada del texto,
porque eso expresaba exactamente su pensamiento. Sería incorrecto, sin embargo,
creer que este don está reservado para almas llamadas a un alto grado de
santidad.”
“Recuerdo haber administrado los
sacramentos a una pobre mujer de ochenta años quien después me contó la
historia de su vida. Ella conoció los tiempos en que niños de siete u ocho
años, tenían que trabajar en fábricas. Ella misma había sido víctima de tal
situación. No había recibido ninguna instrucción, ni secular ni religiosa. Sin
embargo, conocía las verdades de la Fe, y sabía cómo rezar. Un funcionario a
quien ella había servido como criada, le había enseñado a rezar. El Espíritu
Santo había hecho el resto.”
“Esa luz en la mente no viene sin estar acompañada
por una gracia proporcional para la voluntad. Un alma bendecida con tal luz, se
siente como inflamada de amor por Dios. Y renunciaría gustosa a mil vidas, con
tal de declarar su fe y su amor.”
Sta. Teresa de Ávila escribió: ‘Sólo tal
gracia es suficiente para transformar un alma por completo. De ahí en adelante,
se siente incapaz de amar nada fuera de Él, Quien sin ningún esfuerzo de parte
del alma, la hace poseer tales bienes. Él le revela los más altos secretos y le
manifiesta una ternura, un amor que las palabras humanas no pueden describir.”
“Un alma que está bajo la influencia de esa
vida, florece, y puede permanecer en esa condición por muchos días. Le gustaría
difundir su amor al mundo entero. No puede entender como los hombres pueden
buscar la felicidad fuera de Dios, ve claramente que todo es vanidad, excepto
servir y amar a Dios, sin restricciones ni reservas.”
“Está más allá de nuestro poder, procurar
tales favores directamente para nosotros. Pero el Espíritu Santo ciertamente
desea concedérnoslos, y podemos y debemos disponernos a recibirlos con la ayuda
de Su gracia.”
“Prontamente entendemos que la primera
condición que se requiere para el florecimiento de ese don de Entendimiento en
nuestras almas, consiste en nuestro desapego de todos los afectos y placeres
pecaminosos. San Pablo (1Corintios 2, 14) nos dice: ‘El hombre natural rechaza
lo que enseña el Espíritu de Dios. Tal cosa es absurda para él, y es incapaz de
entenderla.”
Además de eso, el alma debe estar dispuesta
a entrar generosamente en el camino de la perfecta abnegación y total renuncia.
Como Santa Teresa de Liseux cuando entró en el Carmelo, el alma debe estar
preparada para aceptar ‘el pan diario de una amarga sequedad(espiritual,’ para
aceptar toda otra clase de prueba que Dios desea enviar al alma, a fin de que
tenga una devoción más
espiritual y más perfecta.”
“Debe también esforzarse en ajustarse a sí
misma a la buena voluntad de Dios, respecto a los más pequeños detalles, según
el ejemplo de Teresa. Y como ella, debe estar animada con el inmenso deseo de
responder perfectamente – y a cualquier costo – a los misericordiosos designios
de Dios hacia ella.”
“Esa fidelidad presupone gran humildad,
gran desconfianza en sí misma, e ilimitada confianza en la bondad divina; en
otras palabras, ese espíritu de infancia espiritual que Santa Teresa de Liseux
tan oportunamente recordaba para beneficio de los hombres.”
“Nuestro Salvador dice: ‘Les aseguro que si
no cambian y vuelven a ser como niños, no entrarán en el Reino de los
Cielos.’(Mateo 18, 2-3). Y leemos en San Lucas(10, 21) ‘En ese mismo momento,
Jesús movido por el Espíritu Santo, se estremeció de alegría y dijo: ‘Yo te
bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas
a los sabios e inteligentes, y se las has mostrado a los pequeñitos.‘”
“Espíritu Santo, Espíritu de la Verdad,
ayúdame a escuchar y a seguir todas Tus enseñanzas, y a ser fiel a todas Tus
inspiraciones e indicaciones.”
“Espíritu de Vida, Fuerza y Luz, sé mi
poder y mi vida. Tú me hablas en el silencio; hazme ser recogida. Tú desciendes
a las almas humildes. Dame el espíritu cristiano de humildad. Enséñame a vivir
animada por Tu Amor; enséñame a esparcir amor alrededor de mí.”
Oraciones de Intercesión.
El Don de Entendimiento.
1. Por la unidad entre la familia
Cristiana:
Une todas las cosas en Cristo, oh Divino
Espíritu de Dios. Derrama Tu don de Entendimiento sobre la familia Cristiana y
capacítales para acoger el llamado de unidad del rebaño, por lo cual Jesús oró:
“Padre, que ellos sean uno como Tú y Yo somos uno.” Te rogamos, Espíritu Santo.
2. Por las comunidades religiosas:
Renueva Tu don de Entendimiento entre los
hombres y mujeres religiosas. Abre sus mentes para que entiendan claramente la
vanidad de este mundo y acojan los valores de Tu Reino. Guárdalos en un único
amor; que permanezcan en una única Verdad; y continúen dando el mismo
Testimonio de Fe verdadera. Te rogamos, Espíritu Santo.
3. Por la unidad de las familias:
Derrama el don entendimiento mutuo entre las
parejas. Permite que el santo don de Entendimiento les ayude a entender a qué
los llama Dios a ser. Ven, oh Espíritu de amor, y reconstruye los hogares
rotos. Sana las heridas de su amor, y aumenta el Fuego de Tu Amor en ellos. Te
rogamos, Espíritu Santo.
4. Para la sanación de las mentes carnales
entre los fieles:
Visita los corazones fieles con el don de
Entendimiento, oh Divino Espíritu de Dios. Permite que la Luz de Tu Presencia
cubra su intelecto y puedan ver las cosas de la manera del Cielo; para que
vivan una vida inteligente y santa. Te rogamos, Espíritu Santo.
5. Por todos los que estamos esperando
aquí:
Permite que Tu luz de Entendimiento brille
sobre nosotros que estamos esperando por Ti, oh Divino Espíritu, para que
podamos profundizar en los Divinos misterios. Renueva nuestros corazones con el
santo don de Entendimiento y abre nuestro intelecto para entender el mensaje
del Evangelio. Te rogamos, Espíritu Santo.
Oración final (por el sacerdote):
Ven, oh Bendito Espíritu de Entendimiento,
ilumina todos los corazones con Tu Luz de Entendimiento, para que conozcan y
crean en los misterios de salvación y vivan una vida inteligente para la
salvación de sus almas. Esto te lo pedimos en el Nombre de Jesucristo, Nuestro
Señor, que vive y reina Contigo y el Padre, Único Dios, ahora y por siempre.
Amén.
CAPÍTULO IX
EL DON DE CONSEJO
(Para leer el Sábado a las 5:00 p.m. durante la vigilia de los “Tres Días
de Espera” antes del Domingo de Pentecostés)
INTRODUCCIÓN:
Consejo es ese don del Espíritu Santo, que
mueve el alma a escoger aquello que conduce más a la gloria de Dios y a la
propia salvación. Por medio de este don, aprendemos la manera de agradar más a
Dios. Siguiendo las inspiraciones del Espíritu Santo, recibimos verdadera paz
interior, y consuelo espiritual. Este don es especialmente necesario para los
superiores, cuyo deber es guiar a otros, cuando la prudencia natural no es
suficiente.
Lectura / Meditación:
Tito 2, 1-15 y Juan 14, 15-20
El Don de Consejo
Meditación de Alexis Riaud – L’Action du
Saint Esprit dans nos ames
“Leemos en la biografía del santo cura de
Ars (San Juan María Vianney), que un sacerdote de la diócesis de Autumn, por
mucho tiempo había buscado una solución a un problema muy difícil, por medio de
la meditación personal, y consultando a otros; pero todo fue en vano. Así que
fue a buscar consejo al santo Cura, y reportó: ‘fue como si una nube se hubiera
repentinamente evaporado.’”
“El Padre Vianney solamente le dijo una
palabra acerca de eso, pero nadie antes le había dicho esa sencilla y decisiva
palabra. Él no la había encontrado en ningún tratado, y sin embargo, esa
palabra le dio respuesta a todo. Le mostró una luz tan clara sobre el más
oscuro punto de la cuestión, que el sacerdote, completamente satisfecho, no
pudo menos que exclamar, diciéndose a sí mismo: ‘Hay Alguien que lo aconseja:
¡ese hombre tiene un Apuntador!
“Así que el sacerdote le preguntó al Padre
Vianney: ‘¿Dónde estudió usted Teología?’ La respuesta del Padre Vianney fue
simplemente un gesto; señaló a su prie-dieu. ‘ ‘Ese hombre tiene
un apuntador’; no podíamos encontrar una
mejor expresión. Sí, el Cura de Ars tenía un Apuntador, uno Infalible, llamado
el Espíritu Santo.”
“El biógrafo del Padre Vianney, buscando
explicar el don admirable de discernimiento de ese cura, afirmaba correctamente
que la certeza de su perspectiva- esa rectitud de juicio, no provenían de la
natural perspicacia del pastor, ni de su primera educación, ni de sus estudios
y razonamiento. ‘Él, el humilde sacerdote, parecía tener en cambio un criterio
oculto pero infalible, una llave que abría las puertas más secretas y más
vigiladas de los corazones de los hombres.’ Había algo que lo capacitaba para
encontrar su camino hacia las conciencias...él descubría lo que era correcto, y
qué era malo e inexacto”.
“Esta última observación nos podría ayudar
a expresar lo que se les da a las almas por medio del don de Consejo, el cual
capacita a una persona a discernir inmediatamente, algo así como
instintivamente, que debe hacer o decir en cada circunstancia.”
“A esto se refería Nuestro Señor cuando le
dijo a los Apóstoles: ‘Cuando los lleven ante las sinagogas, los jueces y las
autoridades, no se preocupen pensando como se van a defender, o qué van a
decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que hay que
decir’.(Lucas 12, 11-12)”
“El don de Consejo es al don de
Conocimiento, lo que el arte práctico de curar a los enfermos, es a la ciencia
teórica de la medicina, o si prefiere, es al don de conocimiento lo que el arte
de resolver casos concretos de conciencia es a la ciencia de la moral, que
enseña los principios generales para resolver tales casos.”
“Por el don de conocimiento, el alma es
entregada a la acción del Divino Espíritu, y adquiere una manera de valorar las
cosas y los eventos de la tierra, de modo que espontáneamente y naturalmente
como que juzga todas las cosas a la manera de Dios mismo.”
“Sin embargo, el don de conocimiento nos da
solamente una valoración general de las cosas de la tierra. No nos dice qué es
apropiado que hagamos, o que debemos evitar en casos particulares, tomando en
cuenta todas las circunstancias, las cuales pueden modificar la bondad o la
malicia moral de nuestros actos humanos libres. Nos perfecciona en la virtud de
la fe, respecto a las cosas de esta vida.”
“El don de Consejo, por otro lado, está
ordenado más bien a perfeccionar la virtud infusa de la Prudencia, la cual nos
capacita para hacer aplicaciones apropiadas de principio generales. Si un alma
actúa bajo la influencia de ese don de Consejo, inmediatamente e
instintivamente como que sabe lo que debería ser hecho u omitido en su propia
conducta o en la conducta de otros.”
“Esa idea clara y precisa acerca de qué
debe ser hecho o evitado en dadas circunstancias, no es el resultado de estudios
o meditación. Es una suerte de intuición en virtud de ese instinto sobrenatural
impartido por el Don de Consejo. Es por eso que sucede frecuentemente, que
aquellos que se aprovechan de ese don, son incapaces de dar razón por su manera
de ver las cosas, mientras se sienten seguros de que están juzgando las cosas
de acuerdo a la verdad.”
“Ese don de Consejo, evidentemente, es
particularmente necesario para los directores y todos aquellos que ejercitan
autoridad sobre su prójimo. Pero es no menos ventajoso a cada alma que desee
responder plenamente a los misericordiosos designios de Dios a su alma, y ya en
esta vida, para adquirir la santidad”.
“Entre los Santos de nuestro tiempo en los
cuales ese don ha sido sobresaliente, ya hemos mencionado al Cura de Ars. Está
entonces la Carmelita Teresa de Liseux. Siendo consciente de su impotencia
infantil, ella lo esperaba todo el Espíritu Santo. Teresa nos dice:’ A menudo
he notado que Jesús no quiere darme provisiones (para mañana). Él me alimenta a
cada momento con comida nueva. Esto lo encuentro en mí, sin saber como llegó
allí. Yo sencillamente creo que es el mismo Jesús, escondido en mi pobre y
pequeño corazón, Quien actúa en mí de una manera misteriosa, y Quien me da la
inspiración respecto a todo lo que Él quiere que yo haga en un momento
particular.”
“Ella mostró una prudencia total desde el
inicio mismo de su vida religiosa, y todas las monjas de su comunidad
reconocieron esto. Su Superiora, la Madre Marie de Montague, escribió esto
acerca
de eso: ‘Nunca hubiera considerado posible
que una niña a la edad de quince años, podría poseer un juicio tan perfecto al
inicio de su noviciado. No había nada que tuviéramos que decirle; todo era
perfecto.”
“No hay duda que fue bajo la influencia de
ese don, que ella aconsejó a una de sus novicias, que imitara, en su búsqueda
de la santidad, la constancia de un niño muy pequeño, que siendo incapaz de dar
el primer paso para subir unas escaleras, continúa sin embargo, levantando su
pequeño pie, hasta que su madre, a quien quiere llegar él, baja y lo lleva a
donde él desea ir.”
¿Acaso no fue el Espíritu Santo Quien
enseñó a Teresa el caminito, totalmente nuevo y maravilloso, que miles de almas
escogen seguir, alentadas por ella? ¿Y acaso no fue del Espíritu Santo de Quien
aprendió a recordar apaciblemente a sus novicias, la necesidad de la virtud de
la humildad y del renunciamiento a sus propios juicios? Ella les dijo: ‘Está
mal que critiquen esto y aquello...como deseamos ser como niños pequeños,
recordemos que los niños pequeños no saben lo que es mejor: ¡ellos creen que
todo es bueno!’ Durante su última enfermedad, no solamente las novicias, sino
las monjas mayores, venían a pedirle consejo, y todas se iban calmadas y
confortadas.”
“Benditos sean aquellos que se dejan guiar
de esa manera por el Divino Director de almas. Desafortunadamente, hay muy
pocos que siguen esa dirección, tan pocos que progresan en el camino de la
santidad. Y esto, a pesar del hecho de que todos han recibido ese divino don de
Consejo, y de que el Espíritu Santo nada desea tanto como ver crecer este
divino don en cada uno de nosotros. Debemos aprender, ayudados por la gracia
ordinaria, a disponernos apropiadamente a fin de recibir la divina influencia
del Espíritu Santo.”
“’Dios se inclina hacia los pequeños, y
resiste a los soberbios’. Es por eso que los primeros medios de disponernos a
sacar ventaja de las inspiraciones divinas, es desconfiar nuestro propio
juicio, y desapegarnos de nuestra propia manera de ver las cosas.”
“Hay aquellos que lo juzgan todo; aprueban
o condenan las cosas con una facilidad extraordinaria y pretensión. Nada escapa
a su juicio. Las acciones de su prójimo, aún de sus superiores, están sujetas
sus críticas inmisericordes. Parecen creen en esa condición, ¡no escuchando al
Espíritu de Consejo!”
“¿Acaso no dice categóricamente Nuestro
Señor: ‘No juzgues y no serás juzgado’?
“Se deseamos ser enseñados por el Espíritu
Santo, el Divino Maestro de las Almas, enviado por el Padre y el Hijo,
hagámonos dóciles, flexibles y pequeños. ‘Los niños pequeños no saben lo que es
mejor; ellos lo encuentran todo bien.”
“Además de eso, tratemos de cumplir la
Voluntad de Nuestro Padre Celestial en cada momento, siguiendo el ejemplo de
Nuestro Divino Maestro. ¿No dijo el Rey David en un salmo: ‘Me he vuelto más
prudente que los ancianos porque he buscado tu voluntad, oh mi Dios?”
“¿Por qué habría de rehusar el Espíritu
Santo ayudar a las almas de buena voluntad, que se humillan a sus ojos y tienen
un solo deseo: cumplir la Voluntad de Dios, ‘agradar a Jesús’ en todo,
siguiendo el ejemplo de la pequeña Santa de Lisieux?”
“Apliquémonos devotamente a la práctica de
esas dos virtudes, humildad y obediencia, en los más pequeños detalles,
animados por el amor. Entonces, ciertamente nosotros también escucharemos la
voz del Divino Consolador de nuestras almas, y Él nos conducirá rápidamente a
la cima de la perfección.”
“El Cardenal Verdier nos ha dado una
sencilla y corta oración, que podemos utilizar con gran ventaja:
‘Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo,
inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo escribir,
y cómo debo comportarme. Qué debo hacer para trabajar eficazmente para Tu
gloria, para el bien de las almas, y por mi propia santificación.”
Oraciones de Intercesión.
1. Por los superiores y formadores:
Sé el Guía de los superiores y formadores,
oh Espíritu Santo de Paz. Muéstrales la luz en tiempos de decisión y duda.
Vence en ellos el mal del odio humano y la mente desviada. Que Tu santo don de
Consejo fortalezca su voluntad para sobreponerse al respeto humano y la
parcialidad. Te rogamos, Espíritu Santo.
