jueves, 5 de febrero de 2015

“...MI CULTO, BAJO LA CONSOLADORA INVOCACIÓN DE EL BUEN SUCESO... EN LA CASI TOTAL CORRUPCIÓN DEL SIGLO XX, SERÁ EL SOSTÉN Y SALVAGUARDIA DE LA FE… CON ESTA ADVOCACIÓN QUIERO HACER EN TODOS LOS SIGLOS, PRODIGIOS.” -NUESTRA SEÑORA DEL BUEN SUCESO





Nuestra Señora Del Buen Suceso
De la Purificación y Candelaria.
Fiesta: Día 2 de febrero.
Quito, Ecuador 

La imagen de la Virgen del Buen Suceso, había sido terminada milagrosamente por ángeles, cuyos cánticos fueron oídos por toda la comunidad...

A pedido de San Francisco de Asís, los tres Arcángeles —Miguel, Gabriel y Rafael— completaban la obra “mientras la Reina de los Ángeles y de los hombres se acercó a la Imagen y penetró en ella, como los rayos del sol penetran por hermosos cristales".

"En ese momento la Sagrada Imagen cobró vida y cantó con celestial armonía el Magníficat.”

María del Buen Suceso
Profecías y esperanzas para nuestros días

Años: 1594 – 1599 - 1634 / Lugar: Quito, Ecuador
Tres Apariciones de la Virgen del Buen Suceso

 


Hacia fines del siglo XVI y comienzos del XVII, la Santísima Virgen previó, en sucesivas apariciones a la abadesa del Monasterio de la Limpia Concepción de Quito, las catástrofes espirituales y materiales de nuestra época.
En la Iglesia de la Concepción de Quito, Ecuador, se venera la Imagen de la Virgen del Buen Suceso, Quien se Apareció a la entonces joven abadesa del Real Monasterio de la Limpia Concepción, Madre Mariana de Jesús Torres; la cual había nacido en una población de la Provincia de Vizcaya, España, en 1563.
Su familia era noble, dedicada a la producción vitícola.

A la edad de 13 años viajó a América como aspirante de novicia con un grupo de seis religiosas del Monasterio de clausura de la Orden Franciscana de la Limpia Concepción, que bajo la dirección de su tía, la Madre María de Jesús Taboada, tenían la misión de fundar el Monasterio en Quito, Ecuador.

El día 2 de febrero de 1594, celebración de Nuestra Señora de La Candelaria, también conocida como Nuestra Señora de La Luz, la madre Mariana Torres hacía su habitual oración de media noche en el coro alto, frente al altar mayor, cuando repentinamente vio apagarse la llama que ardía frente al Santísimo, dejando la capilla en completa obscuridad; cuando de pronto una dulce Voz la llama por su nombre y una Bella Señora se Apareció frente a ella.






Una aureola de Luz Celestial La rodeaba con esplendor; estaba vestida con la saya blanca y el capuchón azul del hábito de la congregación; sostenía en Su Mano izquierda al Niño Dios, de celestial hermosura; en la otra Mano llevaba un báculo de oro bruñido y esmaltado de piedras preciosas; lo que significaba que Ella gobernaría esa Santa Casa. — “Soy María del Buen Suceso, Reina de los Cielos y de la Tierra… Le dijo la Madre de Dios.
“La lámpara del Santuario que quema ante Nuestro Señor en el Tabernáculo, y que usted vio extinguirse tiene muchos significados…”
 “Tus oraciones, lágrimas y penitencias son muy agradables a nuestro Padre Celestial [...] Ahora quiero que esfuerces tu corazón y que no te abata el sufrimiento: Larga será tu vida para gloria de Dios y de tu Madre que te habla.

Mi Hijo Santísimo te regala el dolor en todas sus formas; y, para infundirte el valor que necesitas, tómale de Mis Brazos en los tuyos”.


Al recibir al Niño Jesús en sus brazos, sintió un mayor deseo de consumirse como víctima para aplacar la Justicia Divina, si fuera posible, hasta el fin del mundo.

En la segunda Aparición, el 16 de enero de 1599, la Santísima Virgen le dio a conocer diversos hechos futuros y le manifestó:

“Es voluntad de Mi Hijo Santísimo que tú misma mandes a trabajar una Estatua Mía, tal como Me ves y la coloques encima de la Silla de la Prelada para, desde allí, gobernar Mi monasterio [...] para que entiendan los mortales que Yo Soy Poderosa para aplacar la Justicia Divina, alcanzar piedad y perdón a toda alma pecadora que acuda a Mí con corazón contrito, porque Soy la Madre de Misericordia y en Mí no hay sino Bondad y Amor…

El obispo debe darle el nombre de María del Buen Suceso de la Purificación o de Candelaria.

