Rosario de los Ocho Dolores de
Nuestra Señora
Los Dolores De
La
Bienaventurada
Virgen María.
"Y a ti, Madre, una espada de
dolor te atravesará el corazón..."
04/04/2004 – Mensaje de
Nuestro Señor Jesucristo:
“Hijos Míos, Mi Sagrado Corazón
desea que cada uno de vosotros hagan una Novena, una Novena del Rosario de los
Dolores de Mi Madre Santísima, ofreciendo este Rosario por la Paz del mundo y
por la Conversión de los pecadores,
pues son ellos que destruyen la Paz
del mundo
con la ayuda de Satanás.
Si Me pidieren por los Méritos de
los Dolores de Mi Madre Santísima, YO derramaré sobre la Tierra la Paz, enviaré
Mis Ángeles para luchar contra los demonios instalados por los aires, por las
ciudades y por las casas.
Y Mis Ángeles los amarrarán
nuevamente
en los abismos del infierno.
Al Rosario de los Dolores de Mi
Madre no puedo negar nada. Porque él es la contemplación de cuánto Ella misma
sufrió durante toda Su vida desde que nació
hasta el fin por Mi Amor y a Mi lado.
Si muchos encuentran que Yo sufrí
más que Mi Madre. Al contrario. Ella sufrió tanto y hasta más que Yo, porque
Ella no sufría sólo por sí misma, sufría por Mí. Su Dolor, ¿quién podrá medir?
Quién podrá traducir en palabras los tormentos de Mi Madre Santísima. Si, los
propios demonios quedaron paralizados con los Dolores que Mi Madre Santísima
sentía.
Con las tristezas que Ella sentía en Su Corazón.
Especialmente Mi Pasión.
Los propios demonios se admiraban
del tamaño, de la crueldad con que los hombres Me trataron y trataron a Mi
Madre en aquellas horas terribles de Nuestra Pasión.
Si el sufrimiento de Mi Madre, si fuese transformado en fuego quemaría y derretiría todo el Cielo y toda la Tierra.
Si, ese fue el precio de vuestra
Salvación.
Este fue el precio de vuestro rescate del pecado.
Este fue el precio de vuestras almas.
Mi Dolor y el Dolor de Mi Madre.
Por eso aquellos que rezaren la
coronilla de los Dolores, la coronilla de las Lágrimas
contemplando los Dolores y las Lágrimas de Mi Madre Santísima todo concederé si
lo que estas almas Me pidieren no fuera contrario a la Voluntad de Mi Padre y
de Mi Sagrado Corazón y si fuera para el bien de las almas porque a los Méritos
de Mi Madre, Yo nunca podré decir no. Nunca. Por eso, tened gran confianza, un
gran Amor y Devoción a las Lágrimas y Dolores de Mi Madre.
Rezad estas Coronillas lo más que
pudiereis y os confirmo que les daré las Gracias, que alejaré y amarraré los
demonios,
que derramaré la Paz como una lluvia
mansa para mojar toda la Tierra transformada en un desierto de odio, violencia
y maldad.
A todos, Bendigo.”
27/02/2005 – Mensaje de
Nuestro Señor Jesucristo:
“Yo deseo que el día 8 de Marzo sea la Fiesta de las Lágrimas de Mi
Madre Santísima”.
El mundo no conoce las Lágrimas de Mi Madre Santísima, y por eso es tan ingrato con Ella.
La maldad humana quiso
hacer desaparecer las Lágrimas de Mi Madre Santísima y Sus Mensajes a Mi hija
Amalia Aguirre, pero YO la resucitaré y haré resplandecer por medio de estas
Apariciones en este lugar predilecto de Mi Corazón.
En aquel día rezad muchas
veces el Rosario de las Lágrimas de Mi Madre para que sean destruidas las
fuerzas del infierno, y los pecadores se Conviertan. Quiero consolar a Mi Madre
Santísima con la institución de la Fiesta de Sus Lágrimas y enjugar así Sus
Lágrimas Dolorosas.”
Mensajes 2005
02/01/2005 - Fiesta Del
Santísimo Nombre De Jesús: (…)
20/02/2005 – Mensaje De
Nuestro Señor Jesucristo:
“Escribe hijo Mío que
habrá una gran batalla en el aire, los Santos Ángeles y los demonios se
debatirán en una lucha sin igual, el choque de las espadas de los Santos
Ángeles con las de los demonios producirá grandes relámpagos y truenos que
aterrorizarán el mundo entero.
Entonces,
aparecerá en el Cielo la Señal de la Mujer Vestida de Sol, y con sólo un gesto
Suyo, expulsará los demonios y todos los de él para el fuego eterno de una vez
por todas,
y entonces todos los hijos
de Mi Madre Santísima que obedecieron Sus Mensajes serán reunidos por los
Santos Ángeles en la Presencia de Ella, y serán coronados con coronas luminosas
que jamás cesarán de brillar.”
Las meditaciones pueden ser
hechas todos los días pero nuestra Señora ha pedido que se le dedique
especialmente la tarde del sábado
QUIERO DE
TODOS MIS HIJOS, LOS SÁBADOS, A LAS 7 HORAS DE LA NOCHE:
La Hora De Mis Lágrimas
PUES EN AQUELLA HORA DE MI GRAN SOLEDAD VERTÍ
MUCHAS Y MUCHAS LÁGRIMAS POR LA MUERTE DE MI HIJO.
Jacarei., 22 de Julio de 2012
REVELACIÓN DE LA HORA DE LAS LÁGRIMAS DE NUESTRA
SEÑORA, EN EL SANTUARIO DE JACAREI BRASIL, 22 DE JULIO DE 2012
La devoción a los ocho
Dolores de la Virgen María se desarrolló por diversas revelaciones privadas.
“Dios quiere establecer en el
mundo la devoción a Mi Inmaculado Corazón”.
En Fátima, el 13 de julio de 1917, después de que los
pastorcitos habían sido aterrorizados por la visión del infierno, Nuestra
Señora les dijo:
“Habéis visto el infierno, a donde van las
almas de los pobres pecadores; para salvarlas (las almas de los pobres
pecadores), Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón.
Si hicieran lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz...”
Jesús explicó más Su voluntad a Sor Lucía. En respuesta a su
pregunta sobre la razón para no convertir a Rusia sin el Papa haciendo la
Consagración de Rusia, Jesús dijo:
“Porque quiero
que toda Mi Iglesia reconozca esa consagración como un triunfo del Inmaculado
Corazón de María, para después extender su culto y poner, al lado de la devoción de Mi Corazón divino,
la devoción a este Corazón Inmaculado.”
"El camino
para penetrar en los sufrimientos del Hijo es penetrar en los sufrimientos de la
Madre"
Cardenal J. H. Newman.
Sermón para el Dom. III de Cuaresma.
Jesucristo Mismo reveló a la Beata
Verónica de Binasco, que Él se complace más que nos compadezcamos de su Madre
que de Él mismo. Le dijo:
“Hija
mía, mucho me agradan las lágrimas que se derraman por mi Pasión; pero amando
yo con amor inmenso a mi Madre María, me agrada más aún la meditación de los
dolores que Ella padeció en Mi muerte”.