2. Por los que buscan conocer su vocación:
Aclara las dudas en las mentes de todos que
tienen dificultad en discernir su vocación, oh Divino Espíritu de Luz. Derrama
en sus corazones tus santos dones de Consejo para capacitarlos a seguir Tu
divina inspiración; y así recibir la verdadera paz interior y plenitud de vida.
Te rogamos, Espíritu Santo.
3. Por los que están en momentos difíciles
y en pruebas:
Sé Luz y Consejero a aquellos en momentos
difíciles y en pruebas, oh Divino Espíritu de Dios. Guía sus mentes en el
camino de la verdad; permite que sus corazones vean la esperanza de su
salvación. Derrama sobre ellos el santo don de Consejo para que disciernan el mejor
camino hacia la victoria. Te rogamos, Espíritu Santo.
4. Por las almas confundidas y
desesperadas:
Derrama el agua de la esperanza en los
corazones secos, y concede la paz a las mentes atribuladas, oh Consolador de
los afligidos. Muestra el camino a las almas confundidas. Dales Tu don de
Consejo para aumentar su fe. Aconseja los corazones desesperados y dales
esperanza. Sé la esperanza de los desesperados, y la paz de los abatidos. Te
rogamos, Espíritu Santo.
5. Por todos los que esperamos aquí:
Ven sobre nosotros, oh Divino Consolador.
Bendice a Tu pueblo con Tu santo don de Consejo, y aumenta en nuestros
corazones el poder de discernimiento. Haz brillar en nosotros la virtud de la
prudencia, y dótanos con el sentido común sobrenatural. Que siempre nos
inclinemos a lo que es bueno y nos conduce a la gloria de Dios y a nuestra
salvación. Te rogamos, Espíritu Santo.
Oración final (por el sacerdote)
Ven, oh Bendito Espíritu de Consejo, sé el
guía y la ayuda de los
corazones de los fieles en todos sus caminos,
para que hagan lo
que es bueno en todo tiempo. Esto te lo
pedimos en el Nombre
de Jesucristo, Nuestro Señor, que vive y
reina Contigo y el Padre,
Único Dios, ahora y siempre. Amén.
CAPÍTULO X
EL DON DE SABIDURÍA
(Para leer el Sábado a las 6:00 p.m. durante la vigilia de los “Tres Días
de Espera”, antes del Domingo de Pentecostés)
INTRODUCCIÓN:
La Sabiduría es el más alto y más
privilegiado don del Espíritu Santo. Es como un desbordamiento de la Sabiduría
increada. San Bernardo lo llama el don sobrenatural del Espíritu Santo, que nos
hace conocer a Dios, y regocijarnos en amor perfecto. La Sabiduría no sólo
ilumina la mente, sino que inflama el corazón con amor hacia Dios, nos da
apetencia por las cosas divinas, y un ardiente deseo de los tesoros celestiales,
especialmente un anhelo de poseer a Dios, y verlo cara a cara. Desapega nuestro
corazón de los bienes de este mundo, y nos aparta de todo lo opuesto a nuestra
meta final. A su luz, podemos ver más y más claramente la nada de las cosas
creadas.
Lectura / Meditación:
Eclesiástico 4, 11-21 y Juan 16, 25-33
EL DON DE SABIDURÍA
(1Corintios 12, 8-16; Hechos 7, 10;
Colosenses 1, :28; 3, 16)
Meditación de Alexis Riaud – L’Action du
Saint-Esprit dans nos ames
“De todos los dones del Espíritu Santo, el
más noble don, el más precioso, el cual debemos desear más ardientemente y por
el que debemos orar más persistentemente, es el don de Sabiduría.”
“La Sagrada Escritura nunca se cansa de
alabarlo. Allí existe una sabiduría puramente natural, y la historia nos revela
que ha habido muchos ‘hombres sabios’. Pero aquí estamos hablando de una
sabiduría más alta, una sabiduría sobrenatural, uno de los dones del Espíritu
Santo.”
“San Pablo, especialmente en 1 Corintios
12, 1-11 trata sobre estos dones, y entre ellos menciona la Sabiduría (1
Corintios 12, 8). En 1 Corintios 2, 1-16, él afirma que predica con sabiduría
sobrenatural: ‘Yo no vine a ustedes con una sabiduría particular, sino con el
convincente poder del Espíritu. Por lo tanto, su fe no se basa en la sabiduría
de los hombres, sino en el poder de Dios...lo que expresamos es la sabiduría de
Dios, una sabiduría misteriosa, escondida, planeada por Dios antes de todos los
tiempos...Dios nos ha revelado esta sabiduría a través del Espíritu...Nadie
conoce qué hay en lo profundo de Dios, sino el Espíritu de Dios. Lo que hemos
recibido no es el espíritu del mundo...Hablamos en palabras que nos ha enseñado
el Espíritu...el hombre natural no acepta lo que el Espíritu de Dios enseña...
El hombre espiritual puede valorarlo todo... Tenemos la mente de Cristo.’”
“Podríamos definir el don de Sabiduría,
cuando hablamos de los dones del Espíritu Santo, como una disposición de
nuestro intelecto, que lo inclina a estimar y gustar sólo de Dios, y todo lo
que en alguna forma está conectado con la gloria de Su Nombre.”
“Santo Tomás de Aquino explicaba la
Sapientia (sabiduría) como derivada de Sapida Scientia, que significa un
conocimiento del cual podemos saborear y encontrar disfrutable.”
“Notemos que el don de Sabiduría tiene su
asiento en nuestra mente, no en nuestra voluntad. Su objetivo, nos dice Santo
Tomás, es Dios, y las cosas divinas primero que todo y principalmente; pero
está también relacionado con las cosas de la tierra, tanto en el orden práctico
como especulativo, pero con respecto a su relación con Dios.”
“El alma que está completamente sujeta y
dócil a la acción ejercida por ese don, ya no siente placer por nada si no por
Dios, y las cosas que le dan a Él gloria. Todo lo demás, placeres, honores,
riquezas, los bienes de la tierra- aparecen a tal alma como cosas de poco
valor, y encuentra fácil, y no requiere meditación para estar convencida que
‘todo es vanidad’, excepto amar a Dios, y servirlo solo a Él. A tal alma esto
es como si fuera algo patente.”
“Tales personas dóciles, encuentran pesadas
y molestas todas las cosas que le gustan a la gente mundana. Por el contrario,
ellas aman y se aferran con toda la fuerza de su voluntad, a todo lo que es
querido por Dios, aun cuando fuera repugnante al hombre natural.”
“El don de Sabiduría, como todas las
virtudes y dones sobrenaturales, es infundido en el alma del recién bautizado,
junto con la gracia santificante; y debe ser utilizado para beneficio del que
lo posee. En los niños, manifiesta su acción por un precoz y particularmente
fuerte gusto por todo lo que está relacionado con Dios y la religión. Esto no
nos debe asombrar, ya que ‘El Señor le da sabiduría a los pequeños,’ y
generalmente, un niño pone menos obstáculos en el camino de la acción del
Espíritu Santo que las personas mayores.”
“Más adelante, el don de Sabiduría se
muestra a sí mismo en ciertas almas de una manera aun más sensible. Por
ejemplo, una persona experimenta un deleite inexpresable al contemplar a Jesús
presente en el tabernáculo, o expuesto sobre el altar en el Sacramento de Su
Amor.”
“El cura de Ars le preguntó a un hombre,
que frecuentemente se arrodillaba o sentaba en la iglesia, con los ojos fijos
en el Tabernáculo, qué estaba haciendo. Él replicó: ‘Yo lo miro, y Él me mira’.
Él habló con su corazón, o algunas veces habló unas cuantas palabras, pero
estaba lleno de amor en su contemplación del Divino Salvador, realmente
presente. Tales personas a menudo experimentan un deleite que ‘no es de este
mundo’. Y les cuesta mucho dejar su contemplación. Ellas repiten virtualmente
lo que Pedro le dijo a Nuestro Señor, en la Transfiguración en el Monte
Tabor: ‘Señor, hagamos aquí unas
tiendas...’”
“Sin
embargo, esas experiencias sensibles, aunque muy dulces y benéficas, son solo
efectos y manifestaciones imperfectas del don de Sabiduría.”
“Cuando un alma ha madurado a través de las
pruebas y el sufrimiento de la aridez espiritual, el don de Sabiduría actúa
entonces de una manera mucho más espiritual. El intelecto entonces reconoce
claramente que Dios lo es todo, que el hombre es nada. Como resultado de esto,
hay una firme resolución en la voluntad de vivir solo para Dios, y soportarlo
todo para Su gloria y para la llegada de Su reino en su propia alma.”
“Teresa de Ávila expresa esto muy bien:
‘Tal persona quiere superarse a sí misma, desea consumirse por su Dios, aun
cuando se le pida pasar por grandes sufrimientos. Vive en un estado de profundo
olvido de sus propios intereses, y parece estar vaciado de sí mismo. Todo en
tal persona es por el honor de Dios, por un perfecto cumplimiento de Su
Voluntad.”
“Benditos aquellos que han alcanzado ese
grado de desapego y de auto-abnegación. Ellos pueden repetir con San Pablo: ‘Yo
vivo, pero no soy yo quien vivo, es Cristo Quien vive en mí’ por Su
Espíritu.”
“Oh Espíritu de Sabiduría, dígnate encender
el fuego de Tu amor en mi corazón, y haz que Tu Luz Divina eche afuera de mi
mente la oscuridad. Que yo pueda estar aún más íntimamente unido, a través de
Ti, a mi Salvador Jesucristo. Concédeme que siguiendo Su ejemplo, ¡ yo ya no
aspire ni viva por nada que no sea la gloria del Padre! Amor del Padre y del
Hijo, Fuego Divino, consume en mí todo lo que todavía se opone al Reino de la
Divina Sabiduría. ¡Concédeme que pueda librarme de todo pensamiento equivocado,
que ponga todas mis complacencias solamente en Dios y pueda así completar en mi
alma todo lo que fue planeado por la Divina Misericordia!”
Oraciones de Intercesión.
El Don de Sabiduría
1. Por los líderes de la Iglesia:
Bendice a nuestro Papa, Obispos y clero,
con Tu divino don de Sabiduría, oh Espíritu Santo. Que este don perfecto
refuerce su fe, fortalezca su esperanza, perfecciones su caridad, y los impulse
a practicar las virtudes al máximo grado, te rogamos, Espíritu Santo.
2. Por los líderes mundiales:
Cubre a nuestros líderes con Tu divina
Sabiduría, oh Don de Dios Altísimo. Somete en ellos la falsa sabiduría del
mundo y abre sus mentes a la confianza de la Ley de Dios. Inflama sus corazones
con el amor a Dios, a través del fuego de Tu Sabiduría; y haz que atesoren
poseer lo que es más valioso, es decir Dios, y el verlo cara a cara, te
rogamos, Espíritu Santo.
3. Por los fieles cristianos:
Dota a la familia Cristiana con Tu santo
don de Sabiduría. Permite que Tu Divina Luz, ilumine sus mentes, e inflame sus
corazones con el amor a Dios. Que ardan en deseos por las cosas Celestiales y
crezcan perfectamente en el Amor a Dios, te rogamos, Espíritu Santo.
4. Por todos los países en guerra:
¡Ven Espíritu de Sabiduría! Ven y sé la luz
de mundo. Haz que todos los hombres conozcan el verdadero sentido de la
existencia. Permite que todos los hombres valoren el don de la vida, y se
despojen de toda soberbia y amor propio, que podrían iniciar la guerra en el
mundo. Reconcilia a los hombres entre sí; y hazlos comprender que son una única
familia- un pueblo de Dios; y una nación para Dios, es decir, la Tierra.
Derrama Tu don de Sabiduría sobre los hombres, para que se logre la paz y el
fin de las guerras, te rogamos, Espíritu Santo.
5. Por todos los que estamos esperando
aquí:
¡Ven Divino Espíritu de Sabiduría! Ven y
llena los corazones de los fieles que estamos esperando por Ti. Derrama sobre
nosotros el don de la Sabiduría. Que apreciemos la Cruz de Cristo, y podamos
ver con los ojos de la Sabiduría, el valor que tiene el camino estrecho. Mantén
la Ley de Dios viva y activa en nuestros corazones. Guíanos a la verdad
completa, te rogamos, Espíritu Santo.
Oración final (por el sacerdote):
Ven, oh Bendito Espíritu de Sabiduría, ven
con Tu luz y poder. Ilumina a todas las almas para que puedan ver el poder y la
belleza de Tu santa Ley. Enseña a todos los corazones a amar Tu Ley y vivir por
ella. Esto te lo pedimos en el Nombre de Jesucristo, Nuestro Señor, que vive y
reina Contigo y el Padre, Único Dios, ahora y por siempre. Amén
CAPÍTULO XI
LOS FRUTOS
DEL ESPÍRITU SANTO
(Para leer y meditar durante la vigilia de los “Tres Días de Espera” a las
10:00 a.m. del Sábado (Amor y Alegría a través de Longanimidad) y a las 7:00
p.m. del Sábado (Bondad y
Benignidad al final de este capítulo).
LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
Meditación de Alexis Riaud – L’Action du Saint Esprit dans nos ames
AMOR Y ALEGRÍA
“Si el Espíritu Santo ha puesto en nosotros
la maravillosa disposición, es decir, las virtudes y los dones, es con el fin de
que demos mucho fruto, de acuerdo con las enseñanzas de Jesús a Sus discípulos:
‘Mi Padre encuentra su gloria en esto: que ustedes produzcan mucho
fruto...’(Juan 15, 8). ‘Ustedes no me escogieron a Mí. Soy Yo quien los escogí
a ustedes, y los he puesto para que
vayan y produzcan fruto, y ese fruto
permanezca...’(Juan 15, 16). ‘Cada árbol que no da buen fruto será cortado y
echado al fuego.’ (Mateo 3, 10, 7:19). ‘Mi Padre es el Viñador. Él corta toda
rama que no produce fruto’(Juan 15, 2).”
“Esto muestra cuán equivocados están los
que piensan que la perfección Cristiana consiste solamente en no pecar, en no
hacer nada incorrecto. Nos hemos convertido en miembros vivos de la Vid
Mística, por la gracia del Bautismo. Así que estamos llamados a dar frutos para
la vida eterna.”
“La primera condición para lograr ese
propósito es morir a nosotros mismos, mortificando nuestro amor propio egoísta,
y toda tendencia descontrolada: ‘El que quiera seguirme, que renuncie a sí
mismo...’(Mateo 16, 24). Después de eso, él debe permanecer en Cristo, Quien es la Vid Mística, como un
miembro vivo, una rama llena de vida: ‘El que permanece en Mí, da mucho
fruto...’ (Juan 15, 4-5).”
“Y habrá frutos en abundancia y más
sabrosos, en las ramas que se dejan ser podadas y limpiadas por el Divino
Viñador, esto es, aceptando generosa y amorosamente, todas las pruebas y
humillaciones que el Señor permite que tengan. (Juan 15, 2)” “¿Pero cuáles son
estos frutos, que el Divino Viñador tanto desea recoger de Su viña?”
“En su Carta a los Gálatas, San Pablo
menciona estos frutos así: ‘Los frutos del Espíritu Santo son: amor, alegría,
paz, paciencia, longanimidad (paciencia en el sufrimiento), bondad,
benevolencia (buen corazón, caridad hacia los necesitados), mansedumbre
(docilidad, humildad), fidelidad (lealtad, honestidad, o veracidad), modestia,
templanza (moderación, continencia), y castidad.’ (Gálatas 5, 22). Esto
significa, de acuerdo a Santo Tomás, el Doctor angélico, todas las buenas obras
que hacen un alma agradable a Dios.”
Amor
“El primer fruto del Espíritu Santo, es un
inmenso amor por el Padre, por Jesús, y por el Espíritu Santo. Es un amor no
necesariamente sentido, pero intensamente querido. De hecho, el amor en una
persona fervorosa, es mucho más intenso cuando es menos sentido y menos
sentimental, (sino más bien un acto de la mente y la voluntad).”
“Esto no sorprende, porque el Espíritu
Santo es amor sustancial, que une al Padre con el Hijo, amor del Padre hacia el
Hijo, y amor del Hijo hacia el Padre.”
“Por medio del Bautismo, hemos sido hecho
miembros del Cuerpo de Cristo; hemos llegado a ser uno con Cristo, el Hijo de
Dios, en Él, con Él, y por Él; por lo tanto, herederos del Padre con Él.”
“Cuán grandemente lo glorificamos por ese
amor que es completamente libre de “sensibilidad”, y por lo tanto no contiene
ninguna referencia a uno mismo. Ese fruto es delicioso al Corazón del Padre,
porque es muy santificador para nuestras almas.”
“Si entendemos esto apropiadamente, lejos
de desear consuelos y dulzuras sensibles, bendeciríamos al Señor por
permitirnos caminar por los caminos de la aridez y sequedad espiritual.”
“Este fruto incomparable, trae consigo otro
más. No podemos amar a Dios verdaderamente, sin amar a nuestro prójimo. San
Juan nos dice explícita y fuertemente: ‘Él que dice: yo amo a Dios, y odia a su
hermano, es un mentiroso. ¿Cómo puede amar a Dios a quien no ve, si no ama a su
hermano a quien ve?’ (1Juan 4, 20).”
“¿Cuál es la razón para esa imposibilidad?
Somos uno en Cristo, somos en cierto sentido, Cristo mismo, de acuerdo a la
fuerte expresión de San Agustín (Ipse sumus nos). Por lo tanto, no amar al
prójimo, no amar a nuestros hermanos, es equivalente a no amar a Cristo: y
entonces, no amamos al Padre, ni al Espíritu Santo.”