Yo tomaré completa posesión de esta Mi Casa, y pondré sobre Mí la responsabilidad de mantenerla a salvo y libre de todo daño hasta el fin de los tiempos.”

 “Gabriel, Miguel y Rafael, junto con todo el Coro Angélico, se harán cargo secretamente de la creación de Mi Estatua.

Para este propósito, tú debes llamar a Francisco Del Castillo, que es un hábil escultor, y darle una breve descripción de Mis medidas, tal como Me has visto hoy y siempre.”



En los años siguientes, la religiosa sufrió un terrible calvario.

Sólo el 5 de febrero de 1610 se pudo contratar al escultor designado por Nuestra Señora. Don Francisco de La Cruz Del Castillo, español, vivía en Quito, cuando recibió el encargo de su Reina como un regalo del Cielo.

Casi un año después señaló que la imagen estaba prácticamente lista y que apenas faltaban pequeños retoques en la pintura, para lo cual fue a procurar los mejores tintes.

 El día 16 de enero de 1611 regresó al convento con el deseo de concluir su obra, pero... En la madrugada de aquel día, cuando las religiosas se dirigieron al coro para rezar el oficio, lo encontraron iluminado por una Luz sobrenatural y oyeron voces angélicas que cantaban La Salve. El virtuoso escultor Francisco de la Cruz del Castillo estaba atónito.

“¡Madres, madres, esta imagen no es obra mía, sino angélica!”, exclamó tomado de un temor reverencial.

De la Imagen aún inacabada salían rayos vivísimos.

La pintura base aplicada por Del Castillo caía al suelo junto con fragmentos de madera, los trazos de la Imagen se volvían más suaves y Su Fisonomía más Celestial.
 La imagen de la Virgen del Buen Suceso, que el hábil artista confeccionaba, había sido terminada milagrosamente por ángeles, cuyos cánticos fueron oídos por toda la comunidad...

Pero solamente la Madre Mariana veía cómo, a pedido de San Francisco, los tres Arcángeles —Miguel, Gabriel y Rafael— completaban la obra “mientras la Reina de los Ángeles y de los hombres se acercó a la Imagen y penetró en ella, como los rayos del sol penetran por hermosos cristales.
 En ese momento la Sagrada Imagen cobró vida y cantó con celestial armonía el Magníficat.”

Francisco Del Castillo, el asombrado escultor, declaró en un documento escrito, y bajo juramento, que la hechura de la Imagen no estaba como él la dejó al salir de la clausura la tarde anterior, haciendo constancia de la milagrosa transformación operada en su primitivo trabajo.

No era la primera vez que Mariana Francisca de Jesús Torres y Berriochoa (1563-1635), una de las siete españolas fundadoras del Real Monasterio de la Limpia Concepción de Quito (1577), se deparaba con un hecho sorprendente.
Su vida, desde los 13 años de edad, era un continuo contacto con lo sobrenatural. Las apariciones de Nuestro Señor, de su Santa Madre, de santos y de demonios, le eran frecuentes.
A esta hija de Santa Beatriz de Silva le fue desvendado el futuro como a pocas almas privilegiadas. Y las revelaciones que le fueron confiadas, particularmente las que tienen relación con nuestros días, impresionan por la precisión, riqueza de detalles y semejanza con las de Fátima.


PROFECÍAS PARA NUESTROS TIEMPOS,
DEL 2 DE FEBRERO DE 1634

“Grandes herejías se abatirían sobre la Tierra, a fines del siglo XIX y todo el XX.

La luz de la Fe se extinguirá en las almas debido a la casi total corrupción de las costumbres.

En esos tiempos estará la atmósfera repleta del espíritu de impureza (...) habrá grandes calamidades, físicas y morales, públicas y privadas.

 El corto número de almas en las cuales se conservará el culto de la Fe y de las buenas costumbres sufrirá un cruel e indecible padecer, a la par que prolongado martirio; por este sufrimiento serán considerados mártires.

 Habrá un ambiente envenenado de impureza que reinará, que a manera de un mar inmundo correrá por calles, plazas y sitios públicos con una libertad asombrosa, de manera que no habrá en el mundo almas vírgenes...”

 “...Se desbordarán las pasiones y habrá una total corrupción de costumbres, por casi reinar satanás con las sectas masónicas, tendientes principalmente a corromper a los niños para sostener con ese medio la corrupción general.