Nuestra Señora a Santa Brígida:
“Miro
a todos los que están en la tierra, para ver si acaso hay alguien que me
compadezca y medite sobre mis Dolores, y encuentro muy pocos. Por eso, hija
mía, aunque muchos me olviden, tú, sin embargo no te olvides de mí; contempla
mis Dolores y compadécete cuanto puedas.”
En el año 2009, Nuestra Señora ha
revelado un octavo dolor al profeta Agustín del Divino Corazón, dada la
importancia de este dolor y a petición de Nuestra Señora de considerar este dolor lo anexamos a la
devoción de sus dolores y lágrimas de Sangre.
Una espada
más dolorosa atraviesa mi alma
Mayo11/09
(2:30 p. m.)
María Santísima dice:
Hijos
míos: llamo a toda la humanidad a orar por todos los pastores de la Iglesia.
Tendríais sacerdotes santos si ofrecierais más ayunos y sacrificios por ellos.
Vuestra tarea no es criticarlos, vuestro trabajo es pedir por su santificación
y salvación.
Hijos amados: la
Iglesia está pasando por una horrorosa crisis; no son siete espadas que
atraviesan mi Inmaculado Corazón; hay una más dolorosa que cercena mi alma,
está clavada en la parte más profunda de mi ser y son los
pecados
de los sacerdotes y religiosos del mundo entero;
sacerdotes
que por su vocación especial están llamados a la santidad, a una vida de
perfección;
sacerdotes
que deben despreciar las cosas del mundo,
sacerdotes
que deben vivir en plenitud los consejos evangélicos, sacerdotes que deben ser modelo
y reflejo de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote;
sacerdotes que deben pastorear su rebaño
permaneciendo en vela, cuidando que ninguna de sus ovejas se le pierdan;
sacerdotes que deben caminar en la verdad, en la autenticidad del Evangelio;
sacerdotes que deben estar impregnados de humildad, de celo apostólico por las
almas.
Alivianad
mi tristeza meditando en los dolores de mi Inmaculado Corazón.
Reparad
porque muchas almas hieren el Sacratísimo Corazón de Jesús y por ende el mío;
almas que no saben de donde vienen, ni para donde van;
almas
que se gozan en las cosas del mundo, almas que desperdician toda oportunidad de
salvación,
almas
que aceptarán las verdades y reconocerán sus equivocaciones cuando estén cara a
cara con el Señor.
Acercaos
a mí, soy vuestra Madre. Madre que quiere lo mejor para sus hijos.
Madre
que conoce lo que os pasa. Madre que en su corazón siente cuando estáis tristes
o cuando estáis alegres. Madre que intercede y aboga por vosotros en el cielo
porque a todos os quiero abrazar y dar un beso el día que paséis a habitar una
de las moradas, moradas en las que jamás sentiréis frío, moradas en las que no
experimentaréis soledad porque miríadas y miríadas de Ángeles os acompañarán.
Niños
míos: no desechéis la invitación que os hago en meditar los dolores de mi
Inmaculado Corazón para que vayáis desconectándoos con la tierra y aspiréis
alcanzar las maravillas que os esperan en el Cielo.
La Devoción De Los ocho Dolores De
la Bienaventurada Virgen María.
El Rosario de los Ocho Dolores de Nuestra Señora recuerda los
principales dolores que la Virgen María sufrió en su vida terrenal, culminando con
la pasión, muerte y sepultura de Su Divino Hijo. Y es junto a la Cruz que la
Madre de Jesús se torna Madre de todos los hombres y del cuerpo Místico de
Cristo: la Iglesia Católica.
Unirse
a los dolores de María es unirse también a los dolores de Nuestro Señor
Jesucristo.
Rosario de los Ocho Dolores de
Nuestra Señora
Con las Meditaciones
de Nuestra Madre Dolorosa
Las Meditaciones pueden ser hechas todos los días pero Nuestra
Señora ha pedido que sean hechas los sábados especialmente a las 7:00 P.M. La
hora de sus lágrimas.
(Este día ha sido dado por el cielo especialmente a nuestra
Madre Santísima para que sea venerada de un modo especial)
Acto de Contrición
Yo, pecador, me confieso
a Dios Padre todopoderoso, a la bienaventurada siempre Virgen María, al
bienaventurado san José, al bienaventurado san Miguel Arcángel, al
bienaventurado san Juan Bautista, a los santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos
los santos, que pequé gravemente con el pensamiento, palabra y obra; por mi
culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa.
Por tanto, ruego a la
bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado san José, al
bienaventurado san Miguel Arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, a los
santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los santos, que roguéis e intercedáis por
mí ante Dios nuestro Señor. Amén.
Señor mío, Jesucristo por medio de Tu gracia, concededme, un
profundo arrepentimiento y dolor de mis pecados, por los méritos de Tu Pasión y muerte y por los dolores de Vuestra Madre
Santísima. Amén.
Oración inicial:
"Virgen Dolorosísima, seríamos ingratos si no nos esforzásemos en promover la memoria y la
veneración de vuestros dolores. Vuestro Divino Hijo ha concedido a la devoción
de vuestros dolores, particulares gracias para una sincera penitencia, oportunos
auxilios, y socorros en todas las necesidades y peligros.
Alcanzadnos Señora de vuestro Divino Hijo, por los méritos de
vuestros dolores y lágrimas, las gracias necesarias para nuestra santificación
y la salvación eterna de nuestras almas, así como también todos los auxilios
temporales para cumplir la santa voluntad de Dios y llevemos una vida de
verdaderos hijos de Dios, de verdaderos cristianos, la paz y la Gracia del
Señor siempre. Amén.
Primer
Dolor
La
profecía de Simeón en la presentación del Niño Jesús.
(cf. Lucas 2,22-35)
Virgen María: por el dolor que sentiste cuando Simeón te anunció
que una espada de dolor atravesaría tu alma, por los sufrimientos de Jesús, y
ya en cierto modo te manifestó que tu participación en nuestra redención como
corredentora sería a base de dolor; te acompañamos en este dolor. . . Y, por
los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos imitar tus
virtudes.
1º Dolor: La
espada que traspasó
Mi
Alma
MEDITACIÓN:
Conforme a la profecía del Viejo Simeón, en el Templo. Te
invito a meditar sobre Mi conocimiento de todos los Dolores futuros, el cual me
fue entregado por Dios en la Presentación.
Hijos
míos: una vez cumplido el tiempo de mi purificación, según la ley de Moisés,
llevamos al Niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en l
a ley: que todo primer varón que nazca será consagrado al Señor.
Llevamos
un par de tórtolas como ofrenda, ofrenda que fue recibida por los Santos
Ángeles al son de música y danza celestial, ofrenda que fue la atracción del
Padre Eterno; ofrenda que ante los ojos humanos carecía de valor, ofrenda que
traía en sí el mayor tesoro de la humanidad: el Emmanuel, Dios con nosotros.
En
Jerusalén había un hombre justo y temeroso de Dios llamado Simeón, hombre que
esperaba de día en día la venida del Mesías.
Hombre
poseído por el Espíritu Santo porque sabía que no había de morir antes de ver
al Cristo o Ungido del Señor; hombre que inspirado por Dios vino al templo,
tomó en sus brazos al Niño Jesús y bendijo a Dios; hombre que me anunció de la
espada que atravesaría mi alma, espada que llevaría muy clavada en mi Corazón
porque mi Hijo sería el blanco de contradicción de los hombres, espada que era
el anuncio
de
los dolores futuros; dolores porque sufriría místicamente su pasión; dolores
porque sus sufrimientos los compartiría conmigo, cercenarían mi alma.