“Es por eso que Él quiere que nos amemos
los unos a los otros como El mismo nos ha amado; esto es, con el amor con que
Él ama a su Padre – un amor inmenso y profundo. Esto lo enfatiza Nuestro Señor,
llamándolo ‘Mi precepto..Mi nuevo mandamiento’ (Juan 13, 34). Y El añade: ‘Es
por esta señal que serán reconocidos como Mis discípulos’. (Juan 13, 35).”
“Esto, entonces es algo fundamental, que
debemos vivir y recordar constantemente: debemos amarnos unos a otros con un
amor de buena voluntad, que es puro, santo, como el de Cristo, animado por Su
Espíritu Santo de amor. Tal vez seamos incapaces de gustar de todos: pero
podemos tener la voluntad de alegrarnos de las cosas verdaderamente buenas que
encontramos en nuestro prójimo. Cuando vemos el mal en nuestro prójimo, pecados
e imperfecciones, debemos mirarlo como lo hizo Cristo, el buen Samaritano, el
compasivo Buen Pastor.”
“¿Acaso no hubiéramos tomado el mismo camino
del mal que nuestro prójimo, si hubiéramos crecido en las mismas circunstancias
que ocasionaron la maldad que encontramos en él? Cristo murió por todos, y
gritó: ‘Padre, perdónalos..”
“Ese entonces, es el primer fruto que el
divino Viñador espera cosechar de Su viña, el cual el Espíritu Santo, al calor
de Su amor, hará que madure en nosotros, que somos las ramas. El segundo fruto,
nos dice San Pablo, es la Alegría.”
Alegría
“Alegría es la satisfacción que sentimos
cuando nuestra voluntad está colmada y descansa en la posesión de la cosa o
persona amada. Un niño está lleno de alegría cuando se le da el juguete que
había deseado.”
“Nuestro Padre Celestial quiere que la rama
de Su Viña Mística produzca este fruto que es particularmente deseado por Su
Corazón. Ese Padre amoroso y misericordioso, quiere que la alegría también more
en los corazones de Sus hijos. No hemos sido creados para la tristeza, y cuando
Su Hijo vino al mundo a través del Espíritu Santo y María, Él no trajo noticias
de gran pesar. San Pablo, también, nos trae noticias de gran alegría y nos
pide: ‘Alégrense en el Señor siempre; les repito: alégrense.’ (Filipenses 4. 4)
y como dice el himno, ‘...Alégrense siempre en el
Señor, les digo: Alégrense.”
“Nuestra alegría sobre la Tierra es siempre
imperfecta. La alegría y la felicidad perfectas, están reservadas para el
Cielo. Juan en el libro del Apocalipsis, escuchó (y vio) el signo bendito (de
la victoria de Cristo sobre la bestia y los reyes de la Tierra); alegrémonos y
estemos contentos, y démosle a Él gloria. (Apocalipsis 19, 20).”
“Pero ya en esta Tierra debemos estar
alegres. Se ha dicho mucho que un santo triste es un triste santo. Los pesares
son inevitables en este mundo nuestro, el cual ha sido descrito como un valle
de lágrimas...pero estas penas no quitan la verdadera alegría Cristiana, que
solo se madura por las ellas, y adquiere un valor especial a los ojos de Dios.”
“La hermana carmelita, María Angélica de
Jesús, escribió poco antes de su muerte santa, en 1919: ‘Me parece que Jesús ha
hecho mi alma un alma alegre... Esto no significa que no la exprima con
gran sufrimiento...pero soy feliz en medio
del sufrimiento. El buen Dios, me hace encontrar la felicidad por doquier. Es
verdad que esta alegría sólo viene de Él.”
“Sin embargo, ella no esperaba pasivamente
para recibir esta gracia Celestial: ‘ Yo trato de estar siempre sonriente,
porque sé que cada sonrisa que sea contraria a nuestra natural inclinación,
está en maravillosa armonía con los deseos del Corazón de Jesús.”
“Santa Teresa de Liseux había escrito un
tiempo antes que ella: ‘He encontrado felicidad y alegría en la Tierra –sí,
felicidad y alegría – pero solamente en el sufrimiento, porque he sufrido
mucho.”
“Eso nos demuestra que no es cuestión de
alegría sensible, o meros sentimientos de alegría. Los sentidos por sí mismos,
no pueden experimentar todo el gozo espiritual, que como una caridad sobrenatural,
reside en la voluntad. La alegría de la que estamos tratando aquí, es un reposo
de la voluntad, cuando un alma posee a Dios a través de la fe, y en un amor que
es inmenso, purísimo y profundo, y como hemos dicho antes, es mucho más intenso
cuando es menos sentido, menos ‘sentimental’.”
“Como ha escrito San Juan de la Cruz – la
contraparte de Santa Teresa de Ávila: ‘El hombre verdaderamente espiritual,
busca a Dios en la aflicción y no en los deleites. Él prefiere el sufrimiento a
la consolación, la privación de todo lo que es bueno a los placeres, aridez y
aflicciones a dulces comunicaciones del Cielo, porque se da cuenta que esto
significa seguir a Cristo y practicar la renuncia a sí mismo’, (Subida, pp
144-145)”.
“Regocijarse durante las pruebas, sonreír
en medio del sufrimiento – como fue hecho por Teresa – cantar en el corazón,
cantar siempre y aún más melódicamente cuando las espinas son más largas y más
punzantes, ni siquiera revelar la propia tristeza a compañeros: y hacer todo
esto – no por orgullo – sino animados por el amor, a fin de poder ofrecer a
Jesús y a Su Padre, una florecita insignificante, que exhala un delicioso
perfume, es el objetivo de un alma consagrada. Unimos esto (el sufrimiento) con
el amor, el fruto que el Viñador desea recoger de las ramas de la Vid Mística,
el cual solamente el Espíritu Santo es capaz de producir en nosotros.”
“Es claro, por supuesto, que tal amor y tal
alegría presuponen en el alma el Espíritu de Sabiduría, y el Espíritu de
Entendimiento, de Conocimiento y el Espíritu de Fortaleza, Espíritu de Piedad,
y de Temor de Dios.”
“Es por esto que debemos rogar al Espíritu
Santo que tome aún más completamente nuestra alma, todas nuestras facultades,
todo nuestro ser, para que vivamos solamente como movidos por Su inspiración
divina, y seamos capaces de dar fruto abundante, para la mayor gloria de Dios.”
“Espíritu Santo, Dios de Amor, que
fortaleces y alegras las almas de Tus hijos, en Tu infinita misericordia,
concédenos que seamos las ramas más fructíferas, para que después de glorificar
al Padre y al Hijo en este mundo con una vida santa, podamos, a través de Ti,
seguir alabándolos por siempre, junto con María, los Ángeles y Santos. Amén”.
Paz
“El amor y la alegría, que son los primeros
frutos del Espíritu Santo, traen consigo una inefable e inalterable Paz, que es
el tercero de los frutos del Espíritu Santo mencionados por San Pablo en su carta
a los Gálatas (5, 22-23). Esta es la clase de paz que el Apóstol desea tan
ardientemente para los primeros Cristianos: ‘Que la paz de Cristo reine en
vuestros corazones.’ (Colosenses 3, 15).”
“Consideremos entonces la naturaleza de esa
paz y su importancia, lo mismo que los medios a nuestro alcance para
encontrarla y conservarla en nuestras almas.”
“Paz significa tranquilidad; pero debemos
estar en guardia para no concluir que cualquier clase de tranquilidad
constituye verdadera paz. Porque existe una falsa tranquilidad, una engañosa
semejanza de seguridad; está la falsa paz de que habla la Escritura, la paz de
pecadores empedernidos, que ya no sienten el dolor del remordimiento; ‘ la paz
de los pecadores’ (Salmo 73); ellos dicen:
‘paz, paz, y ellos no conocen la verdadera
paz’ (Jeremías 8, 11). Esa
clase de paz, a menudo cubre una multitud
de miserias, ‘ellos a tan grandes males, les dan el nombre de paz’. (Sabiduría
14, 22).”
“Esa falsa paz se parece a la impresión
experimentada algunas veces por gente que está muriendo, y que produce en ellos
la ilusión que están en vías de recuperación, cuando en realidad, ese bienestar
momentáneo es solamente el inicio de la muerte, y el resultado de la
insensibilidad que afecta más y más a todo el organismo.”
“Que Dios nos libre de esa clase de paz,
que podría gustar a nuestro amor propio, pero que es tan peligrosa para las
almas.
El Venerable
Libermann lo expresó muy bien cuando escribió: ‘No hay desgracia mayor que ser
un desgraciado y no sospecharlo siquiera.’”
“Esa falsa paz es la paz del desorden, como
la paz que existe en una familia en la cual los padres ceden a todos los caprichos
de sus hijos, y siguen la ‘regla’ de la total permisividad, bajo el pretexto de
que entonces ‘tienen paz’. Es como permitir que ladrones y asesinos operen
libremente en una ciudad, bajo el pretexto de que, en una democracia, ‘ a todo
el mundo se le debe permitir hacer lo que quiera’. ‘ ¡A tal y tan gran mal,
llaman paz!’ (Tot et tam magna mala pacem appellant). Es acerca de esa falsa
paz del mundo que Jesús dijo: ‘ No he venido a traer paz a la tierra, sino la
espada.’ (Mateo 10, 34).”
“La verdadera paz, por el contrario, es la
‘tranquilidad del orden’ como bien la definió San Agustín. Es verdadera
tranquilidad, porque hay orden; existe la apropiada disposición de todas las cosas,
en vista de obtener un buen fin. Cristo, Nuestra Señora, innumerables Santos,
tuvieron esa clase de orden y tranquilidad, ¡esa clase de paz! (Un santo
declaró: ‘el orden es la primera regla del Cielo’. Sin él, no hay paz).”
“La
verdadera paz es como el bienestar que resulta de un organismo
que disfruta de perfecta salud, como la
tranquilidad que reina en una familia en la cual los hijos son enteramente
obedientes a sus
padres, los cuales a su vez, llevan una
vida ejemplar.”
“Esa verdadera paz requiere de un elemento
duplicado: un elemento negativo – la ausencia de dificultades, que es
exactamente lo opuesto a la paz, y un elemento positivo – la quietud de la voluntad,
que disfruta la posesión estable de bien deseado.”
“Este es precisamente el estado del alma
que está totalmente entregada, completamente rendida a la acción del Espíritu
Santo, porque ¿qué hay que podría preocupar o perturbar un alma así?”
“Alguien podría decir: ‘¿Acaso Cristo no
estuvo perturbado durante Su agonía en el Huerto?’ Jesús había aceptado experimentar
el sufrimiento y los pesares humanos, pero nunca perdió Su Paz: ‘No lo que Yo
quiera, sino lo que Tú quieras; y dijo a los Apóstoles: ‘Vámos’ – y sobre la
Cruz, Él permaneció sin perturbarse, en lo profundo de Su Voluntad.
Él lleno de paz, perdonó al buen ladrón, y
pidió perdón para todos. Por último, en el tiempo que Él escogió, entregó Su
Espíritu”.
“Así que volvemos a preguntar: ¿Qué puede
inquietar a un alma que está totalmente entregada a la acción de Espíritu
Santo?
¿Enfermedades? ¿Dolencias? Tal persona sabe
que todo lo que es permitido por el Infinitamente Amoroso Padre Celestial,
puede y debe servir para Su gloria, y puede servir para el bienestar eterno del
sufriente.”
“¿Muerte? La muerte puede ser aceptada con
amor, como lo hicieron Santa Teresa de Lisieux y otros incontables Cristianos.
No es el fin de la vida, pero puede ser el
inicio de una vida bendita una vida que disfrutan ahora innumerables Santos en
el Cielo”.
Así que podemos enfrentar la muerte
devotamente, con valor cristiano, como lo hizo Cristo.”
“¿Humillaciones? No hay duda que pueden ser
muy dolorosas. Teresa de Lisieux, como Teresa de Ávila, aprendieron que las humillaciones
son las gracias más preciosas que el Salvador concede a las almas queridas por
Él.
Las sintieron agudamente, pero, al mismo
tiempo, según el ejemplo de San Pablo, se llenaron de gozo porque la aceptación
de las humillaciones era un medio maravilloso de profesar su fidelidad a Jesús.
Ella recordaba las palabras del Salvador:
‘Dichosos ustedes cuando por causa Mía, los maldigan, los persigan y les
levanten toda clase de calumnias. Alégrense y muéstrense contentos, porque será
grande la recompensa que recibirán en el cielo. Pues bien saben que así
trataron a los profetas que hubo antes que ustedes.’ (Mateo 5, 11-12).”
“Esto fue lo que Teresa de Ávila aprendió
tan bien a descubrir y valorar como una maravillosa fuente de gozo.”
“¿Qué sucedía con la sequedad, aridez,
distracciones y toda clase de tentaciones, que venían a asaltar a la ‘pequeña
flor’ en su vida interior? Ella también, como la Santa de Ávila, bajo la influencia
del don de conocimiento, llegó a entender, con San Juan de la Cruz, que el
sufrimiento era mejor para ella que la consolación, la amargura mejor que el
deleite, la privación mejor que el disfrute, la sequedad y la desolación
preferibles a las comunicaciones con el Cielo.”
“ La pequeña Teresa quería cantar acerca de
esa gozosa preferencia,
cantar acerca de ella siempre, y cantar más
melodiosamente cuando las espinas eran más largas y más dolorosas.
Las almas devotas como ella, como San
Pablo, y como innumerables almas ya benditas en el Cielo, desean poner toda su
alegría en el sufrimiento sobrellevado en ese Espíritu de Cristo. Están muy gozas
porque (juntas) pueden dar a luz en el dolor, a numerosas esposas del Divino
Esposo.”
“Tales almas, ni siquiera se preguntan si
esa aridez y desolación les fueron concedidas como castigo por sus
infidelidades.
Como la pequeña Teresa, ellas quieren
regocijarse en su sufrimiento, y
en algún caso, hacer reparación, si fuera
necesario, por su propia negligencia, o por lo menos para contribuir, en unión
con Jesús, a la mayor gloria del Padre, y la salvación del mundo.”
“En otras palabras, nada puede perturbar a
un alma verdadera y totalmente entregada al Espíritu Santo. Las pruebas pueden indudablemente,
producir una cierta agitación superficial, pero
tal perturbación es para el alma, una
ocasión para humillarse a sí misma, para gustar de su debilidad, y muy
profundamente en sí misma, tal alma disfruta de una profunda paz, que nada
puede cambiar: ‘la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento.’ (Filipenses
4, 7)”.
“Tal alma se da cuenta de que posee al
único Dios, con el cual está totalmente vinculada. Sabe que posee a Dios, y
sabe que es amada por Él, ‘aún hasta la locura’, y está lista para exclamar con
San Pablo: ‘¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Las pruebas o las
angustias, la persecución o el hambre, la falta de ropa, los peligros o la
espada? Como ya lo dice la Escritura: por Tu causa nos arrastran continuamente
a la muerte; nos tratan como ovejas destinadas a la matanza. No, en todo esto,
triunfaremos por la fuerza del que nos amó. Estoy seguro de que ni la muerte,
ni la vida, ni los ángeles...ni criatura alguna, podrá apartarnos del amor de
Dios, que encontramos en Cristo Jesús, Nuestro Señor.’
(Romanos 8, 35-39)”
“Tal alma está llena de paz cuando está
totalmente entregada a Él, que es el centro de todas las cosas, y tiene
solamente un temor: el temor de ofender a un Padre tan bueno. Posee un completo
orden. ¿Cómo sería posible para un alma así, no disfrutar de tranquilidad, la
cual necesariamente surge de una apropiada disposición en relación a Dios y a
las creaturas? ¿Cómo sería posible no tener una verdadera y profunda paz?”
“!Inmensurable es la felicidad que disfruta
un alma que experimenta esa paz interior, que es un gozo anticipado de la eterna
y celestial paz!
“Es esa clase de paz la que Nuestro Señor
deseaba para Sus ndiscípulos al final del día perfecto de Su Resurrección,
cuando dijo: ‘ ¡La paz esté con vosotros! El había dicho antes: ‘Mi paz esté
con vosotros’: ¡Qué diferente es la paz de Cristo, de la que los mundanos
tratan de dar!”
“Esa es la clase de paz que la Sagrada
Escritura nos pide buscar
constantemente: ‘Busca la paz, anda tras
ella’ (Salmo 34, 14).”
“Esa era la paz que los ángeles anunciaron
cuando cantaron en Belén, y que los Apóstoles Pedro y Pablo constantemente
deseaban a los fieles al principio de sus cartas: ‘Gracia y paz a ustedes de
parte de Dios Nuestro Padre, y de Nuestro Señor Jesucristo’ (Filipenses
1, 2). Después de todo, esa paz es esa
condición necesaria para que florezca perfectamente en nosotros la gracia.”
“Esto lo sabe muy bien el demonio. Es por
eso que busca perturbar las almas por todos los medios posibles,
particularmente las de aquellos consagrados a Dios. Ese es el propósito
inmediato de sus esfuerzos.
Un alma perturbada, se inclina a ceder a la
tristeza y a centrarse en sí misma. Esto le impide desdoblarse bajo el sol del
Amor Divino, y por consiguiente, le impide glorificar a Dios como debería.”
