Oración a
María Reina de los Ángeles
La Iglesia la proclama Reina doce veces: Reina de los ángeles,
de los patriarcas, de los profetas, de los apóstoles, de los confesores, de las
vírgenes, de los mártires, de todos los santos, del Santísimo Rosario, de la
paz, concebida sin pecado original y llevada a los cielos.
Escribe acerca de la Reina de los Angeles el Venerable Luis
Eduardo Cestac, fundador de la Congregación de las Siervas de María:
En 1863 un alma… sintió su mente elevada hacia la Santísima
Virgen, quien le dijo que efectivamente, los demonios andaban sueltos por el
mundo, y que había llegado la hora de rogarle como Reina de los Ángeles
pidiéndole las legiones santas para combatir y aplastar los poderes infernales.
–”Madre mía”, dijo esta alma, “¿ya que sois tan buena, no
podrías enviarlas sin que os rogáramos?”
–”No”, respondió la Santísima Virgen, “la oración es condición
impuesta por Dios para alcanzar las gracias”.
– “Entonces, Madre mía”, dijo el alma “¿querrías enseñarme Vos
la manera de rogaros?”
Y creyó escuchar la oración:
Oración a
María Reina de los Ángeles
¡Oh Augusta Reina de los Cielos
y Señora de los Ángeles!
Pues habéis recibido de Dios el poder
y la misión de aplastar la cabeza
De la serpiente infernal;
Dignaos escuchar benigna las súplicas
Que humildemente os dirigimos;
Enviad la santas legiones para que,
Bajo vuestras ordenes,
Combatan a los demonios,
Donde quiera repriman su audacia
y los persigan hasta precipitarlos al abismo.
¿Quién como Dios?
Santos Ángeles y Arcángeles,
Defendednos y guardadnos.
¡Oh buena y tierna Madre!
Vos seréis siempre nuestro amor
y nuestra esperanza. ¡
Oh divina Madre!
Enviad los Santos Ángeles para defendernos
y rechazar lejos al demonio,
Nuestro mortal enemigo.
Amén.
El señor Cestac fue el depositario de esta oración. Lo primero
que hizo fue presentarla a Monseñor Lacroix, obispo de Bayona, quien le dio su
aprobación. Inmediatamente mandó imprimir medio millón de ejemplares, que
distribuyó gratis por todas partes.
No estará demás advertir que, durante la primera impresión, las
máquinas se rompieron dos veces.
La oración a la Reina de los Ángeles se extendió rápidamente y
fue aprobada por muchos obispos y arzobispos.
San Pío X concedió trescientos días de indulgencia a quienes la
rezaren.
(Imprimátur del Vicario General de Buenos Aires, 29 de febrero
de 1912)
-“Regina Angelorum”, publicación de la Orden de María Reina,
Pascua de 1978.
* En diversos mensajes Nuestra
Madre Santísima la ha recomendado para alejar al demonio.
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