Hijos
amados: guardé sus palabras en mi corazón, no dejé que su profecía perturbará
mi espíritu, me abandoné en los brazos de Dios y esperé pacientemente a que
llegase el momento de padecer, momento de ofrecer al Señor mi tristeza, mis
lágrimas; momento culmen para la historia de la humanidad, humanidad que sería
redimida, liberada de la deuda del pecado.
Padre nuestro, siete Aves Marías,
Nuestra Señora de los
Dolores Rogad por nosotros.
"Salve oh Madre dolorosa, Amparo de los hijos amados, dadnos
por vuestros dolores, el dolor de nuestros pecados ".
Segundo
Dolor
La
huida a Egipto con Jesús y José.
La
huida a Egipto (Mateo 2,13-15)
Virgen María: por el dolor que sentiste cuando tuviste que huir
precipitadamente tan lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al ser tu
Hijo tan pequeño; al poco de nacer, ya era perseguido de muerte el que
precisamente había venido a traernos vida eterna; te acompañamos en este dolor
. . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las
tentaciones del demonio.
2º Dolor: La
huida de la Sagrada Familia Hacia Egipto.
MEDITACIÓN:
Te invito a meditar sobre la
ansiedad en los corazones de José y en el Mío por la seguridad del Niñito
Jesús, y sobre la ansiedad que siento hoy por los que huyen de la salvación.
Hijos míos: los misterios de Dios son grandes e insondables porque un
Ángel del Señor se apareció en sueños a mi fiel esposo José.
Ángel que le anunciaba tomar al Niño y su
Madre, y huir a Egipto.
Ángel que le anunciaba los pérfidos planes de
Herodes de buscar al Niño para matarlo; Ángel que le anunciaba quedarse allí
hasta un nuevo aviso.
Amados
míos: gran dolor invadió mi Corazón. Dolor de tener que salir de nuestra casa
para tierra extranjera, dolor de tener que alejarnos de los nuestros para
adentrarnos a una aventura desconocida, dolor de sentirnos impotentes ante la
crueldad de aquél mandatario judío, dolor ante la matanza de niños inocentes,
niños que recibieron la palma del martirio, niños que cerraron sus ojitos en la
tierra para abrirlos en el Cielo. Niños que abruptamente se unieron a las
rondas infantiles de los Santos Ángeles.
No alcanzáis a sopesar el sufrimiento, las
penurias y dificultades que padecimos durante el éxodo; éxodo que parecía no
terminar; éxodo que nos sumergió en el silencio, en la clandestinidad porque
temíamos que algo malo le sucediera a nuestro Hijo, al Hijo de Dios que,
aún sin empezar su misión era relegado,
excluido, perseguido; querían destruirle.
José
cumplió fielmente con la misión de custodiar al Salvador, de proteger al
Hombre-Dios, de librarlo de todo mal; de traerlo de regreso a la tierra de
Israel porque su vida ya no corría peligro; Herodes había muerto.
Mis
niños queridos: huimos hacia Egipto para preservarle la vida al Niño Jesús y
hoy son muchas las almas que huyen de la salvación. Atraédmelas, con vuestras
oraciones, sacrificios, ayunos, penitencias, a uno de los Aposentos de mi
Inmaculado Corazón.
Allí
las calentaré en la llama de Amor Santo, las cubriré con mis besos y abrazos,
les daré todo el cariño que no han recibido de las creaturas, cariño que las
llevará a permanecer a mi lado, a no quererse separar de mí porque al fin han
encontrado una Madre que les ama, les protege, les cuida.
Padre nuestro, siete Aves Marías,
Nuestra Señora de los
Dolores Rogad por nosotros.
"Salve oh Madre dolorosa, Amparo de los hijos amados,
dadnos por vuestros dolores, el dolor de nuestros pecados”.
Tercer Dolor
La pérdida de Jesús.
El Niño perdido y hallado en
el Templo (Lucas 2,41 -50)
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que
sentiste al perder a tu Hijo; tres días buscándolo angustiada; pensarías qué le
habría podido ocurrir en una edad en que todavía dependía de tu cuidado y de
San José; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz
que los jóvenes no se pierdan por malos caminos.
3º Dolor: Nuestra
Señora pierde a Su Divino Hijo por tres días.
MEDITACIÓN:
Este
es un dolor que todos deberían sentir al separarse de Mi Hijo a través del
pecado.“
Hijos
míos: José y yo acostumbrábamos ir todos los años a Jerusalén a la fiesta
solemne de la Pascua, fiesta a la que fuimos con el Niño Jesús cuando ya había
cumplido doce años, fiesta que era amor ágape con el cielo en la tierra, fiesta
en la que compartíamos, orábamos y celebrábamos alegremente. Una vez terminados
los días de esta gran solemnidad, emprendimos el camino de regreso a nuestra
casa, camino en el que faltaba lo más amado de mi Inmaculado Corazón, el gran
amor de mi vida: Jesús, el encanto de mi alma y el desvelo de mis purísimos
ojos.
Hijos
carísimos: mi Corazón estaba sumergido en el dolor, le buscaba y no le
encontraba, le llamaba y no me respondía, no daba señas de su presencia en la
comitiva.
Al
cabo de tres días de haberle perdido lo hallamos en el templo sentado en medio
de los doctores de la ley, doctores estupefactos ante su gran sabiduría,
doctores atónitos ante la certeza de sus respuestas, doctores de menguada
inteligencia que no alcanzaban a descubrir que aquél niño era el Mesías, el
Dios esperado.
Al
encontrarle quedamos maravillados ante la elocuencia de nuestro Hijo. Hijo que cuestionó a los maestros de la ley.
Hijo
que se ausentó de nosotros para emplearse en las cosas que miran al servicio de
su Padre.
Hijos amados: si mi Corazón se desmoronó de
dolor ante la ausencia de Jesús por tres días, qué podrán sentir entonces
aquellas almas que se separan de Él por muchísimos años, almas inmersas en el
pecado, almas alejadas de su Casa Paterna, almas con corazón de pedernal que no
sienten la necesidad ni el deseo de buscarle.
Vosotros,
pequeños míos, ayudadme a buscar a aquellos hijos que se me han perdido, hijos
que caminan por otros senderos, hijos que se han dejados seducir por el mundo;
hijos que desprecian mis consejos, mi cariño maternal; hijos que padecen
soledad y frío, hijos a los que busco afanosamente porque todos me son
importantes, a todos los quiero arropar bajo los pliegues de mi Sagrado Manto,
deseo sanar las heridas de sus corazones con mis besos.
Padre nuestro, siete Aves Marías,
Nuestra Señora de los
Dolores Rogad por nosotros.
"Salve oh Madre dolorosa, Amparo de los hijos amados,
dadnos por vuestros dolores, el dolor de nuestros pecados”.
Cuarto Dolor
María se encuentra con su
divino hijo camino al Calvario en la calle de la amargura.
(IV Estación del Vía
Crucis)
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste
al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas,
llevando el instrumento de su propio suplicio de muerte; Él, que era creador de
la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado
a muerte y precisamente muerte de cruz, después de haber sido azotado como si
fuera un malhechor y, siendo verdadero Rey de reyes, coronado de espinas; ni la
mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su
frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la
frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún mayor sería el dolor
espiritual por ser una burla y una humillación tan grande; sufrió y se humilló
hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en
este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos
de tan gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue.