“Un gran medio de sobreponerse a las
perturbaciones y derrotar al demonio, es revelar esta condición con toda
humildad, al confesor. Esto sirve para remover lo que está impidiendo que las
ramas fructifiquen. Este es un medio muy eficaz, porque desagrada al demonio,
que es el espíritu de la soberbia: y más eficazmente remueve los obstáculos que
hay en el camino de la obra del Espíritu Santo en las almas.”
“Finalmente, la paz se fortalecerá hasta el
punto que nos aplicaremos con más fidelidad a la menor de las inspiraciones de
la gracia, y estaremos más ansiosos por cumplir lo que agrada a Dios en los más
pequeños detalles. ‘Mucha paz a aquellos que aman Tu Ley,’ el Salmista nos hace
cantar (Salmo 119, 165).”
“La paz es el fruto de la santidad y del
temor filial: ‘Las obras virtuosas traerán paz’ (Salmo 37. 37). ¡Bendita el
alma fervorosa! ‘Yo descenderé sobre ella como un río de paz’ (Isaías 66, 12)”.
“Espíritu Santo, Dios de Amor y Paz, yo te
adoro a Ti, presente en mi
corazón, y te imploro establezcas Tu Paz en
mí; la Paz que Jesús tan
amorosamente deseaba a Sus Apóstoles
después de Su Resurrección;
la Paz que es la condición para la vida en
intimidad con Cristo y con
el Padre; la condición que es también la
culminación de tu acción
santificadora en las almas”.
“Te ruego, Espíritu Santo, a través de la
intercesión del Inmaculado
Corazón de María, Tu Santísima Esposa y
Reina de la Paz, que me concedas humildad de corazón, y perfecta fidelidad a Tu
santas
inspiraciones, a fin de que después de
experimentar Tu Divina Paz en
este mundo, yo pueda, a través de Ti,
disfrutarla completamente por toda la eternidad en el Cielo. Amén.”
PACIENCIA Y LONGANIMIDAD
“Hemos tratado con los frutos de amor,
alegría y paz: son el efecto de bienes inefables, que son el resultado en el
alma, de los dones del Espíritu Santo. En la vida actual sobre la Tierra, sin
embargo, somos incapaces de disfrutar – al menos por largo tiempo y de una
manera estable – de una felicidad que podría llamarse perfecta.”
“Esta vida es un tiempo de prueba, y
nuestra alma debe ser probada a través del sufrimiento, como el oro se prueba
en el fuego. Nuestro Señor, aunque era la santidad personificada, había escogido
una vida que, de acuerdo al autor de la Imitación de Cristo, era totalmente
cruz y martirio. El quería animarnos con Su ejemplo, a aceptar con amor la
prueba de la vida presente. Él no quiso eximir de eso ni aún a Su Santa Madre,
a quien llamamos a veces, Madre Dolorosa, por la misma razón.”
“Es por eso que San Pablo menciona entre
los dones del Espíritu Santo, la paciencia, o soportar pacientemente, y la
longanimidad, que hacen al alma actuar apropiadamente bajo la adversidad.”
Paciencia
“La paciencia con la que tratamos aquí, es
una virtud sobrenatural, que nos hace soportar sufrimientos físicos y morales
con ecuanimidad (compostura), por amor a Dios y en unión con Nuestro Señor.”
“El
Padre Tanquerey ha dicho bien: ‘Todos sufrimos lo suficiente para hacernos
capaces de ser santos, pero el problema yace en saber como aceptar y abrazar el
sufrimiento como deberíamos hacer. Muchos se quejan cuando sufren, algunos
reniegan y algunas veces incluso maldicen a la Divina Providencia’. La razón es
que no entienden el bien, las bendiciones que pueden ocasionar el sufrimiento.
Son incapaces de sufrir con paciencia.
¡Qué contraste con San Juan de la Cruz, o
el Venerable Libermann, que sufrieron la mayor parte de sus vidas, y millones
de otros que habían escogido seguir al sufriente Salvador!”
“Es por eso que San Pablo nos exhorta
constantemente a practicar esa virtud: ‘Revístanse a sí mismos...con
paciencia.’ (Colosenses 3, 12-13). Leemos también en Hebreos 10, 36: ‘Necesitan
paciencia para cumplir la voluntad de Dios.’ Y Nuestro Señor insistentemente urgía
a los Apóstoles a practicarla.”
“El objetivo de esa virtud, como hemos
dicho, son los sufrimientos físicos y morales: sufrimientos físicos que vienen
de enfermedades,
debilidad, accidentes...sufrimientos
morales, que a menudo son más dolorosos, y en almas fervorosas, son
ocasionalmente ocasionados – entre otras cosas- por la vista de sus propias
faltas y defectos, que reaparecen constantemente a pesar de sus bellas resoluciones.”
“Estoy hablando aquí de faltas en almas
fervorosas, cometidas sin
completa deliberación. Porque con la ayuda
de la Divina Gracia, es siempre posible para ellas evitar las faltas
completamente deliberadas, y estas, por supuesto, son evitadas por tales almas.
¿Por qué le sería rehusada esa gracia a tal
alma, cuando Dios desea
tan ardientemente nuestra santificación?
Respecto a nuestras faltas por debilidad, de las cuales nos gustaría librarnos,
el Padre Celestial algunas veces nos deja experimentar nuestra debilidad por
largo tiempo, aun por toda la vida. A pesar de nuestra oración, nuestras
resoluciones, nuestra redoblada vigilancia, y después nde algunos éxitos
temporales, nos encontramos que volvemos a estar como al principio. Un alma
fervorosa se siente más dolida a la vista de su inhabilidad para sobreponerse a
su debilidad, porque se da cuenta de que su prójimo está sufriendo a causa
de sus imperfecciones. Es entonces que
puede ser tentada a quejarse, a refunfuñar contra la Providencia, a ceder a sus
feas inclinaciones; bajo el pretexto de que es inútil, y que el ideal que se
había propuesto a sí misma es inalcanzable.”
“Es en ese momento que el alma debe
recordar la comparación con el niño pequeño de que hablaba Sta. Teresa del Niño
Jesús.
Sin apenas poder sostenerse en sus
piernecitas, el niño trata sin
embargo de subir las escaleras para
alcanzar a su madre, cuando ni es capaz de alcanzar el primer peldaño.”
“El alma, iluminada por los dones de
Conocimiento, Entendimiento y Consejo, sabe que es absolutamente impotente, a
menos que el Divino Espíritu venga en su ayuda. El Espíritu Santo de ninguna
manera se asombra al contemplar los esfuerzos.”
“Por otro lado, el alma sabe que es la
Voluntad de Jesús y de su Padre Celestial, que aún en esta vida, debe alcanzar
la cima de la santidad y que es únicamente a través de la acción del Divino Espíritu
que conseguirá su objetivo. Sabe que el Espíritu Santo no fallará en cumplir en
ella su obra santificadora, tan pronto como el alma esta dispuesta a dejarse
mover por El; y eso es a través de una más clara consciencia de su impotencia y
su miseria, de su inhabilidad de hacer algo por sí misma, que se debe disponer apropiadamente
a recibir esa acción Divina.”
“Por eso es que tal alma ya no se asombra
cuando ve la aparente inutilidad de sus esfuerzos. Pero persevera en la lucha,
y continuará con esos esfuerzos mientras le plazca a Dios no remover su
debilidad. Se siente segura de que vendrá el tiempo cuando el Padre Celestial,
en Su Divina Misericordia, la librará para siempre de su enfermedad espiritual.
Mientras tanto, como Santa Juana de Arco, luchará generosamente, a pesar de
derrotas temporales, firmemente convencida de que triunfará al final, a través
de la bondad de Dios.”
“En cuanto a los motivos que hacen que las
almas soporten el
sufrimiento con ecuanimidad, esto es, sin
amarguras hacia Dios
o alguien más, ellos son totalmente
sobrenaturales y dignos de
aprobación por el Espíritu Santo que
examina estas almas.”
“El alma se somete, no solamente porque es
necesario resignarse
y porque rebelarse sería irrazonable – un
motivo que es bueno,
pero pertenece al orden natural; ni se
somete únicamente a fin
de expiar sus faltas y merecer el Cielo- un
motivo que es más
espiritual, aunque interesado. Más bien esa
alma acepta su suerte,
su condición, movida –aunque no únicamente-
por el amor. Está
contenta porque Nuestro Señor se digna
utilizarla como humanite
de surcroit (una humanidad sobrante), para
usar las palabras
de Isabel de la Trinidad, o como la ‘quinta
rueda de un vagón.’
Como lo expresa un proverbio flamenco: ‘El
alma sufriente está
contenta, porque Nuestro Señor
aparentemente desea continuaren
esa alma, en ese cuerpo, en ese corazón- Su
obra redentora para
gloria de Su Padre y para la salvación de
numerosas almas.”
“Como San Pablo, el alma se regocija porque
ha sido llamada ‘a
completar lo que falta a los sufrimientos
de Cristo, por Su Cuerpo,
la Iglesia.’ (Colosenses 1, 24).”
“Es un hecho que Jesús continúa viviendo en
la Tierra, en los
miembros de la Iglesia que fundó, a la cual
tenemos el indecible
privilegio de pertenecer. Sus méritos son
nuestros méritos,
porque Sus sufrimientos, Su amor, y Su
perfecta obediencia han
llegado a ser posesión nuestra. Así mismo
nuestros sufrimientos
son también Suyos, y a través de ellos, Él
no cesa de glorificar a
Su Padre, y traer la salvación a los
hombres.”
“!Qué consuelo para un alma fervorosa,
darse cuenta de que es
Jesús Quien sufre en ella, Quien es
humillado en ella, Quien es
tentado por Satanás, como Él mismo fue
tentado en el desierto
y durante Su Pasión! Cuando se tiene eso en
la mente, todas
las pruebas, las que sean- aún las más
humillantes- se vuelven
atractivas y deseables, no por sí mismas,
naturalmente, sino
porque son para nosotros una ocasión de
participar en la Pasión
de Nuestro Salvador.”
“Como lo expresó Santa Teresa de Lisieux:
‘Benditos los corazones
puros, ellos son frecuentemente envueltos
en espinas, ellos son...
favoritos’. Con San Pablo, Santa Teresa y
otros incontables santos,
nos dejan devotamente aprender a apreciar
el incomparable valor
y fecundidad del sufrimiento en toda forma.
Lejos de molestarnos
por eso, démosle, con la ayuda de la gracia
de Dios, la bienvenida
con gozo espiritual, y aún con una sonrisa,
como lo hizo Teresa,
y como habló el venerable Libermann de su
‘amada enfermedad’
(epilepsia)”.
Longanimidad
“Lo que hemos dicho sobre la paciencia,
podemos decirlo hasta
cierto punto también sobre la longanimidad.
La longanimidad, de
acuerdo a Santo Tomás de Aquino, es la
virtud sobrenatural que
nos hace esperar por la realización en
nosotros de los designios
de misericordia y santificación de Dios con
respecto a nuestras
almas, con ecuanimidad, es decir, sin
quejas ni amargura.”
“Un alma que ha sido iluminada por el
Espíritu Santo, no tiene
dudas acerca de los designios
misericordiosos de Dios para ella.
Sabe que Dios quiere que sea ‘una Santa, y
una gran Santa.’
Frecuentemente recuerda las palabras de
Cristo a los Apóstoles:
‘Sed perfectos como vuestro Padre Celestial
es perfecto.”
“El alma sabe que Dios no desea más que
completar en ella Sus
infinitamente misericordiosos designios.
Allí tenemos la obra del
Espíritu Santo, del Padre y del Hijo. El
papel del alma es esperar
contra toda esperanza. Es esforzarse
perseverantemente para
lograr la perfección a la que ha sido
llamada, sin esperar alcanzar
la meta confiando solamente en sus propios
esfuerzos. Pero se da
cuenta que en sus intentos desea solamente
complacer al Padre
Celestial, manifestarle a Él su buena
voluntad, y su ardiente deseo
de responder apropiadamente a sus amorosos
designios que ya
hay en su vida; y espera pacíficamente la
hora de Dios”.
“A tal alma no le importa ser repetidamente
infructuosa. Ella
sabe que la hora de Dios llegará y que
entonces el Espíritu Santo
llevará a cabo lo que años de aplicación y
lucha fueron incapaces
de conseguir.”
“La longanimidad aparece a nosotros, por lo
tanto, como la flor, como el total florecimiento de la virtud de esperanza en
un
alma que se ha rendido totalmente al
Espíritu Santo. Siente una
seguridad, una certeza, de que a través de
la misericordia de Dios,
todos Sus designios respecto a ella, serán
cumplidos en el tiempo
previsto por Él. Tal alma, a causa de esa
certeza, disfruta de paz,
la cual nada podrá turbar.”
“Aquí, una vez más, estamos en la presencia
del ‘Caminito’ de
Santa Teresa del Niño Jesús. Esto es
normal, porque es un caminito
inspirado por el Espíritu Santo, Quien no
puede contradecirse a
Sí mismo.”
Sigamos entonces ese camino con confianza y
perfecto abandono
infantil a Dios. No permitamos que las
fallas, las dificultades nos
depriman. Descansando en las promesas
Divinas, luchemos con
valentía, sintiendo la certeza de que
seremos victoriosos en el
tiempo designado por la Divina
Providencia.”
“Espíritu Santo, concédenos esa paciencia y
longanimidad que son
tan necesarias para nosotros durante las
pruebas de esta vida. Y
después de concedernos las gracias para entender
mejor nuestra
pobreza y nuestra nada, dígnate llevar a
cabo en nuestras almas los
designios de la misericordia de Dios para
nosotros, para gloria de la
Santísima Trinidad y por toda la eternidad.
Amén.”
BONDAD
Y BENIGNIDAD
“Hemos enumerado los frutos del Espíritu
Santo, que perfeccionan
al alma en sí misma. El Apóstol ahora trata
con aquellos que
nos disponen apropiadamente respecto a
nuestro prójimo y a la
fidelidad. (Gálatas 5, 22)”,
Bondad
“La bondad, de la cual nos habla San Pablo
aquí, es una disposición
sobrenatural de la voluntad, que nos
inclina a querer toda suerte
de bien para los otros.”
“El alma que está enteramente entregada a
la acción de los
dones del Espíritu Santo, y particularmente
a la acción de los
dones de Entendimiento, de Sabiduría y de
Piedad, sabe que es
infinitamente amada por el Padre, en Cristo
Su Hijo, de quienes
es miembro por la gracia del Espíritu
Santo. Sabe, también, que es
amada en el mismo Jesucristo, por la Virgen
María, por los Ángeles
y por los Santos del Cielo, lo mismo que
por todas las almas que
están unidas a Cristo en la unidad del
Espíritu Santo.”
“En correspondencia, en virtud de la acción
del mismo Espíritu,
también ama, en Jesús y en el Padre, a
Jesús mismo, a la Santísima
Virgen y a los elegidos, y todas las almas
que están unidas a Cristo
por la gracia, o pueden estar unidas a Él.”
“Tal alma está algo así como completamente
inmersa en amor y
rebosa con puro amor a Dios y al prójimo.
Bajo la influencia del
Subsistente Amor, es decir: el Espíritu
Santo, se ha vuelto amor, y
nada más que amor. Así como un pedazo de
carbón o una barra
de hierro, que eran negras y frías, se
vuelven calientes y radiantes
cuando se sumergen en el fuego, así el alma
que es arrojada al
horno del Amor, es decir, el Espíritu
Santo, llega a ser como ese
Divino Espíritu.”
“!Bendita, ciertamente, el alma que es así
transformada por el
Divino Amor! Tal alma se ha convertido en
amante; ama con
un amor profundo y enteramente
sobrenatural, que la inclina
a desear el bien para sus hermanos- el bien
espiritual para sus
almas. Y por esto, tal alma estaría
dispuesta, como Jesús mismo lo
estuvo, a derramar toda su sangre, a
entregar mil vidas.”
“Tal alma está ahora libre de aquellos feos
y vergonzosos
sentimientos llamados envidia y celos. Una
amarga tristeza
y una especie de angustia, invaden el
corazón de una persona
envidiosa, a la vista del bien que poseen
otros, de las ventajas con
las cuales han sido favorecidos. Por otro
lado, experimenta un
malvado placer cuando otros pierden ciertos
bienes de los cuales
él mismo está privado.”
“Un alma que está totalmente entregada al
Divino Espíritu, desea
solamente la gloria de Dios. A cuenta de
eso, no puede sentir
tristeza, excepto en cuanto a lo que puede
ser un obstáculo a la
llegada del Reino de Dios, el objetivo de
todas sus aspiraciones.
Se alegra con aquellos que se alegran, y
llora con aquellos que
lloran”.
“Si la envidia ha sido llamada el pecado de
los pobres, de aquellos
que no tienen las ventajas que tienen
otros, los celos pueden tal
vez ser llamados el pecado de los ricos, de
aquellos que poseen
las cosas y desean ser los únicos
poseedores y no toleran rivales
ni competencia. Una persona celosa es
alguien que siempre teme
ser suplantada por otro.”
“Las personas son celosas de la estima y el
afecto de otros, porque
ellos querrían que esa estima y ese afecto
se les diera solamente
a ellos. Cuando escuchan a alguien hablando
bien acerca de la
persona de quien están celosos, se sienten
impulsados a decir lo
contrario, a menospreciarla, a disminuir
sus cualidades, a resaltar
sus faltas. Ellos hasta los calumniarían,
atribuyendo malas
intenciones y defectos que esas personas no
tienen.”