¡Ay, de los niños de ese tiempo!:

El Sacramento del Bautismo lo recibirán difícilmente, la Confirmación, de igual manera”.


“Habiéndose apoderado la secta de todas las clases sociales, tendrá tanta sutileza para introducirse en los hogares domésticos, que perdiendo a la niñez, se gloriará el demonio de alimentarse con el exquisito manjar de los corazones de los niños.

En esos aciagos tiempos, apenas se encontrará inocencia infantil, de esa manera irán perdiéndose las vocaciones para el Sacerdocio, que será una verdadera calamidad.”

“Apagándose la luz preciosa de la fe hasta llegar a casi una total y general corrupción de costumbres; esto, unido con la educación laica, será motivo de escasear las vocaciones Sacerdotales y Religiosas.”

 “...el desprecio que tendrán los vivientes de ese siglo por el Sacramento de la Penitencia; como enraizados en el pecado tratarán de desconocerlo, para ellos nada será pecado; los mundanos harán caso omiso de él; los Sacerdotes, unos lo mirarán con indiferencia, otros no lo administrarán, o lo harán despectivamente, alejando a las almas de él…”

“El sacramento del matrimonio, el que representa la unión de Cristo con la Iglesia, será atacado y profanado en toda la extensión de la palabra... [Se aprobarán] inicuas leyes procurando extinguirlo, facilitando a todos vivir mal y propagándose la generación de hijos mal nacidos y sin la bendición de la Iglesia, irá decayendo rápidamente el espíritu cristiano…”

“El sacramento de la extremaunción, por ese tiempo en el que faltará en esta pobre Patria el espíritu cristiano, será poco acatado y muchas personas morirán sin recibirlo, ya por descuido de las familias, o como por un mal entendido afecto hacia sus enfermos...”

“¡Ay, cuánto siento manifestarte que habrá muchos y enormes sacrilegios públicos y también ocultos, profanando la Sagrada Eucaristía!... Mi Hijo Santísimo se verá rodado por el suelo y pisoteado por inmundas plantas.”

 “Recen con insistencia, pidiendo a nuestro Padre Celestial que ponga fin a tan malvados tiempos, por el Amor del Corazón Eucarístico de Mi Santísimo Hijo, y para enviar a esta Iglesia al Prelado, Mi muy amado hijo, a quien Mi Santísimo Hijo y Yo amamos con amor de predilección, quien existe para revivir el espíritu de los Sacerdotes, por lo que lo dotaremos con habilidades, humildad de corazón, docilidad hacia las inspiraciones Divinas, fortaleza para defender los derechos de la Iglesia y un tierno y compasivo corazón para que, como otro Cristo, pueda asistir al grande y al pequeño sin desdén por los más desgraciados que vengan, con dudas y amargura, a buscar la luz de su consejo…
En sus manos será puesta la jerarquía del Santuario para que todo pueda ser hecho con peso y mesura, y así Dios será glorificado...”

 “Todo tipo de castigos vendrán, entre los cuales habrán pestes, hambre, luchas entre las personas y los extranjeros, que guiarán a gran número de almas a la apostasía y la perdición.

Y para disipar estas negras nubes que ocultan el día claro de la libertad de la Iglesia, habrá una formidable y temible guerra en la que fluirá la sangre de nativos y extranjeros, de Sacerdotes regulares y seculares y también de monjas.”

“Esa noche será la más horrible, porque parecerá a la humanidad que el mal ha triunfado; y entonces Mi Hora habrá llegado para destronar al soberbio satanás en una sorprendente manera, aplastándolo bajo Mi Pie y encadenándolo en los abismos infernales, liberando así finalmente a la Iglesia y a la Nación de su cruel tiranía.”






 Y EN LA ÚLTIMA APARICIÓN, EL 8 DE DICIEMBRE DE 1634, LA REINA DEL CIELO Y DE LA TIERRA ASÍ LE PROFETIZÓ A LA MADRE MARIANA:

“...Mi Culto, bajo la consoladora invocación de El Buen Suceso... en la casi total corrupción del siglo XX, será el sostén y salvaguardia de la Fe… Con esta Advocación quiero hacer  en todos los siglos, prodigios.”