4º Dolor: Su
encuentro con Nuestro Señor todo Flagelado, cargando
Su pesadísima Cruz en la calle
de la
Amargura.
MEDITACIÓN:
Te
invito a meditar sobre el dolor de Mi Corazón cuando vi el dolor físico que Mi
Hijo sufrió debido a la falta de amor en los corazones. También piensa en el
dolor que sufro hoy por la falta de amor en los corazones.
Hijos míos:
Mi Inmaculado Corazón se desgarró de dolor al encontrarme con Jesús,
camino al Gólgota; dolor de verlo tan desfigurado por las bofetadas que
descargaban los soldados romanos en su precioso Rostro; dolor de verlo cargar
sobre sus hombros una cruz tan grande y sumamente pesada; dolor al escuchar los
insultos, las burlas que en contra del Hijo de Dios proferían; dolor al mirarle
y ver sus ojos apagados, lúgubres rodeados de densos coágulos de sangre; dolor
porque no podía hacer nada en aquel momento de nuestro encuentro; encuentro en
el que sin pronunciar palabras me animó a seguirle, a cargar místicamente con
su cruz, a no protestar frente a la crueldad que mis ojos veían, encuentro en
que los mismos Ángeles quedaban estupefactos ante la fortaleza del Hombre-Dios
para no dejarse amilanar, derrumbar porque era casi todo un pueblo que estaba
en su contra.
Mi
corazón estaba sumido en la tristeza porque mi Hijo, la única razón de mi
existir, había perdido sus rasgos Divinos, sus facciones perfectas; sentía su
mismo dolor y rogaba junto con Él al Padre por estas pobres almas, almas
poseídas por satanás que querían destrozarlo,
almas
poseídas por satanás que pagarían alto precio por la ignominia de sus
actuaciones, almas poseídas por satanás que desconocían que a quien agredían
era al Mesías, al Dios esperado; almas poseídas por Satanás que no medían la
vileza de sus palabras; palabras con alta dosis de veneno letal que herían,
aún, más mi doloroso Corazón.
Corazón
que perdonaba, Corazón que pedía misericordia a Dios. Corazón que se unía al
sufrimiento del Sagrado Corazón de Jesús para manifestarle que su Madre estaba
con Él.
Hijos
amados: sufro hoy porque muchos hombres carecen del amor, amor que es bálsamo
sanador para las heridas, amor que es oasis de paz para el espíritu turbado,
amor que es luz de esperanza para aquellos que creen que ya todo está perdido,
amor que trasciende las esferas del conocimiento y del saber; amor que
humaniza, sensibiliza, amor que conlleva a soportar, a aguantar hasta llegar al
punto culmen de la inmolación y del sacrificio.
Padre nuestro, siete Aves Marías,
Nuestra Señora de los
Dolores Rogad por nosotros.
"Salve oh Madre dolorosa, Amparo de los hijos amados,
dadnos por vuestros dolores, el dolor de nuestros pecados”.
Quinto Dolor
La cruel crucifixión,
agonía y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
Jesús muere en la Cruz (Juan 19,17-39)
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que
sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu
amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a
nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su
pasión; Tú misma también te sentías morir de dolor en aquel momento; te
acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás
muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.
5º Dolor:
La bárbara crucifixión y muerte de Su Divino Hijo.
MEDITACIÓN:
Te
invito a meditar sobre el dolor del Corazón de una Madre por la muerte de Su
Hijo y en la virtud del perdón que recibí a través de la gracia y la oración.
Piensa en Mi dolor al observar la muerte de los no nacidos.
Hijos
míos: fue grande el dolor que sentí en el momento de la crucifixión de mi Hijo
Jesús.
Esta
escena de su Sagrada Pasión desgarró mi Inmaculado Corazón porque la furia
diabólica de los soldados romanos al clavar las sagradas manos y pies de
Nuestro Señor, sus huesos fueron descoyuntados.
Cada
martillazo hacia estremecer la tierra, sus gemidos retumbaban en mis oídos, sus
lamentos eran como espada afilada que lentamente desgarraba mi vientre
virginal.
Vientre
que pasó a ser Vaso Purísimo para contenerlo.
Vientre que le arrulló hasta el día de su
nacimiento.
Vientre
que fue adornado y embellecido con el nardo purísimo de celestial perfume.
Vientre que era custodiado por los Ángeles del Cielo.
Vientre
que fue tabernáculo del Amor Divino en el que se recreaban todos los seres
celestiales; pero hoy le veía sumido en ansias de llevar hasta el extremo su
inmolación ya que el deseo por la salvación de las almas era más fuerte que su
mismo sufrimiento y el anhelo de padecer menguaba su dolor.
Allí,
hijos míos, reparaba por estas pobres almas que eran como depredadores ávidos
en consumir su presa.
Mis
lágrimas impulsaban a Jesús a llegar al nivel más sublime de su estado
Victimario, a ofrendar su vida por toda la humanidad.
Mi
Corazón de Madre era despedazado ante la muerte de mi Hijo.
Hijo
que me enseñó a perdonar, a no guardar rencor.
Hijo
que me instruyó en la oración como medio para recibir la gracia. Hijo que me
compartió parte de su crucifixión. Hijo
que me llevó a la inmolación en cruz.
Cruz
que es necesaria para ganarse el Cielo. Cruz que nos asemeja a Cristo
Crucificado. Cruz que es galardón de oro que nos lleva al disfrute de la vida
eterna.
Subid,
pues, al monte Gólgota; crucificad allí vuestras imperfecciones, debilidades y
pecados, y sentíos libres.
Guardad
en vuestro corazón las palabras del Crucificado y caminad tras de Él para que
descubráis un mundo justo, humano.
Padre nuestro, siete Aves Marías,
Nuestra Señora de los
Dolores Rogad por nosotros.
"Salve oh Madre dolorosa, Amparo de los hijos amados,
dadnos por vuestros dolores, el dolor de nuestros pecados”.
Sexto Dolor
La lanzada y el recibir en
brazos a Jesús
ya muerto.
ya muerto.
María recibe el Cuerpo de
su divino hijo al ser bajado de la Cruz (Marcos 15, 42-46)
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que
sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sentirías como
si la hubieran dado en tu propio corazón; el Corazón Divino, símbolo del gran
amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino también a nosotros
por quienes dio la vida; y Tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo
sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvían muerto, víctima de la maldad
de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados; te acompañamos en
este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús
como Él nos amó.
6º Dolor: Nuestra
Señora recibe en sus brazos a su Hijo enteramente llagado
y
traspasado por la
lanza.
MEDITACIÓN:
Te
invito a meditar sobre la aceptación de la Divina Voluntad a la que Yo me
rendí. Pide por la misma gracia en tu vida ahora.