“¿Quién puede contar los desacuerdos, aún
los crímenes
cometidos, tanto en el pasado como en
nuestros días, a través
de la envidia y los celos? ¿No fue a través
de la envidia que el
enemigo provocó la caída de nuestros
primeros padres, y las
malas consecuencias para la raza humana?
¿No fue a través de la
envidia que Caín mató a Abel, y que los
hermanos de José fueron
llevados a cometer fratricidio? ¿No fue a
causa de los celos que los
Fariseos y los Escribas deseaban la muerte
de Nuestro Señor?”
“Si un alma Cristiana, que se ha hecho
esclava de estas malas
pasiones no comete tales excesos, ¿cuántas
muchas faltas no
cometerá sin embargo, contra la virtud de
la caridad, que es
tan particularmente querida al Corazón de
Jesús? Estas son las
semillas de cardos y espinas que evitan que
la buena semilla se
desarrolle y de fruto en las almas.”
“Un alma que está totalmente entregada al
Espíritu Santo,
precisamente porque ya no estima nada que
no sea el amor Divino,
y desea sólo la gloria de Dios y la venida
de Su Reino en las almas,
está protegida contra todas esas malas
tendencias. Ella ama todo
lo que Dios ama, y desde que el Padre ama a
todas las almas con el
amor con el cual Él ama a Su único Hijo,
esa alma igualmente ama
a todos los hombres con un afecto tal como
Cristo, y tiene como
supremo deseo que todas las otras almas
respondan totalmente a
su santa vocación, y cumplan los designios
eternos de Dios para
ellas. ‘La caridad no es celosa.’
(1Corintios 13, 4).”
“Olvidándose de su propia gloria y sus
propias ventajas, tal alma
desea y busca solamente la gloria de Dios.
Acepta que otros hayan
recibido más que ella, y que sean llamados
a un más alto grado de
gloria. Las primeras peticiones del
Padrenuestro resumen todas
las aspiraciones del corazón de tal
persona.”
“Esto es porque tal alma está perfectamente
centrada en Dios;
todo tiende hacia Dios. Es por eso que
disfruta de una profunda
paz, y su corazón está rebosante de
verdadera caridad, que es
como la caridad que anima el Corazón de
Jesús. Ella, por lo tanto,
de todo corazón e incesantemente, repite
para todas las almas
sin excepción—‘!Padre, venga a nosotros Tu
Reino, hágase Tu
voluntad (en todo y en todos) en la Tierra
como en el Cielo!”.
Benignidad
“No es suficiente desear lo que es bueno
para los otros. El
amor genuino es eficaz; se traduce en
actos. La benignidad es
precisamente la disposición del corazón que
inclina a la persona
a hacer el bien a los otros.”
“El alma que está verdaderamente movida por
el Espíritu Santo, y
totalmente entregada a El, vive solo para
Dios. Por lo tanto tiene
un solo afán: contribuir por todos los
medios a su disposición a la
venida del Reino de Dios en el mundo y en
cada alma.”
“!Es por eso que hay que cuidar de no hacer
nada que pudiera,
de alguna manera, impedir la acción de la
gracia en las almas y
alejarlas de su destino y fin fundamental!
Por el contrario, hay que
cuidar de no perder ninguna oportunidad de
elevar los corazones
de los hombres, y dirigirlos hacia Dios!
porque Dios es su todo!
Les alegra cuando encuentran un alma que
está totalmente
consagrada a Dios, o cuando pueden hacer
algo para traer de
vuelta al Buen Pastor, a una oveja que
estaba descarriada.”
“Hace uso de una delicadeza extrema,
especialmente hacia los
que son imperfectos, porque a través del
don de Conocimiento,
reconoce que son miembros heridos del
Cuerpo Místico de Cristo.
Es muy cuidadosa de no decir ni hacer nada
que pudiera agravar
la enfermedad espiritual de tal persona, y
la hace volver al favor
Cristiano, para la mayor gloria de Dios”.
“Estando totalmente entregada a la acción
del don de Piedad,
vigila con cuidado sobre sus propios
pensamientos, porque no
quiere de ninguna manera hacer juicios
sobre su prójimo. Cubre
la debilidad de tales personas como con un
manto, y rehúsa
concentrar su atención en sus faltas. ‘La
caridad no piensa mal’
(de otros). Igualmente, en vez de
‘alegrarse de lo que está mal en
otros, se alegra con la verdad’(1Corintios
13, 5-6).
“Santa Teresa de Ávila dice algo similar en su
Camino de Perfección
(Cap. 42): ‘Aquellos que verdaderamente
aman a Dios, aman
todo lo que es bueno, desean todo lo que es
bueno, alaban todo lo
que es bueno, y siempre se unen a aquellos
que son buenos, para
sostenerlos y defenderlos. Tienen afecto
sólo por la verdad y por
las cosas que merecen ser amadas.”
“Si vigilan sus pensamientos y los
sentimientos de su corazón,
son aún más cuidadosos en evitar cualquier
palabra que pudiera
herir a su prójimo, y todo acto que pudiera
ser desventajoso para
el prójimo.”
“¿Quién puede decirnos cuán grande es el
mal que se extiende
entre los hombres, causado por palabras con
insinuaciones
traicioneras? Ellas se parecen a las
flechas envenenadas que
entran profundamente en los corazones de
los que las escuchan.
Cuando se dice después, que son infundadas,
que no es verdad,
que seguramente es una exageración, algo
del veneno permanece.
La confianza se ha debilitado. La duda ha entrado
como un
gusano en una bella fruta, y poco a poco
llevará a cabo su labor
destructora.”
“!Cuántas discordias en hogares, en
ciudades, en naciones,
entre naciones, pueden trazar su origen en
tales insinuaciones
pérfidas! Cuántas guerras crueles, cortas o
prolongadas, han sido
preparadas y se han vuelto inevitables por
lo que Santiago (3, 5-
8) escribió: ‘La lengua es algo pequeño,
pero que puede mucho.
Basta una llama pequeña para incendiar un
bosque inmenso. La
lengua también es un fuego. Es un mundo de
maldad nuestra
lengua; mancha a toda la persona, y
comunica el fuego del
infierno a toda nuestra vida. Animales
salvajes y pájaros, reptiles
y animales marinos de toda clase, son y han
sido dominados por
el hombre. La lengua, por el contrario,
nadie puede dominarla: es
un látigo incansable, lleno de mortal
veneno’”.
“Lo que el hombre no puede hacer por su
propio poder, el Espíritu
Santo lo lleva a cabo en él, por los dones
de Consejo y Fortaleza.
Pero esto requiere que la persona lo deje
actuar en ella, sin ofrecer
resistencia a la acción santificadora del
Espíritu. El único obstáculo
en el camino de esa acción divina en
nosotros, es nuestro orgullo
– amor propio desenfrenado.
En consecuencia, mientras más nos
apliquemos a la propia
abnegación, mejor dispuestos estaremos para
recibir la actividad
de Dios en nosotros, y ser perfeccionados
por ella.”
“Espíritu Santo, a través de Quien vienen a
nosotros todas las
gracias, inflama bondadosamente nuestros
corazones con el amor
divino. Haznos ser todo para todos. Haz que
nos alegremos con los
que están llenos de alegría. Haz que nos
lamentemos con los que
lloran. Que seamos fieles en este mundo al
precepto de amor del
Divino Maestro, y merezcamos disfrutar con
Él, el amor del Padre
por toda la eternidad. Amén.”
MANSEDUMBRE Y FIDELIDAD
“Cuando San Pablo describe el amor perfecto
o caridad, (1
Corintios 13, 4-13) que por lo tanto,
presupone el total florecimiento
de la acción del Espíritu Santo, él no se
contenta con decir que ‘es
bueno’. Esa no es ni siquiera la primera
cualidad que San Pablo
reconoce en él. Quiere que sea sobre todo,
‘paciente’. Ser paciente
significa estar dispuesto a sobrellevar la
vida presente, tanto
físicamente como moralmente. Es por eso que
el Apóstol también
pone la paciencia entre los frutos del
Espíritu Santo, antes que la
bondad y benignidad”.
“Sin embargo, es más bien en relación con
el alma en sí, y como una
condición para su paz interior y su
perfecto desarrollo en el amor,
que San Pablo considera la paciencia.
Porque es indispensable
para nosotros sobrellevar todas las
pruebas, sean las que fueren,
vengan de afuera o de dentro de nosotros
mismos.”
“Esa paciencia, naturalmente, está
acompañada de delicadeza y
mansedumbre hacia aquellos que nos rodean.
Es por eso que el
Apóstol menciona después de la bondad y
benignidad, los frutos
de mansedumbre y fidelidad.”
Las madres
“Nos damos cuenta de que cuando alguna cosa
o persona actúa
de manera contraria a nuestros deseos,
estamos inclinados a
manifestar nuestro descontento
externamente, con gestos bruscos
y a veces violentos. Miren a los niños que
todavía están en la cuna.
Cuando están enojados arrojan al suelo lo
que esté a su alcance.
Cuando son mayores y son heridos por una
piedra o una silla,
ellos instintivamente quieren vengarse,
golpeando o pateando
estos objetos.”
“Las madres, algunas veces, bajo el
pretexto de acallar el llanto de
sus pequeños hijos, los animan también
golpeando la ‘mala’ silla
o piedra. Ellas harían mejor, si enseñaran
a sus hijos a reconocer
su propia falta, en vez de culpar a otros.
Este es el camino de
entrenar a los pequeños en humildad, esto
es, en la verdad. La
persona mayor permanece sujeta a esa
tendencia que la impulsa
durante la adversidad, a irritarse con las
cosas y las personas.”
“La mansedumbre de la cual habla aquí San
Pablo, y que
coloca entre los frutos del Espíritu Santo,
tiene precisamente
como propósito, disponer nuestra voluntad
para soportar las
contrariedades con delicadeza y sin enojo,
esto es, sin manifestar
impaciencia o agitación: ‘El amor no se
deja llevar por la ira’
(1Corintios 13, 5). Un alma totalmente
entregada a la acción del
Espíritu Santo, ha aprendido a practicar
esa bella e importantísima
virtud social.”
“Cuando es frustrada, lo siente
intensamente, aún más que
un alma que es menos perfecta, porque su
propia bondad y
mansedumbre la hace más sensitiva a lo que
es desordenado o
innecesario. Piensen en esa clase de
sensibilidad en Teresa de
Ávila; en vez de ceder a la irritación, un
alma perfecta se humilla
ante Dios, y a la luz de los dones de
Conocimiento, Consejo y
Piedad, reconoce rápidamente que esa prueba
viene de Dios,
Nuestro Padre Celestial, Quien es
infinitamente bueno y amoroso,
Quien utiliza a las criaturas para
cortarlas y pulirlas, para que
sean menos indignas de ser sus Hijas; por
tanto, más pacíficas,
y regocijadas en Su Voluntad, porque el
Dios sabio es tan bueno
con ellas.”
“Estudia las vidas de los santos, y podrás
llegar a ver que tales
almas se vuelven más y más mansas y
delicadas hacia su prójimo
en proporción a ser más contradichas. Tales
almas experimentan
la necesidad de orar más por aquellos que
las hacen sufrir. Son
impulsadas a mostrar una atención más
respetuosa y amorosa
hacia ellas, porque aman a esas personas
mucho en Jesús, y
temen causarles el menor dolor a través de
un comportamiento
desagradable, al cual son inclinadas por su
naturaleza.”
“!Cuán agradable es un alma así al Corazón
de Jesús, y cuánto
contribuye a extender el Reino de Dios!
Tarde o temprano, se
ganará los corazones: ‘Bienaventurados los
mansos’ dice Jesús,
‘porque ellos heredarán la tierra.’(Mateo
5, 5)”.
“ Que el Divino Espíritu nos llene con ese
Espíritu de Mansedumbre,
tan sobresaliente en nuestro Divino
Maestro, Quien no quiere que
aplastemos la caña doblada”.
Fidelidad
“A la mansedumbre, apacibilidad y
delicadeza, que son tan
preciosas para la preservación de la
armonía en la vida comunitaria,
San Pablo añade la Fidelidad. ¿Qué
significa fidelidad? Santo
Tomás ve en ella, la virtud que inclina
nuestra voluntad a dar al
prójimo todo lo que le corresponde, y en
toda forma. Significa,
por lo tanto, justicia perfecta – justicia
en su lograda perfección”.
“¿Qué le debemos a nuestro prójimo? Todos
nuestros deberes
hacia él, dice San Pablo, están resumidos
en una palabra: Amarlo:
‘Quien ama a su prójimo, ha cumplido la
ley’ (Romanos 13, 8).
‘Ayúdense mutuamente a llevar sus cargas, y
así cumplirán la ley
de Cristo’ (Gálatas 6, 2). ‘Por encima de
todo tengan amor, que lo
une todo, y todo lo hace
perfecto’(Colosenses 3, 14).”
“Debemos aprender a amar, como Jesús nos ha
amado y continúa
amándonos, con un amor misericordioso, es
decir con un amor
gratuito y anticipado, que no espera que
sea merecido por el
beneficiario. Seguramente no hay mérito en
amar a aquellos que
nos aman, y a los que son amables. Los
malos también sienten esa
clase de amor.”
“Debemos amar con un amor de buena
voluntad, que se alegra
de todas las cosas buenas, naturales o
sobrenaturales que
existen en los otros. Y también con un amor
compasivo, que se
siente apesadumbrado por el mal que
descubre en el prójimo,
especialmente por la desgracia de las almas
que no se dan cuenta
cuan miserable es su condición: ‘Siento
compasión por esa
multitud’, dijo Jesús.”
“Debemos amar también con un amor efectivo,
un amor que nos
urge a olvidar las negligencias y ofensas
que hemos sufrido por
parte de otros. Debemos buscar por todos
los medios, fortalecer
los vínculos de caridad fraterna cuando han
sido debilitados por
nosotros o por los otros. No esperemos que
los otros den el primer
paso. Más bien debemos apresurarnos a tomar
la iniciativa por
amor a Dios y sin prestar atención a
nuestro amor propio.”
“Es solamente bajo esas condiciones, que
practicaremos la justicia
perfectamente con nuestro prójimo, porque
según el precepto
de Cristo, estamos obligados a amarlo ‘como
Yo también los he
amado’.”
“Cuán dulce y suave sería nuestra vida en
compañía de otros,
si cada uno amase a los otros con ese amor
misericordioso,
anticipado, gratuito, benevolente y
compasivo- un amor tanto
afectivo como efectivo- que nos debemos los
unos a los otros en
virtud de la Voluntad de Cristo (y
mandamiento).”
“El alma que está totalmente entregada a la
acción del Espíritu
Santo, practica ese perfecto amor y caridad
espontáneamente, y
como si fuera algo natural. Por lo tanto,
un alma así, es una fuente
de alegría para todas las personas que
están en contacto con ella.
Es un ‘alma gozosa’. Irradia la alegría de
Cristo, siguiendo el
ejemplo de María, a quien la Iglesia nos
invita a invocar como
‘Causa de nuestra alegría’. Allí tenemos
una alegría que es
pura y santa, una alegría que no es
disipación, sino el fruto del
recogimiento y del verdadero amor, el fruto
de un alma llena de
la Paz Divina, porque vive sólo para Dios,
a través de Jesús y Su Divino Espíritu.”
“Espíritu Santo, que ordenas todas las
cosas con fuerza y suavidad, dígnate derramar Tu Espíritu de Mansedumbre y
Caridad en nuestros corazones, para que habiendo muerto a nuestro yo egoísta y
a todo lo que es pasajero, y deseando solamente la gloria de Dios y la salvación
de nuestros hermanos en Cristo, vivamos en adelante solo de acuerdo a Tus
santas inspiraciones, siguiendo el ejemplo de Jesús y María, para la mayor
gloria del Padre. Amén”
Modestia
“San Pablo, después de mencionar los frutos
del Espíritu Santo que afectan al alma en sí misma y en sus relaciones con los
demás, enumera aquellos frutos que perfeccionan el alma en relación con sí
misma, esto es con relación a sus pasiones. Estos frutos son llamados:
modestia, continencia y castidad. Diremos algunas palabras respecto a ellos.”
“La Modestia, como la mansedumbre que hemos
examinado anteriormente, es una virtud humilde, una virtud que el mundo
desprecia, pero que es muy querida al Corazón de Jesús. Sin ella, el alma
permanece imperfecta, por muy grandes que sean las cosas que emprenda para la
gloria de Dios.”
“La modestia, la que se menciona aquí por
San Pablo, esa modestia que existe en un alma cristiana totalmente entregada a
la acción de los dones del Espíritu Santo, y particularmente los dones de
Conocimiento y Consejo – es una disposición sobrenatural del alma por la cual
ésta se inclina a mantener una apropiada sujeción en todo y así evitar caer en
excesos contrarios.”
“Sabemos que estamos inclinados a caer en
excesos. Esto es una consecuencia y una manifestación de la falta de balance
interior causado en nosotros por el pecado original.”
“¿Qué vemos en el mundo? Vemos a aquellos
que son violentos o débiles, avaros o pródigos, taciturnos o locuaces, tímidos
o presuntuosos, personas decaídas por la tristeza y otros excesivamente
exuberantes, personas agitadas y otras indolentes, apasionadas o apáticas; unos
que nos asustan por su apresuramiento, y otros que nos exasperan por su
lentitud.”
“Así, vamos de un exceso a otro, y algunas
veces, al librarnos de un defecto, caemos en el defecto opuesto, porque es
difícil mantener el justo medio, que constituye una virtud en su perfecto
desarrollo.”