“Soy María del Buen Suceso,
Reina del Cielo y de la Tierra”

Nuestra Señora profetiza acerca de los siglos XIX y XX

La madre Mariana contó después en confesión al obispo de Quito, Fray Salvador de Ribera Avalos O.P., todos los detalles de lo ocurrido. Añadió que tales hechos, así como su vida, sólo serían revelados en el siglo XX: “en aquellos tiempos de mucho decaimiento de la fe”. Le habló también del papel que debería tener entonces la advocación a Nuestra Señora del Buen Suceso.

“La voluntad de Dios es dejar esta advocación y tu vida —le dijo la Santísima Virgen en otra ocasión— para ese siglo en el que la corrupción de costumbres será casi general, y la luz primera de la fe estará casi extinguida”.

PROFECÍAS YA REALIZADAS



Al analizar la credibilidad de previsiones que abarcan épocas diferentes, conviene indagar si algunas de ellas ya se cumplieron y de qué modo.
En el caso de la madre Mariana de Jesús Torres, está históricamente comprobado que la mayor parte de las revelaciones que le hizo la Santísima Virgen se cumplieron. Y con tanta exactitud, que no sería prudente poner en duda la realización de las que están pendientes.

• Emancipación de España

Entre las profecías que se cumplieron, citamos la siguiente, tomada de la aparición del 16 de enero de 1599:

“Dentro de poco tiempo dejará de ser colonia y será república libre, la patria en que vives... [el Ecuador] necesitará almas heroicas para sostenerse a través de tantas calamidades públicas y privadas”.

• “Un presidente de veras cristiano” que recibirá la palma del martirio

Más de una vez la Santísima Virgen profetiza al heroico presidente ecuatoriano Gabriel García Moreno (1821-1875) y su martirio, en términos altamente elogiosos:

“En el siglo XIX vendrá un presidente de veras cristiano, varón de carácter, a quien Dios Nuestro Señor le dará la palma del martirio en la plaza en cuyo sitio está éste mi convento; él consagrará la república al Divino Corazón de mi amantísimo Hijo y esta consagración sostendrá la Religión Católica en los años posteriores que serán aciagos para la Iglesia”.

• Proclamación de los dogmas de la Inmaculada Concepción y de la Asunción

En la aparición del 2 de febrero de 1634, la Virgen entregó a la madre Mariana su Niño Jesús, que le reveló:


El dogma de fe de la Inmaculada Concepción de mi Madre será proclamado cuando más combatida esté mi Iglesia y cautivo mi Vicario

 .Del mismo modo [lo será] el dogma de fe del Tránsito y Asunción en cuerpo y alma a los Cielos de mi Madre Santísima”.





Prodigio de la Sierva de Dios Madre Mariana de Jesús Torres en Guayaquil


(*)Mariana de Jesús Torres, vivió en los años 1600, en la Ciudad de Quito, Ecuador .

El día 21 de Junio del 2014, una foto de la Madre Mariana de Jesús Torres, fundadora del Monasterio de la Inmaculada Concepción de Quito, cuyo cuerpo se encuentra incorrupto desde su muerte hace 379 años, apareció con una lágrima en su mejilla en el instante de ser captada. Dicha foto en que la Sierva de Dios aparece llorando prodigiosamente, fue tomada durante una reunión de los Devotos de la Virgen de El Buen Suceso, por uno de los participantes con su celular.



Fotografía tomada a un cuadro con el rostro de la Madre Mariana de Jesús Torres.
A un costado, una reliquia de la Sierva de Dios.





Lágrima cayendo por la mejilla del rostro de la Madre Mariana de Jesús Torres.






Cuadro original de la Madre Mariana de Jesús Torres, en cuya fotografía posterior apareció la prodigiosa lágrima






                                                         


Santa Beatriz de Silva

Orden de la Inmaculada Concepción


Santa Beatriz de Silva Fundadora de La Orden de la Inmaculada Concepción.












Aparición de la Inmaculada Concepción De Nuestra Señora, con el mandato de su veneración y la fundación de la nueva orden mariana:  ... a santa Beatriz de Silva Fundadora de La Orden de la Inmaculada Concepción.










La Orden de la Inmaculada Concepción (Ordo Inmaculatae Conceptionis, abreviado O. I. C.) 


Es una orden religiosa católicarromana de clausura monástica, fundada por Santa Beatriz de Silva.


 

Santa Beatriz de Silva Fundadora de La Orden de la Inmaculada Concepción.


Coloquialmente sus miembros se designan con el nombre de «concepcionistas».

Santa Beatriz de Silva Fundadora de La Orden de la Inmaculada Concepción.

Las Concepcionistas son monjas de estricta clausura (clausura papal), dedicadas a la oración contemplativa.