Hijos
míos: una vez muerto Jesús fue descendido de la cruz. Mi Inmaculado Corazón
quedó abismado en el dolor al ver su Cuerpo Santísimo lacerado maltratado,
estaba irreconocible, había perdido su hermosura, se había borrado la
delicadeza de sus facciones, lo tomé entre mis brazos, besé y adoré una a una
sus Santas Llagas;
Llagas que habían sido abiertas para inundar,
con su infinita misericordia, al mundo entero. Llagas que habían sido abiertas
para ser manantiales de agua pura para toda la humanidad;
Llagas
que habían sido abiertas para ser fuentes de perdón para los pecadores;
Llagas que habían sido abiertas para ser dulce
refrigerio en los agonizantes;
Llagas
que habían sido abiertas para ser rayos de luz que iluminarán vuestro sendero,
para evitaros caer en precipicios sin salida.
Hijos queridos: al ver el Cuerpo inerte de
Jesús, veía a las almas sumidas en el pecado como a muertos vivientes, almas
que ceden a las tentaciones, almas que creen encontrar la felicidad en el mundo
cuando verdaderamente hallan la desgracia, el sufrimiento.
Almas cuyo corazón se asemeja a un sepulcro
putrefacto porque espiritualmente está en proceso de descomposición. Muchos
fueron los sentimientos que embriagaron mi Inmaculado Corazón cuando estreché
en mi seno Materno el Sagrado Cuerpo de Jesús.
Cuerpo
desfigurado por los azotes. Cuerpo llagado por la crueldad con que fue tratado.
Cuerpo que finalmente se quedaría hasta la consumación de los siglos presente
en la Sagrada Hostia. Hostia que sufriría vejámenes porque muchos hombres se
alimentarían de ella en pecado mortal.
Gran
impresión me llevé al ver su Sagrado Rostro hinchado por las heridas que le
produjeron su corona de espinas y por las bofetadas que le propiciaban los
soldados romanos, soldados comandados por satanás, soldados cegados por la
histeria colectiva, histeria que tenía como punto culmen llevar hasta el máximo
sacrificio al Mártir del Gólgota.
Hijos
amados: si vuestro corazón está purulento, dejadme sanar vuestras heridas con
mis lágrimas.
El
pecado os asesina en vida, el pecado os deforma, os arrebata de las Manos del
Señor.
Os
quiero limpiar con mi llanto. Soltaos de las garras del demonio y dejaos tomar
de mis manos para que no os perdáis. Yo misma os llevaré por los caminos que os
llevan al Cielo y os entregaré en las manos de Jesús.
Padre nuestro, siete Aves Marías,
Nuestra Señora de los
Dolores Rogad por nosotros.
"Salve oh Madre dolorosa, Amparo de los hijos amados,
dadnos por vuestros dolores, el dolor de nuestros pecados”.
Séptimo Dolor
Jesús es colocado en el
Sepulcro
(Juan 19, 38-42)
El entierro de Jesús y la
soledad de María.
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que
sentiste al enterrar a tu Hijo; El, que era creador, dueño y señor de todo el
universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta el último
momento; y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría, el trance de la
muerte era real; te quitaron a Jesús por la muerte más injusta que se haya
podido dar en todo el mundo en todos los siglos; siendo la suprema inocencia y
la bondad infinita, fue torturado y muerto con la muerte más ignominiosa; tan
caro pagó nuestro rescate por nuestros pecados; y Tú, Madre nuestra adoptiva y
corredentora, le acompañaste en todos sus sufrimientos: y ahora te quedaste
sola, llena de aflicción; te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos
del mismo, concédednos a cada uno de nosotros cumplir la voluntad de tu divino
hijo de amarte tanto como el mismo os ha
amado.
7° Dolor Nuestra
Señora acompaña
a su
Divino hijo a la sepultura
MEDITACIÓN:
Te
invito a meditar sobre el conocimiento que tuve, de que la muerte es un
principio y no un final. Piensa en el dolor extremo que sentí cuando limpié Sus
Heridas. Mi dolor fue, como lo es hoy, por la falta de amor en los corazones.
Hijos míos: José, natural de Arimatea,
pidió licencia a Pilatos para recoger el Cuerpo de Jesús; licencia que le fue
concedida, licencia que permitió tomar su Sagrado Cuerpo y bañarlo en especias
aromáticas, amortajarlo con lienzos según la costumbre de sepultar de los judíos.
Mi
Inmaculado Corazón se deshacía de dolor al tener que dejar al gran amor de mi
vida en un sepulcro nuevo; sepulcro que sería ocupado sólo por tres días porque
resucitaría, ascendería al Cielo para tomar Trono de gloria.
Me
fui a casa sintiendo la más abrupta soledad porque mi Hijo, la única razón de
mi existir ya no estaba a mi lado, necesitaba de su presencia, de sus abrazos,
de sus besos.
Me abandoné por entero a la Divina Voluntad,
viví en el Santo Abandono.
Dios
me concedió la gracia de saber esperar aquel majestuoso momento de ser elevada
al Cielo para ser coronada como Reina Universal de todo lo creado, de reunirme
de nuevo con mi Hijo, con mi Señor, con mi Dios.
Queridos
hijos: os llamo a que os unáis a, éste, mi gran dolor; dolor de la separación
de una Madre con su Hijo, dolor de verle padecer, sollozar de amor por toda la
humanidad, dolor de ver sus ojos cegados por coágulos de sangre, dolor de
sentirle rígido, frío; dolor que hayan sepultado al Hombre-Dios. Hombre que
revolucionaría la historia.
Hombre que dejaría huellas de su presencia en
la tierra. Hombre que perfumaría de nardo purísimo la tumba en la que había
sido depositado, tumba sitiada por miríadas de Santos Ángeles, tumba
privilegiada porque el Rey del más alto linaje había venido a ocuparla.
Amados
míos: estad vigilantes para que no seáis sepulcros blanqueados, purificaos y
acrisolaos para que irradiéis la luz de Cristo, para que seáis reflejos de Dios
en la tierra. Hay tantos hombres que
están muertos por el pecado, pecado que deforma su alma, alma que va perdiendo
el suave aroma del Señor, alma que va perdiendo los pincelazos Divinos porque
su corazón está putrefacto, en él pululan las siete larvas de los pecados
capitales. Id, purificad el cementerio maloliente que lleváis por dentro y
arrepentíos de toda culpa.
Padre nuestro, siete Aves Marías,
Nuestra Señora de los
Dolores Rogad por nosotros.
"Salve oh Madre dolorosa, Amparo de los hijos amados,
dadnos por vuestros dolores, el dolor de nuestros pecados”.
Octavo Dolor
Los pecados de los
sacerdotes
y religiosos del mundo
entero.
Hijos
amados: la Iglesia está pasando por una horrorosa crisis; no son siete espadas
que atraviesan mi Inmaculado Corazón; hay una más dolorosa que cercena mi alma,
está clavada en la parte más profunda de mi ser y son los
pecados
de los sacerdotes y religiosos del mundo entero.
Madre celestial te acompañamos en este dolor . . .Y, por los
méritos del mismo, concedednos a cada uno de nosotros la gracia particular que
te pedimos…
MEDITACIÓN:
Una espada más dolorosa atraviesa mi alma
Hijos
míos: llamo a toda la humanidad a orar por todos los pastores de la Iglesia.
Tendríais
sacerdotes santos si ofrecierais más ayunos y sacrificios por ellos. Vuestra
tarea no es criticarlos, vuestro trabajo es pedir por su santificación y
salvación.
Hijos
míos: la octava espada de dolor que atraviesa mi Inmaculado Corazón me produce
grandes sufrimientos; espada que cercena mi alma por los pecados de los
sacerdotes y religiosos del mundo entero.