“Es precisamente la modestia, como se
entiende aquí, la que nos enseña a mantener ese justo medio- la correcta medida
en todas las cosas- como nuestro Divino Señor y también nuestra Bendita Madre
la mantendrían si estuvieran en lugar nuestro. Es por eso que la modestia es
algo así como la virtud de las otras virtudes; es su perfección; es lo que las
hace perfectas en su orden particular. Y es por eso que logra su completo
desarrollo solamente en las almas perfectas.”
“Veamos entonces cómo debería ejercer su
influencia en todos los campos de nuestras actividades interiores y
exteriores.”
“La modestia, un fruto del Espíritu Santo
en nosotros, primero que todo, nos inclinará a tener una apropiada valoración
de nuestros talentos naturales y sobrenaturales, sin disminuirlos ni
exagerarlos. Estos talentos nos los ha confiado Dios, para Su gloria y para el
bien de todo el Cuerpo Místico. Se nos pide utilizarlos para ese doble
propósito, y hasta donde la Divina Providencia quiera usar de nosotros.”
“Después de todo, no debemos nunca olvidar
que Dios Todopoderoso necesita siempre de nuestra ayuda. Pero, sea cual fuera
la obra a la que Él quiera asociarnos, y el papel que Él quiere que
representemos en el mundo, debemos siempre recordar que sencillamente ‘sólo
hicimos lo que debíamos hacer’(Lucas 17, 10).”
“La modestia también moderará nuestra
curiosidad, nuestro afán de saber las cosas. Porque existe una curiosidad
buena, pero también hay una curiosidad inútil y otra indiscreta, una curiosidad
peligrosa, y que a menudo es fatal para la vida del alma.”
“Sepamos como evitar todas las lecturas
inútiles, y por cierto aún más, todas las lecturas que podrían ser dañinas para
nuestra alma. Aun respecto a obras que tratan de doctrina espiritual, no
tendamos a leer un sinnúmero de libros.
Cuando encontremos un libro que corresponde a las necesidades de nuestra alma,
leámoslo pausadamente, sin prisas; meditemos en él, y releamos
a menudo, para que absorbamos sus
enseñanzas, las asimilemos y vivamos según ellas.”
“Santa Teresa de Liseux nos dice que cuando
ella estaba aún en el mundo y era muy joven, su vida espiritual se nutría de la
más pura harina contenida en La Imitación de Cristo. Fue el único libro
beneficioso para ella. Por eso era su compañero constante.”
“Seamos modestos en nuestros juicios.
Debemos desconfiar de nuestro afán de juzgar, de criticarlo todo, lo cual es la
causa de tantos conflictos en la sociedad. Evitemos tomar el papel de jueces de
nuestros hermanos. ‘No juzguen y no serán juzgados’ es una enseñanza
fundamental de Jesús, Nuestro Señor. No juzguemos a nadie, bien sea lo que es
bueno o malo para él, a menos que estemos obligados a hacerlo a cuenta de la
autoridad que tengamos que ejercer a este respecto. Pero aún entonces,
hagámoslo con temor y temblor, desconfiando de nuestra manera de ver las cosas,
que podrían no estar de acuerdo con el juicio de Dios.”
“A
fin de evitar juicios impropios, no permitamos a nuestra mente deambular por
todas partes, y examinar la conducta de otros, especialmente la de superiores.
¡Cuánto más sencillo y sobrenatural para nosotros sería ver en aquellos que nos
rodean, los instrumentos de la misericordia de Dios hacia nosotros! Aun cuando
esos instrumentos fueran defectuosos a la vista de Dios, sin embargo, siguen
siendo los instrumentos de los designios misericordiosos de Dios hacia
nosotros.”
“Aquí tenemos la humildad de mente, una verdadera
y profunda humildad que hace tan fácil el obedecer, aún cuando esa obediencia
sea hacia autoridades paganas, y mucho más hacia aquellos que a pesar de sus
imperfecciones, no tienen mayor deseo sino que el Reino de Dios sea
completamente establecido en nuestras almas.”
“Nuestra tendencia innata al orgullo, como
consecuencia del pecado original, nos tienta a buscar los primeros puestos, y
todo lo que es más admirado por los hombres, aun después del ejemplo puesto por
los Apóstoles, justo antes de la Pasión de Nuestro Salvador! La modestia
también nos impulsa a sublimar nuestro deseo de grandezas en el mundo, hasta
poder deponer tales grandezas siguiendo el ejemplo de Cristo, nuestra Cabeza, a
fin de aferrarnos solamente al placer del Padre.”
“¿Qué importancia tiene el estar aquí o
allí, o en ejercer esta o esa función? ¡Tampoco ambicionemos obtener el mejor
lugar en el Cielo! Nuestro único deseo
debería ser hacer la Voluntad de Dios en cada momento, glorificarlo a Él ahora
y a través de la eternidad, de acuerdo a lo le agrada a Él.”
“La modestia, un precioso fruto del
Espíritu Santo, también nos inclinará a conformar todos los afectos de nuestro
corazón con los afectos del Corazón de Jesús, y para ese propósito, hacer que
nuestra sensibilidad y nuestra imaginación practiquen la moderación. ‘La
moderación, lo mismo que la paciencia’....!qué bien practicaba esto tan
fundamental Santa Teresa de Ávila, y cuán elocuentemente proclamaba su
importancia a sus Carmelitas!”.
“Bendita el alma que siguiendo el ejemplo del
Hijo, ama sólo al Padre, y todas las otras personas y cosas solamente en Él,
con Él y por Él, y se aplica con todo amor a los deberes de cada momento
presente, moderando cuidadosamente la imaginación y la memoria, rehusando
volver inútilmente al pasado, y dejando de preocuparse por el futuro. ¡Esto
significa moderación y modestia!”
“La perfecta moderación es un regulador de
todos los movimientos de nuestra alma. Pero su acción tiende también a la
actividad externa, al apropiado uso de los ojos, los oídos, la lengua, nuestro
comportamiento, nuestros gestos, nuestra manera de tratar a las personas y
cosas, respecto a uso de la comida y el descanso, ropa y adornos, juegos y
entretenimiento. Modera todas estas
actividades externas, y cuida al alma que
posee ese precioso fruto del Espíritu Santo, previniendo los excesos de un lado
o del otro. Así, en todas las circunstancias, demanda el uso de la razón, pero
de la manera de conducirse que encontraríamos en Nuestro Señor mismo, o Su
Santa Madre, si estuvieran en nuestra situación. No hay, por lo tanto ni
negligencia ni disputa, sino en todas las cosas, la perfecta medida, el justo
medio es preservado.”
“Es evidente que esta perfección que
admiramos en los santos, está más allá de los poderes de la naturaleza humana
por sí sola. Lo que se requiere es la continua asistencia del Espíritu Santo.
Es por eso que debemos repetir una vez más: la única manera de obtener esa
perfección, es entregarnos totalmente a la acción del Espíritu Santo, y
hacernos más y más pequeños y humildes. Porque es reconociendo con humildad
nuestra pequeñez y miseria, que combatimos contra el orgullo, y nos disponemos
a la acción del Espíritu Santo en nuestras almas.”
“Espíritu Santo, Dios de Verdad y Amor, Tú
ordenas todas las cosas con la medida apropiada. Lo conduces todo con fuerza y
suavidad hacia el fin debido y el propósito general del universo. Concédenos
que en todas las circunstancias podamos actuar de acuerdo a Tus inspiraciones,
y evitar todo apresuramiento, lo mismo que toda negligencia, a fin de que
después de glorificar al Padre en Cristo en este mundo, podamos cantar por toda
la eternidad las Divinas alabanzas, inspirados por Ti, Divino Espíritu de Amor.
Amén.”
CONTINENCIA Y CASTIDAD
“San Pablo menciona finalmente entre los
frutos que el Espíritu
Santo produce en el alma totalmente
entregada a Su acción divina,
la Continencia y la Castidad.”
“De acuerdo a Santo Tomás de Aquino, la
castidad significa la perfecta e inalterable castidad de las almas a las que
Dios, en Su misericordia, se digna preservar aun de las tentaciones contra esta
bella virtud. No hay duda que esta era la
castidad, no solamente de Jesús, sino también de María y José.”
“Dios escoge preservar a ciertas almas de
esa manera, aún desde su niñez, de todo movimiento desordenado de
concupiscencia, lo cual es una gracia muy grande. Sabemos por lo que Santa
Teresa de Lisieux le contó a su hermana Paulina, durante su última enfermedad,
que ella era una de esas almas privilegiadas.”
“Dios les da a tales almas, además de ese
precioso favor, una gran prudencia, y una delicada vigilancia, que las hace
evitar, casi instintivamente, aquello que pudiera manchar la pureza de
sus almas. Esto es también un efecto de los
dones del Espíritu Santo. La perfecta castidad y la vigilancia en evitar todo
lo que pudiera manchar la imaginación o los sentidos, no significa
necesariamente que esta persona ignore los hechos de la vida. Como la ‘pequeña
Teresa’ le dijo a su hermana Paulina: ‘ no es el conocimiento de tales cosas lo
que es malo...la Santísima Virgen sabía todo acerca de eso. ¿Acaso no le dijo
Ella al ángel en el momento de la Anunciación: ‘cómo podrá ser eso, si yo no
conozco varón?’ (Lucas 1, 34).”
“Lo que ha hecho Dios es bueno y apropiado.
El matrimonio es una vocación fundamental, ‘algo bello para aquellos que son
llamados a él. Es el pecado el que lo ha desfigurado y manchado’.”
“Pero aquellos que están totalmente
consagrados a Dios por el celibato, deben evitar cuidadosamente toda curiosidad
inútil en ese aspecto; deben mantener su corazón libre de todo afecto que
pudiera distraerlos del único objetivo de su amor.”
“Cuando Teresa era muy joven, ella oró: ‘Oh
Jesús, dulzura inefable, convierte en amargura para mí, todas las consolaciones
terrenas’. Ella estaba evidentemente movida por la acción del Espíritu Santo en
esto, porque nos dice que repetía estas palabras sin entender mucho de su
profundo significado.”
“Escribió más adelante: ‘No quiero que las
criaturas reciban un átomo de mi amor. ¡Quiero darle todo solo a Jesús! ¡Nada
sino El! El es a quien yo deseo complacer, solo a Él.”
“Benditos aquellos que han podido mantener
intacta esa bella, pero también muy delicada flor de la virginidad. Hoy día,
uno tiene la impresión que el valor de la virginidad no es inculcado lo suficiente
en las mentes de la gente. Esto es una gran pérdida, porque las almas están
naturalmente inclinadas a tener en gran estima la virginidad, por tanto tiempo
como mantienen intacta la pureza de la gracia bautismal.”
“Debería ser normal para hombres o mujeres
cristianos jóvenes, llegar vírgenes al sacerdocio, a la vida religiosa o al
matrimonio.”
“Muchas caídas en este aspecto, se
evitarían, si como en la Iglesia primitiva, no temiéramos formar a nuestros
jóvenes para vivir la pureza de una manera positiva y delicada.”
“Dios algunas veces concede el don de
perfecta castidad a aquellos que han luchado valientemente, como recompensa por
su perseverancia y fidelidad en Su servicio. Ese fue el caso del joven Tomás de
Aquino, el Doctor angélico, que fue librado de una manera milagrosa de todos
los movimientos de concupiscencia, después de haber luchado victoriosamente
contra una prostituta que le habían enviado sus hermanos para corromperlo y
alejarlo de su vocación religiosa y sacerdotal. Tales almas debe siempre
recordarse a sí mismas, que por sí solas sólo son debilidad, y por lo tanto,
deben ser siempre muy prudentes y no perder el precioso tesoro que les fue
confiado.”
“Sería de cualquier modo un error, creer que
un alma totalmente entregada a la acción de los dones del Espíritu Santo, está
necesariamente libre de toda tentación contra la castidad. ‘Pasa con
frecuencia, escribe San Gregorio el Grande, que un alma que ha sido llevada a
las alturas por el Divino Espíritu, sufre sin embargo, dolorosos asaltos de la
carne...pareciera que el Cielo
y el Infierno se han unido, porque el alma
es al mismo tiempo inundada con las luces de la contemplación, y oscurecida por
acosadoras tentaciones’.”
“Es por eso, que además de la perfecta
castidad, San Pablo coloca a la continencia como otro fruto del Espíritu Santo,
en el alma perfecta. La continencia es la ‘laboriosa castidad’ de las almas
que viven el estado del matrimonio, o están
sujetas a tentaciones impuras.”
“El Señor puede permitir que un alma
totalmente entregada a Su amor, como Santa Catalina de Siena o Santa Ángela de
Foligno, sea cruelmente tentada de esa manera. Puede ser que Dios desea por
tales medios, darle una ocasión de hacer reparación por los numerosos pecados
que se cometen en el mundo contra la virtud de la castidad.”
“San Francisco de Sales nos dice
(Introducción a la Vida Devota cap. 3): ‘San Pablo sufrió tentaciones de la
carne por largo tiempo, pero eso de ninguna manera significa que no era
agradable a Dios. La Bendita Ángela de Foligno sufrió horribles tentaciones
igual que San Francisco y San Benito....Pero eso no hacía que perdieran la
gracia de Dios; por el contrario, obtuvieron un gran aumento de gracia en esas
ocasiones’.”
“Lo que es más doloroso para tales almas es
la perturbación que tales tentaciones les producen; tan grande es esta
perturbación que parece que ya no aman a Dios. ‘El amor a Dios ya no aparece
por ningún lado, excepto en las
profundidades de la mente y el corazón, y les a ellos, que está ausente también
de allí’. (San Francisco de Sales).”
“’¿Dónde estabas Tú, dulce Señor mío’
lloraba Santa Catalina de Siena después de padecer una severa tentación de esa
clase, ‘cuando mi corazón estaba lleno de oscuridad e inmundicia?’
‘Hija Mía, Yo estaba en tu corazón’. Ella
dijo entonces: ‘¿Cómo podías morar en mi corazón, cuando estaba lleno de esos
horribles pensamientos? ¿Acaso moras Tú en esos sucios lugares?’ Nuestro Señor
contestó: ‘Dime hija Mía, ¿esos feos pensamientos de tu corazón te dieron
placer o tristeza, pesar o deleite?’ Ella replicó: ‘Ellos me dieron un pesar y
amargura’. ‘Bien, respondió Jesús: ‘¿Quién puso esa gran amargura y pesar en tu
corazón, sino Yo, que permanecí escondido en las profundidades de tu alma? Ese
sufrimiento fue la ocasión de ganar grandes méritos y un aumento de tus
virtudes y tu fortaleza’. (Introd. Cap. 4).”
“San Francisco de Sales continúa: ‘(Cuando
concierne a almas que pertenecen enteramente a Él), Dios permite estos grandes
asaltos solamente con el fin de elevarlas a Su puro y excelente amor...por
tanto, cualquier tentación que les venga, y cualquier placer que ella traiga,
mientras la voluntad se rehúse a consentir, no sólo las tentaciones sino
también el placer, no se perturben; porque Dios no está ofendido por eso’.”
“Estas son palabras de gran consuelo para
las almas que tienen que luchar a fin de permanecer fieles a su ideal de
perfecta pureza. No debe ceder ante el desánimo, sino recordar lo que Santa
Teresa de Liseux escribió a una persona que vivía en el mundo, y que estaba
atormentada por esa clase de tentación: ‘! Bendito el que ha sido juzgado digno
de sufrir tentaciones!’ Después de todo la tentación no es más que una ocasión
para el alma, para probar su amor y su indefectible fidelidad a Dios.”
“Un alma que está totalmente entregada a la
acción del Espíritu Santo, espontáneamente y casi por instinto, ha recurrido a
los medios que los santos de la vida espiritual unánimemente recomiendan en
tales circunstancias, y particularmente esa de revelar lo que está sucediendo
en su corazón. Santo Tomás tiene esto que decir acerca de eso: ‘El demonio, que
es orgulloso e impuro,
es un enemigo de toda humildad en una buena
confesión. Es por eso que nada es preferible o más fácil, a fin de estar
protegido (de caer en) de esas tentaciones, que revelar claramente la propia
condición al confesor, y hacer esto cada vez que tales tentaciones se
renueven’.” (Op. 63)
“Esa es también la opinión de San Francisco
de Sales: ‘La primera cosa que el demonio quiere que haga un alma a la que
desea tentar, es que guarde silencio... Dios, por el contrario, en Sus
inspiraciones, nos pide que hagamos conocer nuestra condición a nuestros
superiores y guías’ (Introd. Cap. 7).”
“La experiencia confirma tanto la verdad de
esta enseñanza, que a menudo será suficiente para un alma, resolverse a revelar
claramente a su director espiritual la tentación que está teniendo, para que
esta desaparezca inmediatamente.”
“Bendita el alma a quien el Espíritu Santo
le concede la gracia de beneficiarse con tales dolorosas tentaciones, impulsándola
a humillarse y así disponerse a recibir una gran abundancia de gracias.”
“Espíritu Santo, Espíritu de santidad y
pureza. Fuego Divino que inflama los corazones de los Benditos, ven y consume
en nosotros todo lo que te desagrada. Que seamos purificados de todo afecto
desordenado y liberados de toda atadura al pecado, para que con Jesús y María,
podamos glorificar eternamente al Padre a través de Ti, Divino Espíritu, que
vives y reinas con Él, y el Hijo, en eterna beatitud. Amén.”