Su hábito consta de una túnica y escapulario blancos, toca, medallón en el pecho con la imágen de la Madre de Dios comúnmente, velo negro y capa azul.



Orden de la Inmaculada Concepción

 

La madre Mariana de Jesús Torres, Fue una monja de la Orden religiosa de las Hermanas Concepcionistas Franciscanas, donde fue elegida Abadesa…


Venerable Madre Mariana De Jesús Torres



 Fue un alma mística de intensa oración, sacrificio y penitencia por la salvación de las almas y fue favorecida con las Apariciones de Nuestra Madre Santísima en el año 1634 bajo la advocación de “Nuestra Señora del Buen Suceso” donde le ha comunicado serios y graves Mensajes proféticos sobre el futuro de la humanidad que ocurrirían principalmente desde el siglo XX hasta nuestros días.



Nuestra Madre le profetizó a Madre Mariana de Jesús Torres que en el futuro vendría un gran Apóstol suyo que haría conocidas Sus Apariciones en Quito y que haría conocer a todo el mundo Sus Mensajes y la vida de la vidente Madre Mariana de Jesús Torres.




También la Madre de Dios profetizó que vendría en el siglo XIX un gran Santo Sacerdote abnegado y penitente; ejemplo para muchos sacerdotes; el tan conocido y amado Santo Cura de Ars, San Juan María Vianney.



Madre Mariana De Jesús Torres

En su testamento espiritual, la madre Mariana de Jesús, hablando de la relación de las concepcionistas con los franciscanos, advierte a sus hijas:

“Quien quiera que pretenda prescindir de Francisco y Beatriz no pertenece a la Real y verdadera Orden Concepcionista Franciscana y, por lo tanto, no las reconocen por hijas este santo Padre Francisco, ni la santa Beatriz, la que subirá a los altares en el siglo XX”.





Profecías que se vienen cumpliendo o están por cumplirse:

La Revolución

Al indicar el agente de la crisis tan catastrófica que describe en sus profecías sobre los siglos XIX y XX, Nuestra Señora del Buen Suceso se refiere a las herejías en general y a las sectas, o simplemente a la secta.

Esas herejías o sectas tendrían el poder para extender sus garras desde el recinto sagrado del Templo hasta el hogar, influenciando perniciosamente todos los campos de la actividad humana.

Crisis de fe, crisis en la Iglesia
Para un católico es forzoso relacionar la crisis religiosa y moral que sacude al mundo occidental con la decadencia verificada en las filas del clero y las órdenes religiosas.
Jesucristo dijo que los sacerdotes son la sal de la tierra y la luz del mundo. Si esa luz deja de iluminar, irreversiblemente se abre paso a las tinieblas.

Esto queda de manifiesto en las revelaciones de la Virgen del Buen Suceso a la madre Mariana de Jesús:

• Muchas naciones serán castigadas por los pecados de sacerdotes y religiosos

“Sabe aún que la Justicia Divina acostumbra descargar castigos terribles sobre naciones enteras, no tanto por los pecados del pueblo, cuanto por los de los sacerdotes y religiosos, porque estos últimos son llamados, por la perfección de su estado, a ser la sal de la Tierra, los maestros de la verdad y los pararrayos de la Ira Divina”.

• Por servirle a medias, renegará Dios de muchas almas.

El Niño Jesús reveló a la madre Mariana que muchas almas religiosas y sacerdotales “quieren servirme a medias, conservando sus caprichos y genios, satisfaciendo en todo sus voluntades y tomando libertades incompatibles con su estado y profesión. Yo no las tolero; nada por la mitad me agrada. Yo las abandono y dejo que sigan todos los deseos de su corazón pervertido para desconocerlas delante de mi Padre Celestial. ¡Ay de aquéllos y de aquéllas!”
• Quien debía hablar, callará
“Casi no se encontrará inocencia en los niños ni pudor en las mujeres, y en esta suprema necesidad de la Iglesia, callará quien a tiempo debió hablar”.



Esta grave omisión es repetida por la Santísima Virgen en la siguiente aparición, el 2 de febrero de 1610:

“Campearán los vicios de impureza, la blasfemia y el sacrilegio en aquel tiempo de depravada desolación, callando quien debería hablar”.

• Los que deberían defender los derechos de la Iglesia, darán la mano a sus enemigos.

Nuestra Madre Santísima hace a su hija dilecta esta terrible declaración:

“Tiempos funestos sobrevendrán, en los cuales... aquellos que deberían defender en justicia los derechos de la Iglesia, sin temor servil ni respeto humano, darán la mano a los enemigos de la Iglesia para hacer lo que éstos quieran”.