Almas
que han sido llamadas por Jesús a dejar su barca a la orilla del mar y
seguirle, almas que por su vocación especial deben imitar al Hombre de Galilea
en sus Santas virtudes, almas que deben encarnar el Evangelio al punto culmen
de decir: “No soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí”; almas que deben
ser coherentes con las enseñanzas del Maestro que les invitó a dejar el mundo,
sus pompas, sus placeres fugaces.
Mis
queridos hijos: hoy mi Corazón destila gotas de dolor porque algunos de mis
hijos predilectos caen en el pecado, siendo escándalo para sus feligreses e
hijos espirituales.
Estas pobrecitas almas acrecientan más la
crisis de nuestra Iglesia.
Amados
míos: no seáis duros en vuestros juicios, sed benévolos con ellos cuando
escuchéis que uno de mis sacerdotes ha colapsado en su ministerio. Llorad junto
conmigo y reparad con vuestros sacrificios su pecado.
Intensificad
más la oración, pedid a diario por la santificación y salvación de todas las
almas sacerdotales y religiosas; ellas son el punto blanco de satanás, las
quiere destruir, aniquilar, desea sembrar caos, confusión.
Decidle
a mis sacerdotes y consagrados que vengan a mí que yo los abrigaré bajo los
pliegues de mi Sagrado Manto, que prenderé fuego en sus corazones con la llama
de mi Amor Santo, que les prodigaré los cuidados y atenciones de una buena
madre que vigila por el bienestar de sus hijos; que oren el Santo Rosario,
oración predilecta a mis oídos. Oración que les fortalecerá en sus tentaciones;
oraciones que los hará santos como el Santo de los santos.
Menguad
el dolor de mi Inmaculado Corazón reparando por todos los pecados que cometen
algunos de mis sacerdotes y religiosos del mundo entero. Pedid a Dios que tenga
piedad y misericordia de ellas. Pobres de mis hijos si no se arrepienten en
vida, el sufrimiento que les espera es aterrador. Allí son tratados con mayor
dureza porque al que mucho se le dio, más se le exigirá.
Padre nuestro, siete Aves Marías,
Nuestra Señora de los
Dolores Rogad por nosotros.
"Salve oh Madre dolorosa, Amparo de los hijos amados,
dadnos por vuestros dolores, el dolor de nuestros pecados”.
Tres Avemarías
Madre celestial os ofrecemos estas Tres Avemarías, en honor de
vuestros dolores y lágrimas, y por los méritos de los mismos os suplicamos la
Gracia de tu llama de amor en nuestros corazones.
Oración final
Oh Doloroso e Inmaculado Corazón de María, morada de pureza y
santidad, cubre mi alma con tu protección maternal a fin de que siendo siempre
fiel a la voz de Jesús, responda a Su amor y obedezca Su divina voluntad.
Quiero, Madre mía, vivir íntimamente unido a tu Corazón que está totalmente
unido al Corazón de tu Divino Hijo. Átame a tu Corazón y al Corazón de Jesús
con tus virtudes y dolores.
Y dadnos señora la gracia de comprender el océano de angustias
que os hicieron la madre de los dolores para que podamos participar de vuestros
sufrimientos y os consolemos con nuestro amor y fidelidad, lloramos con vos y
con los mártires con la esperanza de la eterna felicidad que un día nos alegraremos
con voz en el cielo amén.
Esperando vuestra clemencia nos dirigimos a Nuestro Señor
Jesucristo que interceda por nosotros ahora y en la hora de nuestra muerte, a la
bienaventurada virgen María nuestra madre cuya alma santísima fue traspasada
por una espada de dolor.
Por vos Jesucristo Salvador del mundo que con el padre y el
Espíritu Santo debéis de reinar por todos los siglos, Amén.
CONSAGRACIÓN AL INMACULADO
CORAZÓN DE MARÍA
Querida y Santísima Virgen
María, Protectora de Nuestra Fe
y Madre de todo Bien, ven a
nosotros con Tu amor maternal.
Abre Tu Purísimo e
Inmaculado Corazón y permite que el néctar de la gracia que hay dentro de Él se
derrame sobre nosotros. Llena nuestras almas con este dulce néctar.
Ayúdanos a consagrar
nuestra vida a Tu servicio.
Acércanos a Tu Amadísimo
Hijo.
Muéstranos el camino de
salvación
y lleva nuestro corazón a
la santidad.
Permite que cada una de
nuestras metas esté en armonía
con Tu Inmaculado Corazón.
Toca nuestros corazones,
querida Madre. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Nuestra Señora de los
Dolores Rogad por nosotros.
Santa Brígida, Rogad por
nosotros.
San Gabriel de la Virgen
Dolorosa Rogad por nosotros.
Santa Gema y todos los
Santos devotos de la Pasión del Salvador y de la Virgen Dolorosa, Rogad por
nosotros.
En el nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Invocaciones
Santa Madre, traspasadme; renovad en mi corazón
cada herida de mi Salvador crucificado. (Misal
Romano). Indulgencia de 500 días.
Indulgencia plenaria bajo
las condiciones usuales, si es rezada con devoción todos los días durante un
mes (S.P. Ap., 1 de agosto de 1934).
María dolorosísima, Madre
de los Cristianos, rogad por nosotros. Indulgencia
de 300 días (Pio X, Audiencia, 4 de junio de 1906)
Virgen dolorosísima,
rogad por nosotros. Indulgencia de 300 días.
Indulgencia de 5 años, si, en honor de la Santísima Virgen María
de los Dolores, se rece con devoción el Ave María 7 veces, después de la
invocación encima indicada una vez (S.P. Ap., 22 de noviembre de 1934).
PROMESAS DE LA SANTÍSIMA
VIRGEN
A LOS DEVOTOS DE SUS DOLORES
1 . “Yo concederé la paz a sus familias”.
2 . “Serán iluminadas en cuanto a los divinos Misterios”.
3 . “Yo las consolaré en sus penas y las acompañaré en sus
trabajos”.
4 . “Les daré cuanto me pidan, con tal de que no se oponga a la
adorable Voluntad de mi Divino Hijo o a la salvación de sus
almas”.
5. “Los defenderé en sus batallas espirituales contra el enemigo
infernal y las protegeré cada instante de sus vidas”.
6. “Les asistiré visiblemente en el momento de su muerte y verán
el rostro de su Madre”.
7. “He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que
propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas
directamente de esta vida terrena a la felicidad eterna ya
que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo será su
consuelo y gozo eterno.”
Según San Alfonso María Ligorio, Nuestro Señor reveló a Santa
Isabel de Hungría que El concedería cuatro gracias especiales a los devotos de
los dolores de Su Madre Santísima:
1 . Aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima
Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus
pecados.
2 . Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden
esta devoción y los protegerá muy especialmente a la hora de su muerte.
3 . Imprimirá en sus mentes el recuerdo de Su Pasión y tendrán
su recompensa en el cielo.
4 . Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a fin
de que les obtenga todas las gracias que quiera derramar en ellas.
La fiesta de Nuestra Señora de los Dolores se celebra el 15 de
septiembre, al día siguiente de la Exaltación de la Santa Cruz.
Al pie de la Cruz, donde una espada de dolor atravesó el corazón
de María, Jesús nos entregó a Su Madre como Madre nuestra poco antes de morir.