El cierre de la Novena se inicia a las
8:00p.m. del Sábado con una procesión con velas /Coronilla de Renovación /
Letanías al Espíritu Santo/ Oraciones de Servicio al Pueblo de Dios que
concluyen con ‘Letanías del Santo Mandato’ / Bendición de la Sma. Trinidad /
Aspersión de agua bendita con himnos al Espíritu Santo, seguido por la Oración
Final (Preciosísima Sangre de Jesucristo, sálvanos a nosotros y al mundo
entero. Amén.).
Después de las oraciones finales de arriba,
tendrá lugar una Misa de Vigilia de Pentecostés, siempre que esté presente un
sacerdote. La Santa Misa será seguida por la quema de peticiones, testimonios,
himno de clausura, y oración final (Preciosísima Sangre de Jesucristo, sálvanos
a nosotros y al mundo entero. Amén). Esta Santa Misa del Sábado concluye la
Novena y la vigilia de los “Tres Días de Espera” del domingo de Pentecostés, y
termina a la
medianoche o algo más tarde.
CAPÍTULO XII
LA ALEGRÍA DEL REINO
GLORIOSO DE PAZ
Para ser leído el viernes a la 11:30 a.m.
durante la vigilia de los “Tres Días de Espera” antes del Domingo de
Pentecostés. Para leerlo el Sábado a las 8:30 a.m el ultimo día de la vigilia y
en cualquier otro tiempo, incluyendo el Domingo de Pentecostés.
LA GRAN ALEGRÍA
Mis enseñanzas los Complacerán
“La Paz sea con ustedes, Bernabé, y con
todos mis hijos que entran a este gran mes con oración. Yo les doy la
bienvenida con Mi amor y misericordia. Yo abriré otra página de enseñanzas para
Mis hijos que estén dispuestos a crecer y amar. Los pequeños verán grandes
cosas en mis enseñanzas y se llenarán de alegría. Mis enseñanzas los saciarán.
Pero los orgullosos no verán nada. Ellos mirarán y mirarán sin ver, escucharán
y escucharán sin oír. Mis palabras no tendrán significado para ellos.”
“Sé humilde y acércate a Mi amor y cuidado.
Permanece unido a Mí y Yo permaneceré unido a ti. Mi bendición permanezca en
sus almas. Yo los bendigo en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.”
Jesucristo 1° de Julio, 2007
EL PRIMER GOZO
La Dorada Paz de Felicidad
“Alégrense todos ustedes que están en El
Señor. Estén felices todos ustedes que han sido redimidos con la Sangre
Preciosa de Jesucristo. Ustedes están bendecidos. Yo soy su amigo y el
servidor de Dios, Antonio. En este gran mes
de paz y gracia, Jesús me envió para hablarles de un tema llamado La Dorada Paz
de Felicidad. Este es el gozo del Glorioso Reino de Paz. Él quiere que la
alegría llene sus corazones siempre para apresurar el Reino en sus corazones.”
“Hoy vengo a hablar sobre el gozo de la
verdadera libertad que da al alma la Felicidad Dorada. Amigo de Dios, la
verdadera libertad es la libertad del espíritu que busca solamente a Dios. La
posesión de Dios es la verdadera libertad del alma. En Dios, el alma encuentra
satisfacción y paz.”
“Cuán felices son las almas que encuentran
verdadera libertad en Cristo Jesús; ellas poseen la felicidad dorada. Nada
ocupa su mente excepto el amor de Dios. Nada altera su paz. Ellos son como
pájaros libres en el aire que solamente piensan en como alabar a Dios. Ellos se
levantan felizmente como el sol naciente, y brillan como las estrellas de la
mañana. Amigos, estas almas encuentran paz donde otros encuentran confusión y
tristeza. Ellos se regocijan en todas las cosas porque su Dios está con ellos
siempre. Todos ustedes son llamados a este estado de vida de la felicidad
dorada en esta tierra. El primer medio para lograrlo es la verdadera libertad.
Sé libre y lo poseerás. Mi Jesús los bendiga, los dejo.”
CRISTO:
“La verdadera libertad trae las almas más
cerca de Mí. Acércate a Mi amor y encuentra paz y libertad. Yo los bendigo en
el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen”.
Jesucristo 2 de Julio, 2007
SEGUNDO GOZO
Ustedes son Hijos de Dios
“Alégrense, Oh casa de Jacob! ¡Regocíjense,
Oh casa de Israel! Ustedes son los elegidos entre las naciones para ser la
nación santa de Dios. Las poderosas Manos de Dios los han sacado de Egipto. El
amor de Dios cuida de ustedes. Yo soy su amiga y sierva de Dios, Teresa.”
“Jesús me envió a hacer sus felices sus
almas, a recordarles la alegría que deben compartir y manifestar en el mundo.
Esta es la alegría de la Dorada Felicidad del Glorioso Reino de Paz.”
“Ustedes son los hijos e hijas de Dios.
¿Cómo suena esto a sus oídos? Les repito, ustedes son hijos de Dios. No quise
decir los hijos del hombre más rico del mundo o los hijos del presidente de su
país: yo quise decir los hijos de Aquel que creó todas las cosas y posee todas
las cosas incluyendo las riquezas del hombre más rico; incluyendo su presidente
y su país y los países del mundo.”
“Ustedes son hijos del Rey del Cielo y la
Tierra. Reclamen la autoridad del Hijo y alégrense. Sean felices, ustedes
príncipes de Cielo y Tierra. Todo lo que su Padre tiene es de ustedes. Su
enemigo les temerá, debido a su Padre. Montañas y mares les obedecerán. Su
palabra es autoridad ante las criaturas, porque su Padre hizo todas las cosas.
En ustedes, su Padre será glorificado.”
“Amigos, no permitan que nada aleje esta
alegría de ustedes. Permanezcan unidos al Padre y el Padre permanecerá unido a
ustedes. Entonces ustedes serán siempre sus hijos y Él será un Padre para
ustedes. No busquen ser hijos pródigos, o serán esclavos. Permitan que la
dorada felicidad que viene de la alegría de ser un hijo habite en sus almas. Yo
pido a Jesús que los bendiga. Adiós.”
CRISTO:
‘Sé feliz de tener un Padre que te cuida.
Sé feliz también por ser hijo de un Padre tan digno. Dios es tu Padre y esta es
tu mayor felicidad. Entonces yo te bendigo en el Nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén”
Jesucristo 3 de Julio, 2007
TERCER GOZO
Ella es el Templo del Espíritu Santo
“Alégrate, Oh Jerusalén, tu gloria esta
brillando por todo el mundo. Tú eres la luz del mundo y el orgullo del pueblo
de Dios. Alégrate, oh hija de Sión, porque tu Rey está llegando para morar en
ti. Yo soy tu hermano Jerónimo.”
”Jesús me envió a anunciar el mensaje de
felicidad a las hijas de Sión. Jerusalén debe estar feliz porque la gloria de
Dios está sobre ella. Ella es el Templo del Espíritu Santo. Dejen que esta
alegría llene su corazón siempre y alcance a todos los que se acercan. Esta es
la Dorada Felicidad a que están llamados a dar testimonio en el mundo.”
“Benditas son las casas en las que habita
el Señor; y más bendecida la que es esposa de Dios. Amigo de Cristo, ¿qué
alegría y felicidad estás buscando fuera de ti? ¡Mira! El Cielo esta en ti. ¿No
estás viendo la belleza y la gloria del Cielo dentro de ti? Ante ti los ángeles
se inclinan postrándose al Rey cuyo Trono fue instituido en ti. Brilla, Oh
Sion, porque tú eres la santa montaña de Dios. ¡Mira! Tu pueblo está
observándote, buscando en ti, refugio del Señor. Déjalos compartir el gozo de
tu gloria. Jerusalén, tú eres el Templo del Espíritu Santo. Reconoce tu
grandeza y sé feliz. Todos los que reconocen esta grandeza y habitan en su
alegría, comparten la paz del Reino Glorioso. Esta es la felicidad de los que
son redimidos con la Sangre del Cordero. Los dejo para que el Cordero los
bendiga. Adiós.”
CRISTO:
“Tu eres el Templo de Dios si permaneces
unido a Mí. ¡Jerusalén es tu nombre! En ti, Oh Jerusalén, Mi gloria brillará.
Esto es siempre tu orgullo y tu felicidad. Que nadie te lo quite. Así que te
bendigo, en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.”
Jesucristo 4 de Julio 2007
CUARTO GOZO
El Deseo del Cielo
“Qué bella es su casa, Oh almas de los
justos, y qué bendecidas son ustedes por ser nativas del Cielo. Sean siempre
felices todos ustedes ciudadanos del Cielo. Su casa es hermosa. Yo soy su
hermana Inés. Jesús me envió para nutrir sus almas con el gozo del Cielo que
les espera. Esta alegría es la manifestación del Reino Glorioso de Paz que está
dentro de ustedes.”
“Amigos de Cristo, todas las almas deben
desear el Cielo. Poseer a Dios y vivir con Él en Su Reino debe ser la más
grande meta de cada alma. En el Cielo, experimentará lo que es el amor
perfecto. Quiero decir que todas las almas amarán perfectamente como Dios. Este
es el gozo del Cielo.”
“Hijos de Cristo, su patria es hermosa: hay
muchas mansiones allá. Es una casa de paz. No hay dolor ni tristeza. ¡Tampoco
muerte ni lamentos! Todas las cosas amargas de la tierra han pasado.”
“En el Cielo hay paz. Ningún país peleará
contra otro. De hecho, hay únicamente un país- el Cielo. Una tribu, Cristiana;
y Jesús es nuestro Rey por siempre. En el Cielo hay satisfacción. La
búsqueda de sus corazones encontrará su
satisfacción en el Cielo, porque Dios esta allá, para saciar el hambre de sus
almas.”
“Escuchen todos ustedes, pequeñas almas de
la Tierra: Deben alegrarse siempre porque tienen una casa alegre. Esta felicidad
debe ser manifestada a todos los hombres para que ellos vean y crean en lo que
ustedes esperan. Este es el gozo del Reino Glorioso que está llamado a
manifestar. Entonces, los dejo en este gozo para que Jesús los bendiga. Adiós.”
CRISTO
“En la casa de Mi Padre hay muchas
mansiones. Les estoy diciendo esto para mantener su esperanza viva y hacerlos
felices porque su casa es el Cielo. Yo los bendigo en el Nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén”
Jesucristo 5 de Julio 2007
QUINTO GOZO
Ustedes son la Bendición del Mundo
“Regocíjense y estén alegres todos ustedes
que adoran al verdadero Dios. Dejen a su corazón regocijarse todos ustedes que
esperan por el Señor en santidad y paz. Ustedes son la bendición de la Tierra y
la felicidad de Dios. Yo soy su hermana Cecilia de Dios.”
“El mensaje que tengo para ustedes es que
Jesús dijo: “Ustedes son la bendición de las bendiciones de la Tierra y la
felicidad de Dios.” A través de ustedes, Dios bendice al mundo. A través de
ustedes, se concede misericordia a la humanidad. A través de ustedes, el
Corazón herido del Señor es sanado.”
“Amigos de Cristo: Ustedes son una
bendición para la Tierra que los crió. De hecho, esa tierra será fértil y dará
fruto debido a ustedes. Y por esa razón están llamados a ser felices y
regocijarse
en el Señor siempre. Hijos: ¿Qué entienden
ustedes cuando me escuchan decir que son la felicidad de Dios? Ustedes son los
pequeños ángeles de Dios que están siempre en la Mente de Dios para Renovar la
Faz de la Tierra. Y de hecho, ustedes lo hacen feliz por su forma de vida.
Bendita eres, Oh alma, por estar entre las
pocas que hacen feliz a Dios; que esto sea tu alegría, que esto sea tu
felicidad. El conocimiento y posesión de esta felicidad y alegría es la paz que
estás llamado a celebrar. Manifiéstala al mundo y comparte la Dorada Felicidad
del Reino Glorioso. Los dejaré para que Jesús los Bendiga.”
CRISTO
“¡Ustedes son la bendición de la Tierra!
¡Ustedes son la felicidad de Dios! Y Yo seré su felicidad también. Yo los bendigo
en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”
Jesucristo 6 de Julio, 2007
SEXTO GOZO
Su Defensor es Supremo
“Alégrese, Oh pueblo de Dios. Los días en
que pagaban para fortificar las murallas de la ciudad han pasado. ¡Miren! Su
Dios es ahora una muralla de fuego alrededor suyo. Ningún enemigo los verá o
les hará daño. Los Guerreros Celestiales están a su lado para pelear por
ustedes y defenderlos. Yo soy su amigo y siervo de Dios, Pío.”
“Amigos de Cristo, fui enviado para
hacerlos orgullosos y levantar sus almas al decirles que su Defensor es
supremo!”
“Imagínense un poco ser cuidados por los
Ángeles Celestiales del Dios vivo. Donde quiera que vayan, ellos los siguen y
limpian el camino. Ante ustedes, hay una columna de nube para acuñar a su
enemigo; y detrás de hay una columna de fuego que les mostrará el camino a la
tierra prometida. Miles de enemigos estarán a su lado y diez mil a su otro
lado, pero ninguno les hará daño, porque supremo es su Defensor. Dios se abrirá
paso entre sus enemigos. Él los hará a un lado como lo hizo en el Mar Rojo.
Estarán parados como una pared y ustedes pasarán como un príncipe, sin que les
hagan daño.”
Amigos de Cristo: ¿No han sentido la
presencia de su Defensor a su lado? ¿No han visto los soldados en guardia?
¿Están temerosos de los enemigos malignos? ¡No teman! Regocíjense en el
conocimiento de esta verdad. Sean felices porque supremo es su Defensor. Nadie
puede vencerlo. Estén orgullosos de esto y compartan esta alegría y felicidad
con todos los hombres. Esta es la Dorada Alegría y Felicidad del Reino Glorioso
a que están llamados a dar testimonio. Los dejo en este gozo para que Jesús los
bendiga. Adiós.”
CRISTO:
“Yo estoy siempre con ustedes hasta el fin
de los tiempos, Yo los bendigo en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.”
Jesucristo 7 de Julio 2007
SÉPTIMO GOZO
¿Por qué están viviendo como huérfanos?
Ustedes tienen una madre.
“Acérquense a Mi cuidado maternal, Oh mis
queridos hijitos. Yo soy su Madre y su Reina. Yo soy la Rosa Mística, María la
Madre del Agonizante Jesucristo.”
“Hijos, regocíjense siempre porque su Madre
está viva. Su Madre los cuida. Piensen en una buena Madre quien va por agua en
la fría mañana. Cuando regresa, ella hierve el agua y prepara el desayuno para
la familia. Con su propio pecho ella alimenta al pequeño bebé que no puede
comer alimento sólido. Ella baña a los pequeños y remienda sus ropas. Esta
Madre es cariñosa y cuidadosa. Yo soy una Madre amorosa que conoce todas sus
necesidades! Yo soy Madre cuidadosa que cuida de ustedes. ¿Por qué están
viviendo como huérfanos? Ustedes tienen una Madre. Su Madre está viva.
Acérquense a mí y compartan mi alegría. Sean felices como el vino de la mañana.
Dejen que el mundo comparta su felicidad.”
“Hijos, ¡díganle a todo el mundo que
ustedes tienen una Madre! ¡Díganle que su Madre está viva! ¡Ella los Cuida!
Ella es amorosa. Este es el gozo del Reino Glorioso a que están llamados a dar
testimonio. Recuerden que no habrá huérfanos en la Tierra de Paz. Sean felices y
regocíjense siempre. Permanezcan en la paz de Cristo. Adiós.”
CRISTO:
“Hijos, Mi Madre es también vuestra Madre..
Y ésta será siempre vuestra alegría. Yo los bendigo en el Nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.”
Jesucristo 8 de Julio 2007
Yo les Traigo Alegría y Felicidad:
“La paz sea con ustedes. Yo soy su todo y
su felicidad. Felices son todos los que encuentran satisfacción en Mí; sus días
están bendecidos. Yo soy el Agonizante Jesucristo que los ama. Hoy les traigo
alegría y felicidad al derramar bendiciones sobre todas las almas que
participan en esta novena. Que todas las bendiciones que he derramado sobre
ustedes, en estas novenas anuales por los pasados diez años, sean para todos
los que completen esta novena anual. Sus días verán buenas cosas; y siempre
terminarán con felicidad y alegría. Yo derramaré sobre ustedes toda la
sabiduría para conocer y ver el Dorado Gozo del Glorioso Reino de Paz. Estén
siempre llenos de felicidad. Que la luz de la verdad brille siempre en sus caminos.
Ordeno al Arcángel San Miguel protegerlos y defenderlos. Que sus almas
experimenten la luz de
la verdadera paz.”
CRISTO:
“Permanezcan cerca en Mi amor. Yo los
bendigo a todos en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.”
Jesucristo 9 de Julio2007
El Espíritu Santo Renueva todo:
“La paz del Cielo sea con todos ustedes.
Hijos, les doy la bienvenida a estos tres días de oración en honor de la
Santísima Trinidad con el mensaje “El Espíritu Santo todo lo renueva”.
Acérquense a mí y escuchen mi lección de paz. Yo soy su Madre la Rosa Mística,
María la Madre del Agonizante Jesucristo.”
“El Espíritu de Dios renueva todo. La
Tercera Persona de la Santísima Trinidad todo lo renueva. Hijos, déjenme
llevarlos a la memoria del pasado. Cuando el hombre cayó de la gracia de Dios,
él perdió la gracia santificante. Esto significa que el Espíritu Santo se alejó
de él. Todo en el mundo se corrompió y sufrió los dolores de la oscuridad y el
pecado. Por miles de años el hombre se revolcó en la oscuridad. Pero cuando
llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió Su Espíritu al mundo para ungir y
consagrar un tabernáculo para la llegada de Su único hijo engendrado. A través
del Hijo, el Espíritu Santo renovó y salvó el mundo caído. La luz todavía esta
encendida en el mundo para la paz y la salvación.”