Cuando todo parezca perdido, será el inicio del triunfo de María, Como en Fátima, después de la previsión de catástrofes para la Iglesia y la civilización cristiana, la previsión de una espléndida victoria.

Así, al tratar de la propagación de las herejías en los siglos XIX y XX, María del Buen Suceso revela a la madre Mariana de Jesús Torres:

“El corto número de almas en las cuales se conservará el culto de la fe y de las buenas costumbres sufrirá un cruel e indecible al par que prolongado martirio; muchas de ellas descenderán al sepulcro por la violencia del sufrimiento y serán contadas como mártires que se sacrificaron por la Iglesia y por la Patria.

“Para libertar de la esclavitud de estas herejías, necesitarán gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios aquéllas a quienes destinará para esta restauración.

El amor misericordioso de mi Hijo Santísimo, para poner a prueba en los justos esta fe y confianza llegarán momentos en los cuales, al parecer, todo estará perdido y paralizado, y entonces, será feliz principio de la restauración completa”.

Y, después de referirse a la prevaricación en las filas eclesiásticas, Nuestra Señora afirma:


“Ora con instancia, clama sin cansarte y llora con lágrimas amargas en el secreto de tu corazón, pidiendo a nuestro Padre Celestial, que por el amor al Corazón Eucarístico de mi Hijo Santísimo ponga cuanto antes fin a tan aciagos tiempos, enviando a esta Iglesia el Prelado que deberá restaurar el espíritu de sus sacerdotes.

“A ese hijo mío muy querido lo dotaremos de una capacidad rara, de humildad de corazón, de docilidad a las divinas inspiraciones, de fortaleza para defender los derechos de la Iglesia y de un corazón tierno y compasivo.

En su mano será puesta la balanza del Santuario, para que todo se haga con peso y medida, y Dios sea glorificado”.

Para que esto no suceda, el demonio y sus secuaces incitarán “todos los vicios”, provocando así “toda clase de castigos, entre ellos la peste, el hambre, la pendencia entre propios y ajenos, la apostasía, perdiendo a un número considerable de almas... Habrá una guerra formidable y espantosa... Esa noche será horrorosísima, porque al parecer humano será triunfante la maldad.
      


El rostro de Nuestra Señora del Buen Suceso refleja una gran majestad. La sagrada imagen fue coronada canónicamente, el día 2 de febrero de 1991.
      
“Entonces es llegada mi hora en la que Yo, de una manera asombrosa destronaré al soberbio y maldito Satanás, poniéndole bajo mi planta y encadenándole en el abismo infernal, dejando por fin libres a la Iglesia y la Patria de su cruel tiranía”.

¿Quién será aquel Prelado santo? Ya antes, en la aparición de 1599, Nuestra Señora se había referido a él como, probablemente, un obispo de Quito:

“Llegados los tiempos de oro para éste mi monasterio, será feliz y premiado de Dios aquel Prelado, hijo mío tan querido, el cual, conociendo con luz divina la necesidad de la sujeción inmediata a los [Frailes] Menores [o sea, a los franciscanos] para la santificación y perfección de las hijas de mi Inmaculada Concepción, pedirá al Vicario de mi Hijo en la Tierra que los Menores gobiernen este monasterio... Este día vendrá cuando la corrupción de las costumbres en el mundo parezca haber llegado al ápice...”


En otra aparición la Santísima Virgen también habla del triunfo de la Iglesia, y menciona a un hijo escogido. Aquí no se refiere expresamente a un prelado, pero tampoco dice si es la misma persona. Lo cierto es que éste surgirá cuando el mal parezca triunfante y “la autoridad” haya prevaricado.

“Pero cuando parezcan triunfantes y cuando la autoridad abuse de su poder cometiendo injusticias y oprimiendo a los débiles, próxima está su ruina, caerán por tierra desplomados.

“Y la Iglesia, cual tierna niña, resurgirá alegre y triunfante, y adormecerá blandamente, mecida en manos de hábil corazón maternal del elegido hijo mío, muy querido, de aquellos tiempos.

Lo haremos grande en la Tierra y mucho más en el Cielo, donde le tenemos reservado un asiento muy precioso.


 Porque, sin temor de los hombres, combatió por la verdad y defendió impertérrito los derechos de su Iglesia, por el que bien le podrán llamar mártir”.   








Venerable Madre Mariana De Jesús Torres



































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