Nuestra Señora prometió que concedería siete gracias a aquellas
almas que la honren y acompañen diariamente, rezando siete Ave Marías mientras
meditan en sus lágrimas y dolores. Santa Brígida
María Santísima en San
Nicolás, nos dio este mensaje sobre sus siete dolores de hoy:
15-09-89 (fiesta de Ntra.
Señora de los Dolores)
“Hija mía, en estos días, son Mis Dolores:
El rechazo hacia Mi Hijo,
El ateísmo,
La falta de caridad,
Los niños que no nacen,
La incomprensión en las familias,
El gran egoísmo de muchos hijos en el mundo,
Los corazones aún cerrados al Amor de esta Madre...”
Santos
y Doctores de la Iglesia promueven esta devoción
San Alberto Magno : “así como tenemos que estar
agradecidos a Jesús por su Pasión, sufrida por amor nuestro, así también
tenemos que estar llenos de gratitud hacia María
Santísima por el martirio que, al morir su Hijo, quiso soportar
voluntariamente para salvarnos”.
Y lo quiso soportar – decimos – ‘voluntariamente’, porque como
reveló Santa Inés a Santa Brígida, “nuestra piadosa y benigna Madre prefirió sufrir todos los
martirios, antes que tolerar que las almas quedaran sin redimir, abandonadas a
su antigua perdición”.
San Bernardino de Siena: “La tristeza de María era tan grande
que, si fuese dividida por todos los hombres, sería suficiente para causarles
muerte inmediata”.
San Antonino: “Mientras otros mártires sufrieron
sacrificando sus vidas, la Santísima Virgen sufrió sacrificando la vida de Su
Hijo – una vida que Ella amaba mucho más que la Suya; y así sufrió no sólo en
Su alma lo que Su Hijo suportó en Su cuerpo, sino además de eso viendo los tormentos
de Su Hijo trajo más dolor a Su corazón de que si Ella hubiese suportado en Su propia
persona”.
San Bernardo. “La pasión de Jesús comenzó con Su nacimiento.
De la misma manera María, en todas las cosas, semejante a Su Hijo, suportó Su
martirio a lo largo de Su vida”.
Fue “revelado a Santa Brígida” por
un ángel “que la Santísima Virgen, aun antes de hacerse Su Madre, sabiendo
cuanto fuese a sufrir el Verbo Encarnado por la salvación de los hombres, y con
compasión por este Salvador inocente, Que sería llevado a una muerte tan cruel por
crímenes que no eran Suyos, aun entonces comenzó Su gran martirio”.
San Alfonso de Ligorio: “Los mártires suportaron los tormentos
en sus cuerpos. María sufrió los Suyos en Su alma”.
“Ahora, como el alma es
más noble que el cuerpo, así mucho
mayores fueron los sufrimientos de María que los de todos los
mártires, como Jesucristo”.
Santa Catarina de Siena: ‘Entre los sufrimientos del alma y los
del cuerpo no hay comparación’”.
San Alfonso de Ligorio. “La Santísima Virgen María, por el amor
que nos dedicaba, estaba dispuesta a ver Su Hijo sacrificado a la Justicia
Divina por la barbaridad de los hombres. Este gran tormento, pues, que María
suportó por nosotros – un tormento mayor de que mil muertes – merece nuestra compasión
y nuestra gratitud.
Si no podemos
corresponder más a un tal gran amor, al menos
dediquemos algunos momentos en este día de hoy para considerar
cuan grandes fueron los sufrimientos por los cuales María se hizo Reina de los
mártires; porque los sufrimientos de Su gran martirio excedieron los de todos
los mártires, en primer lugar por ser los más largos, y en segundo lugar por ser
los mayores en intensidad”.
“Nuestra Madre del Cielo tiene un tal amor por nosotros que
merece nuestra gratitud, y esa gratitud debería demostrarse por lo menos
meditando en Sus Dolores y teniendo compasión
por Ella en ellos”. San Alfonso de Ligorio.
En las palabras de la Iglesia:
El Papa Benedicto XIII,
en 1724, promulgó y recomendó la práctica de la devoción a los Dolores de
Nuestra Señora, al conceder muchas indulgencias para quien rece el Rosario de
los Siete Dolores.
Los Dolores de Nuestra
Señora son conmemorados dos veces por año en el Calendario Litúrgico: el 15 de
septiembre y en viernes antes de Domingo de Ramos. El hecho de que los
Dolores de la Santísima Virgen María sean conmemorados dos veces
por año en el Calendario Litúrgico Romano demuestra la importancia que esta
devoción tiene para el Cielo.
Nuestro Señor ha pedido en Jacarei, al profeta Marcos Tadeo:
“Yo deseo que el día 8 de Marzo sea la Fiesta de las Lágrimas de Mi
Madre Santísima.
La historia de la Devoción
La devoción a la Madre
Dolorosa tiene su origen en los primeros tiempos de la Iglesia.
El primer ejemplo es de San Juan al pie de la Cruz.
Esta devoción ganó un lugar en la historia de la Iglesia a
través de la narrativa del Evangelio de San Juan – “Estaban al mismo tiempo
junto a la cruz de Jesús su madre…” (Jn. 19:25).
Aunque la devoción
siempre hubiese sido parte de la piedad católica, sólo en el Siglo XIII comenzó
a florecer mucho más la devoción de meditar en los dolores de Nuestra Señora.
En Florencia, siete hombres santos de familias nobles dejaron la
ciudad, en procura de la solidad en el Monte Senario, y juntos formaron una
comunidad, dedicando sus vidas a la oración y a la penitencia.
Los siete santos hombres
tenían todos una fuerte devoción a Nuestra Señora.
El Viernes Santo de 1239,
mientras meditando en la Pasión de Nuestro Señor y en los sufrimientos de
Nuestra Señora, Ella les apareció y reveló Su deseo de que ellos formasen un Orden
dedicado a la práctica y a la difusión de la devoción de Sus Dolores.
Estos hombres fueron los
fundadores del Orden religioso de los Siervos de María (o Servitas), y todos
ellos son hoy
santos canonizados.
A pedido de Nuestra
Señora, los siete fundadores determinaron, como objetivo de su Orden, la
meditación sobre los dolores sufridos por Nuestra Señora en la Vida, Pasión y
Muerte de Su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, y se dedicaron a promover entre
todos los católicos la devoción de meditar en las Siete Dolores de Nuestra
Señora, introduciendo la Corona (Pequeño Rosario) de los Siete Dolores de la
Santísima Virgen María.
La coronilla de los dolores de la Virgen, consiste en rezar un
Ave María por cada uno de los dolores de nuestra señora, que en total serían 8
aves marías.
Incluso hoy en día, yo soy la Señora de los
Dolores , porque la mayoría de los cristianos, incluso los propios católicos,
no respetan el Viernes Santo ... no rezan, no hacen sacrificios, no hacen
silencio, no meditan en los sufrimientos de mi hijo, y de mi corazón ... [María Santísima 21/04/2000 –
Viernes Santo]
Mensajes De Dios Al Mundo A través de su Profeta: Marcos Tadeo
María Santísima: "- Cuando Jesús era todavía un recién nacido,
un día estaba cambiándole sus ropitas ... Súbitamente, vi en sus
manitas y Piecitos, heridas profundas '', de los cuales salía mucha SANGRE ...