“Ustedes son los hijos e hijas de la Luz. A
través del poder del Espíritu Santo, ustedes son creados, y así son
instrumentos del Espíritu Santo, el instrumento de renovación. El Espíritu lo
renovará todo a través de ustedes.”
“Hijos, ríndanse a la Luz del Espíritu
Santo y adquieran todas las gracias necesarias para su triunfo y para la
renovación del mundo. No permitan que la luz que hay en ustedes se vuelva
oscuridad. No corrompan el Templo de Dios que son ustedes. No disgusten al
Espíritu de Dios. Siempre y en todo lugar escuchen Su voz y obedezcan Su
llamado. Sigan el plan de renovación que ha sido establecido para ustedes.
Hijos, si ustedes siguen el plan de Dios que se les ha dado en esta devoción de
la Preciosa Sangre de Mi Hijo, ustedes seguramente renovarán todo a través del
poder de Dios.
“Yo soy su Reina que los llamó. Los amo a
todos. Permanezcan en la Paz del Cielo.”
Rosa Mística (Nuestra Madre Bendita, Reina
del Cielo y de la Tierra) 13 de Julio 2007
Los Pastos y los Árboles Moribundos
Sonreirán:
“Cuán feliz fue el desierto el día que
recibió la primera lluvia del año. Abrió su boca y bebió hasta satisfacerse.
Observen cómo estos pastos y árboles moribundos sonríen con el brillante rocío
de la mañana. Oh, así es como el pueblo de Dios estará jubiloso y danzará en
los días en que los rayos de la luz-dadora de vida brillará sobre ellos. Yo soy
su amiga y servidora de Dios, Cecilia.”
“El Espíritu de Dios fortalecerá el mundo
caído. Vean, el viento está soplando, y nadie sabe su dirección. El Espíritu
Santo de Dios ha llenado el Universo. Él está en el mundo caído. ¡Qué
bendecidos son aquellos que están en unión con Dios! Ellos nunca estarán
cansados. Amigos del Dios vivo, su victoria es por La Sangre del Cordero a
través del Poder del Espíritu Santo. Quien camina en la luz está guiado por el
Espíritu pero aquel que camina en la oscuridad está guiado por la naturaleza
del pecado y la naturaleza da muerte. Sea amigo de Dios y permanezca en su
amor, así el Espíritu de Dios permanecerá en ti y dirigirá tu vida. Aquel a
quien el Espíritu de Dios dirige es siempre un hombre victorioso en esta edad
oscura. Él ve caminos donde otros ven oscuridad. Su fortaleza es siempre
renovada cuando otros están débiles. Su esperanza está segura cuando otros
están sin esperanza. Permanezcan en el amor de Dios y tengan siempre Su paz.”
“El mensaje que tengo para ustedes es:
“Sean conducidos por Su Espíritu y tengan su fuerza siempre renovada.” Que mi
Jesús los mantenga siempre en Su Amor. Yo los dejo.”
14 de Julio, 2007
ESPÍRITU SANTO, FUENTE DE VIDA
“Regocíjate Sión! Alégrense todos ustedes
que han nacido del Espíritu, porque el Espíritu Santo es vida. Yo soy su Reina
y su Madre María, Madre del Agonizante Jesucristo.”
“Hijos, en este ultimo día de los tres días
de oración, vengo a instruirlos en la lección del Espíritu Santo como la Fuente
de Vida. Cuán bendecidos son los que son guiados por el Espíritu. Sus días
brillarán siempre como sol mañanero. No
verán oscuridad en sus caminos. ¡Cuán bendito es el templo en el que habita el
Dios del Cielo! Como el Monte Sión, miles de santos Ángeles lo rodearán y
defenderán. En ese templo, la gloria del Altísimo será revelada.
Desde el Santuario de este templo la fuente
de agua dadora de vida estará brotando por siempre. Oh, como un pequeño arroyo,
se ha esparcido hacia un mar sin fin, para dar vida a las criaturas. Todo el
que ha nacido del Espíritu es Espíritu, pero todo el que ha nacido de la carne
es natural. El Espíritu da vida, pero la naturaleza es débil y está sujeta a la
muerte.”
“Hijos, sean llenos del Espíritu de Dios.
Apártense de su antigua y pecadora forma de vida. Dejen que el Espíritu del
Altísimo conduzca sus vidas; ustedes serán verdaderos hijos de mi Hijo y mi
Dios, Jesucristo, su Agonizante Maestro.”
“Si ustedes obedecen los mandamientos de
Dios, Jesús los amará. Él los llenará con Su Espíritu, y ustedes serán una
nueva criatura de amor divino. Porque el mandamiento es ‘amor’”.
“Hijos, no se separen del amor de Cristo su
Salvador. Si lo hacen, El Espíritu de Vida se alejará de ustedes. Crezcan en el
perfecto ejercicio del Amor Divino. Ustedes serán salvados.”
“El Espíritu de Dios es Vida. A través del
poder del Cordero de Dios y en la unidad del Espíritu Santo, la victoria es de
ustedes. Yo rezo por la paz del Espíritu Santo en sus corazones, en sus
familias, y hasta los confines de la tierra. Amén”
“Bernabé, repite conmigo: ‘Ven Espíritu
Santo, llena los corazones de los fieles y enciende en ellos el Fuego de Tu
Amor. Envía Señor Tu Espíritu y todo será creado: Y renovarás la faz de la
tierra.’ Y el Reino de Dios vendrá pronto. Amén. Adiós”
Nuestra Bendita Madre María del Agonizante
Jesucristo.
15 de Julio, 2007.
La Novena y los “Tres Días de Espera”
terminan con las siguientes oraciones previas a la celebración de la Santa Misa
de Vigilia de Pentecostés en la noche del sábado (Se encuentran al final):
ORACIONES DE INTERCESIÓN POR EL PUEBLO DE DIOS
“Bendición con
Agua Bendita”
1. PARA QUE DIOS BENDIGA EL TRABAJO MANUAL DE SU PUEBLO:
Oremos a Dios para que bendiga el trabajo
manual de Su pueblo. (Todos se
arrodillan en oración por un momento. Levantándose, el Sacerdote intercederá
por el pueblo con la siguiente oración):
Oremos:
Oh Dios, Creador del mundo, bendice el
trabajo de Tu pueblo + que prosperen en su buen empeño + que se multiplique el
fruto de sus manos + que sea abundante la cosecha de su trabajo + protégelos
contra la peste y el hambre + concédeles la paz en sus días + En el Nombre del
Padre + Y del Hijo + Y del Espíritu Santo. Amén.
2. POR EL DESEMPLEO, LA PROMOCIÓN, Y LA VOCACIÓN:
Oremos por los desempleados entre nosotros;
por aquellos que están buscando un ascenso; y por los jóvenes para que
encuentren su vocación. (Todos se
arrodillan en oración por un momento. Levantándose, el Sacerdote intercederá
por el pueblo con la siguiente oración):
Oremos:
Oh Dios de Amor y Consolador de los
necesitados, consuela a Tu pueblo que no tiene trabajo en este mundo de luchas
y concédeles trabajo;+ Inspira a los más favorecidos para crear oportunidades
de trabajo + Que el pueblo que Tú creaste sea útil y fructífero + Promuévelos
en sus duros trabajos + permite a los jóvenes encontrar su vocación + Y que Tu
luz brille en sus días + en el Nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu
Santo. Amén.
3. POR EL FRUTO DEL VIENTRE Y POR LAS MUJERES
EMBARAZADAS:
Oremos por aquellas que están buscando el
fruto del vientre y por las mujeres embarazas entre nosotros. (Todos se arrodillan en oración por un
momento. Levantándose, el Sacerdote intercederá por el pueblo con la siguiente
oración):
Oremos:
Oh Dios, Dador de vida, el don de los hijos
te pertenece aTi. Por favor bendice todos los vientres de las mujeres aquí
presentes que están pidiendo el fruto de su vientre con corazón puro + Adorna su vientre con el don de los
hijos + que las mujeres embarazadas aquí presentes den a luz en paz y con el
menor dolor + Que Tus santos Ángeles estén a su lado en sus meses de gestación
y parto + Dios, sé Tú su defensor contra todos los enemigos + En el Nombre del
Padre + y del Hijo + y del
Espíritu Santo. Amén.
4. POR LOS INCAPACITADOS ENTRE NOSOTROS:
Oremos por los incapacitados entre nosotros
para que Dios tenga misericordia de ellos. (Todos se arrodillan en oración por un momento. Levantándose, el
Sacerdote intercederá por el pueblo con la siguiente oración):
Oremos:
Oh, ¡Dios de misericordia y de compasión!
Mira con piedad a Tu pueblo que está sufriendo y a los incapacitados +
Devuélvele la vista a los ciegos + permite que los cojos caminen + Abre los
oídos de los sordos + Suelta la lengua de los mudos y permíteles hablar +
Restaura los sentidos a
los enfermos mentales + Endereza las
cinturas dobladas + y concede alegría a los corazones entristecidos + en el
Nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
5. POR AQUELLOS QUE SUFREN ENFERMEDADES SERIAS:
Oremos por aquellos que sufren enfermedades
serias, tales como SIDA, cáncer, diabetes, leucemia, fatigas nerviosas/
virales, alta presión sanguínea, desórdenes circulatorios y cardíacos,
problemas de riñones, desórdenes de los huesos y las articulaciones,
infecciones e inflamaciones del cuerpo, desórdenes de la
mandíbula/boca/dientes, problemas en los pulmones, úlceras, problemas
abdominales/intestinales, problemas en los pies/piernas y problemas
ambulatorios, quemaduras serias, convulsiones, y severos desórdenes y
disfunciones mentales/emocionales/espirituales y de la personalidad, junto con
todos aquellos que se sienten desesperados. (Todos se arrodillan en oración por un momento.
Levantándose, el
Sacerdote intercederá por el pueblo con la siguiente oración):
Oremos:
Oh Dios de perdón y de amor, perdona a Tu
pueblo y perdona sus pecados + y permite que Tu misericordia descienda sobre
ellos + sánalos de sus enfermedades y permite que sus bocas canten Tus
alabanzas + Purifica su sangre, Oh Señor + sana las heridas de sus cuerpos,
mentes, corazones y almas + restaura su salud + y llena su corazones con amor +
en el Nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
6. POR LAS FAMILIAS Y POR LA PAZ:
Oremos por las familias, especialmente por
las que están separadas y por las disfuncionales, que Dios las una de nuevo en
el amor y por la paz del mundo. (Todos
se arrodillan en oración por un momento. Levantándose, el Sacerdote intercederá
por el pueblo con la siguiente oración):
Oremos:
Dios de unidad y de paz, une a las familias
separadas + Trae a la madre y al padre de regreso con sus hijos + envuélvelos
en Tu Amor Trinitario + dale a cada uno el Espíritu de Entendimiento +
concédeles la sanación de sus memorias + incita un rápido perdón entre ellos +
haz crecer fuertes lazos de fidelidad y amor entre ellos + y resuelve sus
problemas presentes + en el Nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu
Santo. Amén.
Se continua con la "Letanía del Santo
Mandato".
* Después de Las “Letanías del Santo
Mandato” Despedida, si no hay sacerdote presente para la
Misa de Vigilia; de lo contrario, continuar con la Misa de Vigilia de
Pentecostés.
7. POR AQUELLOS POSEÍDOS POR EL ESPÍRITU DE LA
OSCURIDAD:
Oremos por aquellos que están bajo el
cautiverio de los espíritus malignos para que Dios los libere. (Todos se arrodillan en oración por un
momento. Luego, la gente se levanta y comienza a recitar junto con el
Sacerdote la Letanía del Santo Mandato.
CLICK AQUÍ: “Letanías del Santo Mandato”
Una breve exposición sobre la Misa de Vigilia de Pentecostés del Sábado en
la noche. Esta Misa de vigilia concluye la Novena y la vigilia de los “Tres
Días de Espera” del Domingo de Pentecostés.
IV. INFORMACIÓN SOBRE LA MISA DE
VIGILIA DE PENTECOSTES
(Que concluye la Novena y la vigilia de los “Tres
Días de Espera”)
LA SANTA MISA, (cuando
hay un Sacerdote presente), concluye la vigilia de los “Tres Días de
Espera” para el domingo de Pentecostés y también, concluye la novena de los
nueve días desde el día después de la Ascensión hasta el Domingo de
Pentecostés.
La Santa Misa puede comenzar a las 11:00 p.m.
de la noche del sábado y continuar hasta la medianoche o incluso hasta más tarde, pues las horas son
flexibles.
La Misa comienza con el rocío del Agua
Bendita por parte del Sacerdote sobre los presentes.
Después de la Misa, es la “Quema de las
peticiones” en los países donde aseguren la privacidad de las peticiones, es
decir, que los ojos humanos no vean las peticiones que fueron recogidas más
temprano durante la novena.
Seguido de la “Quema de las Peticiones”,
habrá un “Tiempo de Testimonio” para que las personas se levanten y compartan
sus experiencias significativas, milagrosas y maravillosas.
Luego, se debe realizar la acción de gracias y
dar los comunicados necesarios.
Terminando con una bendición final y un
Himno de clausura.
Después del Himno de clausura y justo antes
de salir, todos deben decir juntos la oración final:
“Preciosísima Sangre de Jesucristo,
Sálvanos A Nosotros
Y
Al Mundo Entero”.
Despedida – Gozo
y fraternidad en el Espíritu Santo – Limpieza.
EL
SIGUIENTE MENSAJE PUEDE SER LEÍDO DESPUÉS DE LA MISA DE VIGILA EN LA NOCHE DEL
SÁBADO O EL DOMINGO DE PENTECOSTÉS, O EN CUALQUIER OTRO MOMENTO.
Mensaje recibido por Bernabé
Nwoye el 24 de
Junio, 2002
a las 11:30 p.m.; Lugar:
Mi Altar de Reparación, Awka.
“En mi oración durante esta hora, tuve la
visión de Nuestro Señor colgado vivo en la Cruz, sangrando.
Esta visión permaneció por algún tiempo,
pero ninguna palabra fue dicha. Al final, una nube bajó y cubrió todo el lugar.
En la nube aparecieron San Antonio de Padua
y San Miguel Arcángel.
Mientras miraba, San Antonio dijo:
‘Regocíjate, amigo mío, porque tienes una
Madre que te cuida.
Ella es la Mujer que aplastó la cabeza de
Satanás.
Ella
conquistó al mundo y a la Antigua serpiente por Su Humildad y Su Pureza.
Amigo del Dios Vivo, la humildad y la pureza son los dos secretos de Su Victoria. Oh Su humildad que la hizo perdonar
fácilmente. El verdadero perdón aterroriza al reino de la oscuridad’.
‘Oh Su humildad que la hizo abajarse y vivir de la forma más sencilla.
La Santa Simplicidad atormenta a la
Bestia’.
‘Oh, Su humildad que la hizo cargar la Cruz. En la Cruz está la Victoria.
Oh Su humildad que la hizo ser modesta y prudente. Por la modestia y la
prudencia satanas es avergonzado’.
‘¿Oh, qué decir de Su pureza, que irradia fuego que atormenta
a satanas? Oh Su pureza, que la
hizo ser amable; la amabilidad produce el fuego de la pureza.
Oh Su pureza que la hizo ser buena. La bondad produce el fuego de la
pureza. Oh Su pureza, que la
hizo ser casta; la castidad produce el fuego de la pureza. Oh Su pureza, que la hizo amar mucho; el
amor produce el fuego de la pureza’.
‘Pequeño amigo de Dios, aprende de Ella.
Imita Su pureza y humildad.
No hay arma más grande que estas, la humildad y la pureza. Ella
triunfó con ellas; tú también triunfarás con ellas.
Te estamos dando estas enseñanzas que yo
llamo La Teología de la Verdadera
Libertad, porque estás viviendo en los días de aflicción.
La oscuridad ha llenado el mundo.
La Fe se está extinguiendo de la faz de la
Tierra, y las falsas enseñanzas y los falsos milagros están engañando a los
hijos de Dios.
Estás en los días de la apostasía’.
‘Mira a María la Madre de Jesucristo y
Madre nuestra. ¡Imítala! Ella es la luz del mundo en estos días de oscuridad.
Ella es la esperanza de la Verdadera Libertad.
Yo soy Antonio de Padua. Lo poco que se te
ha dado es lo que quiere Nuestra Reina. Prepárate para el mes de Julio; mucho
se te dará.’
“Con estas palabras, Miguel dijo, ‘Gracias,
mi amigo”.
“Ellos se despidieron y desaparecieron en
la nube”.
CLICK AQUÍ: PENTECOSTÉS: VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO
"PROGRAMA DE LA ESPERA GENERAL POR LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO". DEVOCIÓN: "PRECIOSÍSIMA SANGRE"
CLICK AQUÍ: Novena de preparación hacia
pentecostés., que incluye tres días de espera.
CLICK AQUÍ: “Letanías del Santo Mandato”
CLICK AQUÍ: Una
breve exposición sobre la Misa de Vigilia de Pentecostés del Sábado en la
noche. Esta Misa de vigilia concluye la Novena y la vigilia de los “Tres Días
de Espera” del Domingo de Pentecostés.
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