Miré a su lado y también salía mucha SANGRE de una
gran llaga ... comencé a llorar, y pedí al Padre Eterno que no le quitase la
vida ...
El
Señor me reveló en aquel momento lo mucho que mi hijo tendría que sufrir, y cuanto sus llagas habrían de salvar las almas
...
Renové
mi 'SÍ', ofreciendo con AMOR toda mi vida, para que el Señor hiciese lo que bien le pareciese ...
Entonces,
mi hijo volvióse Bello y RADIANTE otra vez...
Pero
el dolor no salió más de mi corazón ... " .....
Mensajes De Dios Al Mundo A través de su Profeta: Marcos Tadeo
Jacareí, 23 de Abril del 2011
Transmisión de las Apariciones
Diarias en vivo vía internet en la WebTV mundial: www.apparitionstv.com
Sábado Santo de la soledad de María
Santísima
Mensaje de Nuestra Señora De los
Dolores
"-
Mis hijos bien amados, yo soy la madre del dolor y la soledad. En este día, del
sábado santo permanecí sola sin mi hijo Jesús Cristo que yacía muerto en el
sepulcro, consolavanme Juan, Verónica, María Magdalena y a las otras santa
mujeres que conmigo velaban: en la oración, en la continua súplica y con la
esperanza de la resurrección de Mi divino hijo Jesucristo.
Hoy,
en vuestro tiempo, cuando de nuevo os halláis en el sábado santo, en el nuevo
sábado santo, yo sigo siendo la misma madre del dolor y la soledad, de la
súplica y la oración incesante, para que el padre apresure pronto el momento de
la gloriosa resurrección de vuestro El tiempo que será el triunfo de mi corazón
inmaculado con la venida del reino de Jesús a la tierra.
Yo
sigo siendo la madre de la oración y la intercesión en el grande y largo sábado
santo de estos vuestros tiempos, cuando la apostasía, la maldad, la falta de
fe, el odio, el desamor, la violencia ya tomaron todo y todas las cosas.
Y
ahora en este momento, cuando todo parece perdido hago brillar para vosotros en
las grandes tinieblas de vuestro largo sábado santo mi luz inmaculada, que se
convertirá en tanto más fuerte cuanto más grandes fueren las tinieblas que cubrieren este mundo.
Y así, como en aquel
sábado santo Jesús parecía derrotado ante el mundo, así también ahora,
el bien, la gracia de Dios, su ley, la fe católica parecen derrotados por el
mal de este mundo, por la apostasía, por las fuerzas de las tinieblas y de
Satanás.
Pero, así como Jesús salió del sepulcro en hora
inesperada triunfante e inmortal, así también en hora no esperada por este
mundo rayará la luz de la nueva resurrección, de la gracia, del amor, de la santa
fe católica, de mi corazón inmaculado, y entonces, Todo lo que parecía perdido
será salvo.
Os invito por tanto hijitos míos, a que viváis
este largo sábado santo de vuestro tiempo conmigo: en la oración intensa,
constante, perseverante, paciente, sufrida, sí, pero expectante de la gran
hora, del gran momento del triunfo de la divina misericordia del Señor que ya
fue Decretado para esta humanidad.
Antes de
esa hora sin embargo, vendrá EL GRAN AVISO:
Este aviso será como el juicio particular que cada uno
tiene justo después de que muere, más cada uno lo experimentará sin necesidad
de pasar por la muerte.
Será
tan doloroso, tan terrible para los pecadores que ellos desearían no haber
nacido.
El sufrimiento interior que acometerá el alma
de los pecadores será tan fuerte que muchos no soportarán y morirán, otros
gritarán a los montes y las colinas:
Cubrídnos!
Escondednos!
Y envidiarán la suerte de aquellos que
murieron hace mucho tiempo y que no tendrán que pasar por ese doloroso aviso
venido de las manos de Dios.
Este aviso sorprenderá a toda la humanidad,
sucederá al mismo tiempo con todos los hombres, y nadie podrá escapar de él,
porque será una gracia, un fenómeno y una obra producida directamente por el
Espíritu Santo.
Mayor será el dolor que le causará a aquellos
que no aprendieron a morir para sí mismos, a renunciar a sí mismos y a su
voluntad para hacer la voluntad del Señor, cuanto mayor sea el apego que cada
uno haya tenido a sí mismo y a su Voluntad tanto más sufrirá en el día del AVISO.
Por
eso os tengo tanto tiempo enseñando a morir a vosotros mismos, a renunciar a
vosotros mismos, de modo que os pudieseis
purificar a lo largo de estos años, a fin de que el día de este aviso
estéis en gracia de Dios, cumpliendo el cien por ciento la voluntad De Él. Y
así mis hijos, el sufrimiento del aviso para vosotros no será atroz, más será hasta dulce porque os terminará de
purificaros de las últimas manchas de amor propio que quedan en vosotros, de
amor del mundo que aún permanecen en vosotros, y vosotros seréis de los
mejores, Más purificados, más santificados, más celestes que terrestres.
Y
así en vosotros veréis finalmente la imagen de mí misma reflejada sin mancha,
sin mácula alguna.
Rezad!
Rezad mucho! Haced mucha penitencia! Sólo así purificareis vuestras almas,
santificareis vuestro cuerpo y vuestro corazón, y seréis verdaderamente
dignos de la gracia del Señor.
A
todos en este momento generosamente bendigo, y doy la indulgencia a esos mis
hijos que durante todos los sábados del año se acordaban de mí, de consolarme,
de reparar y desagraviarme y a todos aquellos que ha venido aquí a este lugar
sagrado, en esta Capilla que es mi segunda casa, mi segundo cielo, todos los
sábados para consolarme y secar mis lágrimas maternas. Sobre todos ahora
derramo mi bendición: del CALVARIO, del CENÁCULO y de JACAREÍ.
La
paz mis hijos. La Paz Marcos, mi hijito más dedicado, sacrificado y esforzado,
hijo de mis dolores y de mis lágrimas, tiene mi paz siempre..."
DAR CLICK:
REVELACIÓN DE LA HORA DE LAS LÁGRIMAS DE NUESTRA
SEÑORA, 22 DE JULIO DE 2012
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CONTACTO CON EL SANTUARIO:
(12) 9 9701-2427
LINEA INTERNACIONAL:
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Blog:http://artigosreligiosos2014.blogspot.com.br/
LAS SEÑALES MILAGROSAS QUE CONFIRMAN
LAS APARICIONES DE JUACAREI, BRASIL.
Día 7 de febrero de 2016
Inauguración de la radio de Nuestra Señora
Inauguración de la radio de Nuestra Señora
Reina y Mensajera De La Paz, del Santuario de las Apariciones de Jacareí
Sintonícese todos los días con el profeta Marcos Tadeo todos los días de 7 A.M - 12:00 P.M.
Sintonícese todos los días con el profeta Marcos Tadeo todos los días de 7 A.M - 12:00 P.M.
(hora del Brasil)Radio Mensajera de la Paz
Donde El Cielo Toca La Tierra
El sitio web WWW.APPARITTIONSTV.COM
Donde El Cielo Toca La Tierra
El sitio web WWW.APPARITTIONSTV.COM
Inédito!!!
GRACIAS PADRE CELESTIAL POR TANTO PARA NUESTRA NADA, BENDITO SEAS POR SIEMPRE AMÉN.
ResponderEliminarAmén
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